La Chica Enamorada De Fred Weasley. [Serie De Relatos]

Tres: Your Song - Elton John

Tres.

Your Song - Elton John

Agosto 91.

(Una semana antes del inicio escolar)

Fred tardó una semana más, y cinco invitaciones a Hermione para que pasara la tarde en su casa, hasta que al fin se enteró de la razón por la cual sus padres estaban tan preocupados por su pequeña vecina.

No fue como si ellos al fin dejaran de repetir la frase: "son cosas de adultos" y se lo contaran. Una noche después de la cena, los había escuchado por accidente cuchichear mientras ambos tomaban un té en la mesa de la cocina. Al principio no supo de qué estaban hablando, hasta que el nombre de Hermione fue mencionado.

—... Me preocupa que Hermione crea que es su culpa—decía su madre en tono triste.

—Sus papás no permitirían algo así, Molly. —le aseguró su marido. — Además, tal vez esto sea una mala época y nada más.

—No lo creo Arthur, Janet ha estado hablando con Lily Potter.

Hubo un silencio extraño, mientras Fred intentaba entender qué había de malo con que Janet, la madre de Hermione, hablara con la señora Potter.

—Son una pareja joven, lo solucionaran. —dijo al fin su padre.

—Eso espero, se que se esfuerzan por no pelear frente a Hermione, pero creo que ella ya intuye algo, la veo tan apagada últimamente...

Fred no llegó a oír lo que dijo su padre después de eso. Acababa de escuchar pasos acercarse en lo alto de la escalera. De inmediato se escabulló a la sala de estar. Lo último que necesitaba ese día era que, su hermano Percy, lo atrapara espiando las conversaciones privadas de sus padres. Su hermano mayor todavía no le había perdonado el haber cambiado el contenido de su shampoo con tinta verde, y ya que no tenía pruebas de que había sido él, estaba deseoso de encontrarlo con las manos en la masa de lo que fuera, para que su madre lo castigara.

En cuanto se aseguró que no había morros en la costa, regresó a su habitación, donde su hermano gemelo se dedicaba a reparar un viejo radiograbador, dejando demasiadas piezas por el camino.

Fred se sentó en el al alféizar de la ventana, mirando más allá del parque en penumbras que había cruzando la calle. Intentando comprender las palabras de sus padres, le contó lo que había escuchado a George.

Para su sorpresa, éste entendía mejor aquella conversación.

—Bueno... —Comenzó a decir mientras estudiaba las piezas sobrantes que habían quedado esparcidas en su escritorio —La señora Potter es abogada de divorcios. Supongo que a eso se refería mamá cuando dijo que la señora Granger había hablado con ella.

Después de escuchar a George, Fred se dio cuenta de lo obvio que era el asunto. Aún así, no lograba comprender porque sus padres estaban tan pendientes de Hermione. Los padres de su amigo Lee también se habían divorciado, y Fred no recordaba que ellos hubieran actuado tan preocupados en aquella ocasión. Si, lo habían invitado a cenar un par de veces, pero nadie le había pedido que le echara un ojo.

Comprendió pronto que principalmente su madre, quería cuidar de la niña sin ser muy obvia. Pero Molly Weasley nunca había sido buena con las sutilezas.

Una noche que Hermione se había quedado a cenar, se suponía que su padre tenía que ir a buscarla más tarde, pero las horas pasaban y la noche caía, y el señor Granger no llegaba.

Fred sabía que algo pasaba. Durante la cena, su madre había recibido una llamada que había contestado en la sala de estar en lugar de la cocina donde estaban todos. Luego de eso, había invitado a Hermione a conocer su taller de costura en cuanto terminaran de cenar, y la niña no había tenido forma de negarse.