Nueve: Cherry pie - Warrant.

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Nueve.

Cherry pie - Warrant.

Enero 96

—Te prohíbo que digas que no.

Fred, que hasta ese momento había estado muy tranquilo en su habitación grabando un casete con canciones de Oasis para Ginny, se quedó inmóvil al ver la cara de advertencia de George.

—Ehhh ¿Si?

—¡Exacto! Quiero oírte decir sí, Gred.

La sonrisa de George era inmensa y sus ojos azules brillaban con entusiasmo. En otros tiempos aquella mirada habría sido el principio de una travesura digna de ser recordada. Pero su gemelo había dejado esas cosas en el pasado, llenando su lado de la habitación con libros e inventos robóticos que nunca acababan de funcionar.

Fue eso lo que hizo que Fred se cruzara de brazos y lo mirara con recelo. El instinto le decía que aquello no traía nada bueno. Y no se equivocó.

—Cita doble, esta tarde con los bombones de Angelina Johnson y Katie Bell

Por un momento pensó que era un chiste. Pero por supuesto que no lo era. No tenía tanta suerte.

Se negó sin compasión, pero cuando su gemelo le preguntó la razón, no supo qué decir.

Angelina y Katie eran todo lo que soñaba un chico de diecisiete años. Guapas y divertidas. Amaban los deportes y gritaban como marineros cada vez que su equipo de fútbol perdía un partido. Cualquier chico del instituto hubiera dado una de sus extremidades por conseguir una cita con cualquiera de las dos. ¿Por qué a él no le emocionaba?

Aquella pregunta se la hizo unas cuantas veces él mismo. Al igual que su gemelo y sus hermanos mayores, Bill y Charlie, que estaban en casa para pasar unas semanas.

Y es que a pesar que se había bañado y puesto su mejor ropa resignado a que su negativa nunca sería escuchada, su rostro seguía siendo el de alguien que iba al matadero y no a una cita con una chica linda.

—Cambia esa cara muchacho, no te vas a la guerra —lo animó Charlie con una sonrisa. Estaban los cuatro sentados en la mesa de la cocina. Bill y Charlie (uno alto con el largo cabello pelirrojo en una coleta, y el otro bajito y musculoso, con los brazos llenos de tatuajes) bebían algo caliente mientras que los gemelos esperaban que se hiciera la hora de ir por las chicas. Para Fred el reloj que había sobre el fregadero jamás había avanzado tan rápido como en esa tarde.

—¿Qué se supone que voy a hacer con Angelina mientras tú te enrollas con Katie?

—Pues podrías hacer lo mismo con Angelina ¿no crees? —Alzó una ceja sugerente George — Ella es muy guapa, tal vez logre sacarte esa cara de amargado que tienes.

—No voy a liarme con una chica solo para que estés a solas con su amiga. —se cruzó de brazos.

—Vamos, por lo que dice George, Angelina está buenísima—le codeó Charlie— No es como si te pidiera que hicieras un gran sacrificio.

—A menos... —Bill, que era el mayor de todos y sin duda era el que mejor conocía a cada uno de sus hermanos, se inclinó hacia delante con los ojos apenas en tornados y fijos en Fred. — A menos que haya una razón de verdad importante por la que no quieras ir a esa cita. No sé, tal vez ¿una novia secreta?

Había una sonrisa en los finos labios de su hermano y Fred comenzó a planear la forma adecuada para cortarle su preciada cola de caballo mientras dormía.

La Chica Enamorada De Fred Weasley. [Serie De Relatos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora