La Chica Enamorada De Fred Weasley. [Serie De Relatos]

Doce: Simple Man - Lynyrd Skynyrd

Doce.

Simple Man - Lynyrd Skynyrd

Marzo 96

—Es tan guapo —suspiró Parvati.

—Miren esos abdominales —se mordió el labio Pansy.

—Es tan sexy—babeo Lavender.

—Ronca cuando duerme.... —rodó los ojos Hermione.

De inmediato la media docena de alumnas que admiraban a los chicos que jugaban fútbol en el patio, desde la ventana de la cafetería, voltearon a verla entre sorprendidas y encantadas con el nuevo chisme.

—¿Has dormido con Fred Weasley? —la observaba boquiabierta Hannah, una de sus compañeras en el laboratorio de biología.

—¡Por supuesto que no!—Sintió su cara arder mientras volvía su atención al libro que había estado leyendo durante el almuerzo. ¿Cómo habían llegado a eso? —Fred se queda dormido últimamente durante la noche de películas. —Intentó explicarse sin darle mayor importancia.

No funcionó. Le había lanzado un chisme suculento a Lavender y Parvati, y ahora iba a pagar las consecuencias.

—¿Él y tú tienen una noche de películas? ¿Cómo una cita?

Hermione no pudo evitar llevar sus ojos al techo de la cafetería abarrotada.

—No es una cita, sólo nos reunimos una vez a la semana a ver películas y casi siempre están sus hermanos.

Eso era una verdad a medias al fin y al cabo. Cuando Fred alquilaba algo de Tarantino o Kubrick era seguro que sus hermanos se unieran a la función. Hasta su madre, Janet, se plantaba frente al televisor cuando en la pantalla aparecía Tom Hanks. Si, no pasaba muy seguido, pero eso no lo tenía que saber la imaginativa de Lavender.

Menos que menos, le diría que en una ocasión Fred había dormido en su cuarto sin que su madre lo supiera. Mejor ahorrarse el lío. Además, si iba a ser protagonista de escandalosas y calientes habladurías, mínimo que fueran reales y no por haber pasado la noche cuidando de un amigo ebrio.

—Aún así, se ve tan sexy que no me importaría que me roncara en la cara. —continuó Lavender al darse cuenta que no había jugo alguno que sacar de las palabras de Hermione.

—Él o cualquiera de sus hermanos ¿te imaginas hacer un dos por uno con su gemelo? —Alzó una ceja Pansy, una chica morena que coincidía con ella en cálculo y en química.

Hermione negó con la cabeza. El primer día de primavera había traído una inusual brisa cálida que había incentivado a algunos chicos, entre ellos Fred y sus dos hermanos, a jugar fútbol sin camisetas en la cancha del instituto. Las chicas de su curso se habían sentado en la mesa que habitualmente Hermione ocupaba para almorzar sola junto al ventanal, y se dedicaban a perder fluidos mientras seguían con descaro cada movimiento de los chicos que jugaban afuera.

Hermione fingía concentrarse en su libro, pero jamás La inquilina de Wildfell Hall le había parecido tan poco interesante en comparación a lo que pasaba a su alrededor. Se mordió la uña del pulgar obligándose a ignorar el parloteo de sus compañeras y mantener los ojos en el párrafo que leía.

Perdió la batalla medio minuto después, mirando por la ventana y buscando un dorso desnudo en especial. Era un milagro que el director todavía no hubiera aparecido para recordarles que había un reglamento de vestimenta que no estaban cumpliendo.

Cuando encontró a Fred a un lado de la cancha festejando un gol con su amigo Lee, sus miradas se encontraron. Hermione le sonrió y el chico la señaló e inmediatamente comenzó un ridículo baile a modo de celebración. Soltó una risita sin poder evitarlo mientras las otras chicas la miraban con envidia, por ser a quien Fred dedicaba su gol y todas sus payasadas. Lo que no sabían era que hasta su tonto baile tenía un significado. Estaba imitando los pasos que habían visto el viernes anterior cuando alquilaron The Breakfast Club.