Todo Por Una Apuesta

Epílogo

Después de la celebración de la boda se tomaron un fin de semana en la casa de playa perteneciente a los Kirigun, pues ninguno de los dos podían ausentarse por tanto tiempo de sus trabajos, la noticia del bebé se la guardaron para ellos solos porque querían saborearla primero antes de que la locura de la familia se desatará al enterarse de las buenas nuevas, sobre todo Thanya que se iba a volver loca con la noticia.

Al llegar a la casa de playa lo primero que hizo Tharn fue tomarlo en sus brazos para ingresar por el umbral, ya adentro lo condujo por un pasillo hacia la habitación la cuál estaba decorada con pétalos de rosas, y pequeñas luces que daban un ambiente romántico a la estancia, dejando al pelinegro muy sorprendido y derramando algunas lágrimas de felicidad.

Se giro y se fundieron en un tierno beso que dio pie al castaño para que comenzará a devestirlo, tarea con la cuál se tomó su tiempo recorriendo con besos cada parte que iba descubriendo, las caricias estaban a la orden del día y Type solo se dejaba hacer, disfrutando de todas las sensaciones.

Poco a poco se fueron dirigiendo hacia la cama donde el castaño con delicadeza depósito a su esposo y termino de despojarlo del resto de las prendas que le quedaban en su cuerpo, para luego dirigirse a sus labios y sumirse en un apasionado beso.

Esa noche se amaron con delicadeza y sin prisas, pues Tharn trataba Type como si fuera de cristal y fuera romperse en cualquier momento, y mientras repartía besos y caricias se tomó su tiempo para adorar el lugar donde crecería su hijo o hija y que en esos momentos aún se encontraba plano, pero en algunos meses lo vería crecer demostrando la existencia del ser que ambos habían procreado y que llenarían de amor.

Las embestidas fueron lentas y certeras, demostrándole cuánto lo amaba, mientras que Type solo se dejaba llevar y disfrutaba de todo lo que le hacía su ahora esposo, quien en cada caricia le demostraba cuánto lo amaba y lo dedicado que estaba a el y su bebé.

Pero el pelinegro tampoco se quedó atrás y también movía las caderas al ritmo que le estaba marcando el castaño, mientras que con sus manos acariciaba la piel de sus hombros concentrándose en la parte baja del cuello, donde se agarraba a sus cabellos para atraerlo hacia su boca y reunirse en un necesitado beso.

Al cabo de un rato de estar con el vaivén de caderas ambos terminaron llegando al tan anhelado orgasmo dejándolos completamente saciados y felices, por el primer día de su vida de casados.

Ese fin de semana fue para amarse, para perderse en el otro, para salir a la playa y disfrutar de las olas, y por supuesto de observar un atardecer abrazados sentados en la arena; claro todo esto lo hicieron en su último día allí porque el día anterior lo habían pasado en la habitación demostrándose cuánto se amaban solo parando para comer y darse un baño.

Al regresar de su luna de miel y se reintegraron nuevamente a sus trabajos; y el fin de semana siguiente quedaron en reunirse con los Kirigun para tener un almuerzo familiar y así darles la buena noticia que hasta los momentos solo habían disfrutado ellos.

El camino a la casa de Mike y Malay lo hicieron en silencio, pues el pelinegro estaba algo nervioso por no saber cómo iban a reaccionar sus suegros, ya que ninguno de ellos ni siquiera sus amigos sabían que él era un hombre capaz de procrear.

La comida transcurrió con total normalidad, entre risas y preguntas subidas de tono de como había sido su luna de miel, hasta que Tharn tomando la mano de su esposo se puso de pie y dijo: -Familia Type y yo les tenemos noticias...

-En serio, ¿Que nos van a decir ahora?, ¿No me digan que se mudan del departamento?- intervino de inmediato Thanya como de costumbre.

-Por ahora no nos vamos del departamento, pero quizás lo haremos pronto- le contesto el castaño dejándo sorprendido al pelinegro que no estaba enterado de esos planes.