8º Carta

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Florida, 4 de Abril  de 2010

Marianne:

Perdón su es esta oportunidad mi letra no es muy legible pero aun hago rehabilitación física. Desperté en marzo de este año pero aun tenía muchas heridas en mi cuerpo y en mi alma. Los doctores me mantuvieron en coma inducido por la extensión y gravedad de mis lesiones, lo cómico es que apenas recuerdo que paso. Creo que fueron 2 hombres quienes me tomaron de los brazos y me metieron en un vehículo y ahí mismo, me comenzaron a golpear.

Patearon mis piernas, mi torso, intente usar mis brazos para proteger mi rostro pero nada sirvió. No puedo decir con seguridad por cuanto tiempo estuve retenida por esas personas, lo que sí puedo decirte es que por ahora, no veo de mi ojo izquierdo pues hay un coagulo molestando mi nervio óptico debido al edema cerebral (ya lo curaron pero aun esa bola de sangre debe disolverse por sí sola, no quieren volver a operarme otra vez) y eso me lleva a que tal vez nunca más pueda volver a volar...

Sabes, cuando desperté, con la visión borrosa de mi ojo derecho logre ver a un hombre sentado a mi lado, con algo entre sus manos y hablaba, no estoy muy segura de lo que decía en ese momento pero su voz era familiar y me daba tranquilidad. Creí, creí que era mi padre, deseaba tener alguien tanto a mi lado que rogaba que fuera él. Siempre lo soñé con su uniforme blanco y una gran sonrisa, quise llamarle pero mi voz no podía salir, aún estaba intubada.

Cuando trate de hablar otra vez, me moví y él reacciono y si, reconocí su voz, era Thomas. Siempre fue Thomas quien permaneció a mi lado, no me abandono, no me dejo sola, no me decepciono... quise llorar en ese momento, aun quiero llorar pero todavía me duele todo el cuerpo.

El viejo lobo de mar en cuanto se dio cuenta que me estaba moviendo puedo jurar ante quien sean que nunca lo había visto tan feliz. Sus ojos brillaban como el sol del mediodía.

En seguida se paró y me beso la frente, me sentí una niña otra vez, cuando estaba enferma y el abuelo intentaba por todos los medios hacer que mi tristeza se fuera para poder sentirme mejor e intentara cocinar pasta y no le saliera bien...

¿Por qué? ¿Por qué un extraño tiene que ser más mi familia que mi propia madre? Nos ata tan solo la amistad y el respeto, es lo que siento por este hombre con ideas de otra época. Él ha sido mi sostén emocional por los últimos años y nunca pidió nada, salvo saber que estoy a salvo y que he tratado de no hacer cosas estúpidas. Ahora se por él que es verdad lo que dice el refrán: los amigos son la familia que uno elige. Creo que es así  y sin duda tengo una chiquita pero muy buena

A pocos segundos de todo eso una enfermera entro en mi habitación y comenzó a revisar todos mis signos vitales y cuando noto mi expresión de miedo en mi rostro, dulcemente me sonrió y me dijo "Hola preciosa, por suerte despertaste, tu abuelo nos está volviendo locas" para luego seguir chequeando el suero y otras cosas. Me hubiera gustado reír pero no podía hacerlo por el tubo en mi boca, sin duda me recordó a Nichelle, una de las enfermeras que me atendió de bebé. Ella, como todos los enfermeros y enfermeras y médicos son verdaderos héroes todos los días.

Mientras aun ella estaba en la habitación, llego el Doctor Fadir. Otra vez reviso algunas cosas y me pidió que respirara profundamente y cuando ordeno que exhalara, la maldita cosa de mi tráquea saco.

!Horrible¡ es la cosa más horrible que existe después del examen pélvico, sin duda no quiero volver a vivir esta experiencia pero aun así, con todo lo que aprendí, con lo que viví no me sirvieron de nada para sobrellevar el más duro golpe que una mujer puede recibir en su vida.

Cuando el medico creyó que estaba lo suficientemente alerta y estable comenzó a describirme las múltiples heridas que recibí durante mi ataque: un tobillo y varias costillas rotas, otras fisuradas, múltiples contusiones, posible pérdida de la visión de mi ojo izquierdo debido a la hemorragia intracraneal por hundimiento de mi cabeza, lo que provoco que un pequeño coágulo presionara mi nervio óptico, muñecas no sé qué, cadera derecha con un clavo pero eso no era lo peor, lo más doloroso, lo que me rompió el alma, me quebró el corazón fue saber que dentro de mí crecía un bebe y me lo arrancaron de la peor manera.

Cartas a mi MadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora