Self Rejection - Jung Sungchan ✓

Capítulo 13

Estaba acostada en su cama sin nada que hacer, ya no tenía tarea ya que la había hecho en el transcurso de la semana y era sábado por la tarde

En su teléfono se puso a leer algunos poemas para intentar distraerse al menos un rato. Su vista empezó a posarse sobre las palabras del poema de nombre "Alone". Estaba precioso, cada palabra era usada de manera magnífica y es que a Jang mi le encantaban los poemas de Edgar Allan Poe con diferencia a los de muchos escritores más.

Se sintió identificada con las primeras líneas del poema a pesar de que a ella le pareciera raro eso de identificarte con algo que no era tuyo. No pensaba que existían cosas que le podían pasar a dos personas que no se conocían de nada. Porque según cada uno es diferente, no todos tienen las mismas experiencias y pensamientos.

Luego de eso se sentó en su escritorio dispuesta a escribir algo, cualquier cosa no necesariamente un poema.

Dejó que su mano actuara sin ella prestar mucha atención a lo que estaba escribiendo. Le gustaba hacerlo mucho, al final terminaba riéndose de lo que escribía ya que muchas veces no tenía sentido.

¿Qué es esto que siento cuando estoy contigo?
Al sostener tu mano me dan escalofríos
Eres demasiado lindo que me pone nerviosa
Eres más bonito que una rosa.

No sé por qué me pongo así, solo somos amigos
Me haces sentir bien al estar contigo
Eres genial e íbamos bien en toda esta relación
Pero de repente cambiaste y te volviste más distante.

Ya no sé qué hacer, quiero que seas como lo eras hace casi un mes
Ese chico lindo y raro del que sin darme cuenta me enamoré.

Jang mi al terminar de escribir eso se quedó atónita, siempre quedaba así al escribir sobre Sungchan, pero en ese momento simplemente arrancó la hoja del cuaderno y la guardó en uno de sus cajones, no quería que nadie se enterara de eso, no sabía por qué le daba vergüenza decir que le gustaba alguien siendo eso tan normal.

Agarró su teléfono y decidió llamar de una vez a Rae Soo. A ella era a la única que le podía contar con normalidad.

—¡Te dije que estabas enamorada! —le gritó Rae Soo desde la otra línea.

—Sí, sí, tenías razón —dijo girando los ojos aunque la otra no pudiera verlo.

—Siempre la tengo, no veo de que te sorprendes y ¿Sungchan es el que nos encontramos en el centro comercial la otra vez? Es muy lindo.

—No, él es Shotaro. No has visto a Sungchan.

—¿Es más o menos bonito que Shotaro?

—Depende de cómo lo veas, para mí es más bonito Sungchan.

—¿Tienes una foto de él?

—No, no sé si le gusta tomarse fotos porque ni siquiera le he preguntado.

—Una lástima, quiero verlo, quiero saber quién es el galán que te robó el corazón así como un ladrón robando tu teléfono a media noche.

—Que traumas los tuyos. Supéralo, ya tienes uno nuevo.

Luego de un rato hablando con Rae Soo decidieron salir y encontrarse en un parque de su urbanización.

—¿Cómo te ha ido en el trabajo? —le preguntó Jang mi a su amiga.

—Bien, los demás trabajadores son amigables, ya tengo un nuevo amigo. Se llama Jiung.

A Jang mi le gustaba escuchar las historias de su amiga y los nuevos amigos que tenía, Rae Soo era todo lo contrario a Jang mi. A Rae Soo no le preocupaba en lo más mínimo hablar con una persona nueva, incluso habían ovaciones en las cuales Rae Soo hacía amigos en el metro por lo sociable y agradable que llegaba a ser.

Rae Soo era lo que Jang mi quería ser y a la vez ella misma no se permitía.

—Al fin tengo mi primer sueldo. Si trabajo unos meses más ya tengo mi guitarra ¿Y a ti? ¿Cómo te va n la vida?

—Bien, no he hecho nada interesante 

—Tú nunca haces nada interesante —dijo girando los ojos.

—Wow no lo sabía —exclamó con ironía sacándose a si misma una sonrisa.

—Deja de ser ridícula, por favor.

—Entonces tú deja de ser tonta. Algo imposible de que logres, lo sé, pero si yo lo intento tú también lo harás —dijo colocando una mano en su pecho haciendo que la otra la empujara con suavidad.

—Y bueno, Hangmun —habló la castaña y la pelinegra bufó debido al apodo— háblame de Sungchan ¿Qué te parece? ¿Qué es lo que te gusta de él?

—No lo sé —parló alzando los hombros— No es como que pueda nombrar algo que sea la causa de mi enamoramiento. Es simplemente por ser él, por ser como es. Eso es lo que me gusta, por ser divertido, estúpido y muy lindo, así es él y así me gusta.

—Ay, mi pequeña Hangmun está enamorada —chilló emocionada la castaña abrazando por los hombros a la pelinegra y está sonriendo con diversión.

—Sí, yo tampoco me lo creía antes. Cosas que pasan.