Self Rejection - Jung Sungchan ✓

Capítulo 2

Jang mi al llegar al colegio empezó a hacer lo mismo que siempre hacía, estar en su celular para no sentir tanto su soledad.

Al salir de la primera clase fue al banco de cemento en el que acostumbraba sentarse. Empezó a ver hacia su al rededor, pero se arrepintió luego de unos segundos.

Notó rápidamente que todos los demás tenían un grupo al cual pertenecían. Todos estaban acompañados al menos por una persona y eso la hizo sentirse atrapada en una burbuja en la cual nadie podía pasar ni aunque quisiera. La hizo sentirse realmente sola, porque lo estaba.

Dirigió su vista de nuevo hacia su celular y con sus ojos cristalizados empezó a buscar música para intentar levantarse el ánimo así sea un poco. Pero sabía que en ese momento eso no era posible.

En un mal intento colocó "Somehow" de DAY6. Esa canción le encantaba, pero no hizo nada contra todo el nudo de soledad que tenía en su pecho. Se sentía triste y vacía a la vez.

De la nada sintió la presencia de otra persona a su lado y sin prestarle atención se corrió un poco hacia el lado contrario. Solo que la otra persona se acercó más a ella.

—Hola —pudo escuchar a pesar de la música de sus auriculares.

Al voltear se dió cuenta de que era Sungchan otra vez. Estaba con una pequeña sonrisa que de un momento a otro se la contagió a ella. Sin saber el porqué sus manos empezaron a temblar un poco.

—Hola ¿Cómo estás? —le preguntó animadamente dirigiendo su vista hacia él.

—Un poco aburrido, la verdad ¿Y tú? —él pasó por alto los ojos cristalizados de ella al ver que poco a poco dejaba de tenerlos así.

—Estoy igual, no sé que hacer.

—¿Quieres caminar un rato hasta que suene la campana?

—Claro, vamos.

Se levantaron de ese banco para empezar a caminar y hablar por los pasillos poblados de alumnos de diversos salones. Al hablar de cualquier tema, Sungchan era muy divertido siempre salía con alguna ocurrencia que hacía que la pelinegra riera. Mientras que ella no era de hablar mucho, solo decía lo necesario para seguir con la conversación de manera fluida. De cierta manera al hablar uno complementaba al otro.

Llegó la hora de entrar a clases y sin más que hacer, entraron a ella.

Jang mi estaba súper aburrida, claro, era una clase de biología. Por más que algunas cosas le encantaran de ella, la mayoría de las clases le parecían tediosas. Por otro lado Sungchan estaba muy atento a cada palabra que la docente decía y cada vez que ella soltaba una pregunta, él era el primero en alzar la mano para contestarla.

Ella se fascinaba al ver esa diferencia entre ellos. A ella ni siquiera si sabía la respuesta le gustaba alzar la mano. En cambio, Sungchan siempre la levantaba con una sonrisa y mucha seguridad.

La profesora casi al final de la clase llamó la atención de todos al decir —Tendrán una exposición en parejas. Ustedes las escogerán.

La pelinegra entró por un momento en pánico. No sabía exponer y siempre que decían que ellos podían escoger las parejas, ella quedaba sola.

Estaba a punto de colapsar, sus manos temblaban un poco, pero nadie se daba cuenta debido a que estaban debajo de la mesa. Fijó su mirada en su cuaderno y sus ojos empezaron a cristalizarse. Le daba miedo tener que pararse frente a todos sus compañeros y hablar de un tema del cual ni siquiera sabía mucho.

De la nada toda esos pensamientos se esfumaron al escuchar la voz de Sungchan. Su voz simplemente le ayudaba a dejar de pensar en todo eso que la agobiaba.

—¿Lo hacemos juntos? —le preguntó un poco temeroso por la respuesta la de ella.

Ella sacó sus manos de debajo de la mesa y se quitó la pequeña gota que amenazaba con salir de su ojo y le regaló una hermosa sonrisa al más alto.

—Claro ¿Dónde hacemos la lámina?

—No lo sé, tal vez en tu casa.

—Está bien ¿La hacemos mañana?

—Sí.

—Mañana, vamos juntos a mi casa.

—Está bien—-él se notaba un poco nervioso sin saber el porqué.

Terminaron las clases y cada vez se fue a su hogar. Luego de la cena Jang mi les informó a sus padres que al día siguiente iría Sungchan y ellos emocionados accedieron a ello.

Ese día ella pudo dormir tranquila y felizmente. Mientras el durmió emocionado pensando en que al día siguiente conocerá la casa de esa hermosa chica que hacía que aparecieran pequeñas mariposas revoloteando en su estómago.