La Caída de la Máscara

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Bonus:

*Hace siete minutos atrás*

No pasó mucho tiempo desde que se separó del resto del equipo debido al cambio de planes ocurrido recientemente. Sus pies corriendo a gran velocidad y su agitada respiración son los únicos sonidos presentes en esos pasillos iluminados por su linterna. De estar haciendo aquellas mismas acciones en un parque por la mañana, seguramente no estaría recibiendo la misma adrenalina que tiene ahora, surgida por sus tres temores: El no encontrarlo, hallarlo muerto y que ellos tres tampoco logren salir

Al llegar a la puerta que cumple con las características afirmadas por el nerd, es decir aquella de hierro con el número 19 dibujado en su zona superior, Kyle decide inhalar y exhalar profundamente antes de entrar, para poder prepararse mentalmente de lo que sea que vea ahí dentro

Cuando logra ingresar e inspeccionar la habitación, no puede deducir si le perteneció con anterioridad a un científico loco o a un médico ilegal, siendo que aquel lugar tiene tanto herramientas médicas como maquinarias sumamente avanzadas. Sin embargo, también se puede ver, si se presta la debida atención con buena iluminación, las salpicaduras de sangre seca en el suelo de mármol, las cuales aumentan en cantidad a medida que avanzan sus pasos por ese interminable sendero rojizo, terminando así frente a una camilla cuyas patas son tan carmesí como rosas

Pero lo importante no es el artefacto en sí, sino lo que hay sobre él

Una escena que nadie debería presenciar y la explicación del por que Hamada hizo bien en no mostrarle al resto del equipo al desaparecido: Un sucio joven de piel canela y cabellos marrones claros atado de manos y pies, o así debería ser si no fuera por la faltante de una de sus extremidades. Otro rasgo presente son todas las cicatrices tanto en su rostro como en su cuerpo desnudo, siendo algunas de estas más recientes y otras mucho más antiguas, sin mencionar que el miembro entre sus piernas está destrozado y cocido mal hecho, como si quien lo hizo no tuvo tiempo de hacerlo correctamente. El menor del grupo les había comentado como fue la tortura de Marco, pero una cosa es que te lo comenten y la otra es ver los resultados

- ...Sé que estás ahí... - dice neutral el latino con sus ojos vendados, sacando al mayor de sus pensamientos - ...Solo comienza de una puta vez...Ya ni me importa... - agrega, dejando sin habla al contrario, el cual, lo único que puede hacer es quitarle aquello que le impide ver hasta que las palabras puedan salir de su boca

- Estas horrendo, Marco - comenta, viendo como aquellos rojizos ojos ámbar, posiblemente de tanto llorar, pasan de tener una expresión carente de alma a una de genuino asombro y felicidad

- ...¿K-Kyle?...¿N-Neta que eres tú?- pregunta confundido, observando detenidamente el rostro del adulto frente a él y esperando que no sea una ilusión o una mala broma de su cerebro

- Hola idiota - responde sonriente, logrando así que un par de lágrimas traicioneras se escapen de los ojos de ambos, para que luego Takachiho recuerde la situación en la que están - Jeje ya después tendremos tiempo para hablar - agrega, limpiando su cara con su mano libre - Ahora necesito sacarte de ahí

- J-Jeje Claro chino, las llaves están en la mesa detrás de tí - comenta, viendo como el nipón se voltea y se dirige a esa zona - ...¿Dónde está Miguel?...Dime que no está aquí también...- cuestiona, cambiando su alegría por preocupación

- Está aquí, pero con un amigo en camino a reparar algo, tuvimos un ligero...percance - explica, tomando las llaves y librando a su novio de aquello de metal que lo tiene por prisionero

Sin embargo, en lugar de calmarlo, solo logra que De La Cruz se preocupe aún más, ya que nada bueno puede venir de los "percances" y mucho menos con lo que puede pasar si su secuestrador descubre que quien busca está en su territorio

A través de tu cámara (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora