Final Malo (Fanfic)

178 18 23
                                    

Hola, aquí Destiny

Este capítulo tiene contenido no apto para sencibles (explícito)

Que lo disfruten

*****************************

Hay personas que tienen sentimientos negativos muy fuertes, sentimientos encajados en cómo aprietan los dientes al pensar en venganzas, que se ven ellos enredados en cómo mueven su pie insistentemente, si guiñan el ojo muy rápido y apenas cerrándolo o cuando muerden sus uñas sonando sus dedos. Casi siempre este tipo de personas empieza justificándose con que "la venganza no trae paz", hasta que se ven demasiado afectados, influenciados, se ahogan en sentimientos fuertes que no son nada buenos que les traen pensamientos, ideas, deseos...

Marco nunca fue bueno en esto de dejarse llevar por lo que sentía, siempre tratando de ser neutral para mantener su chispa coqueta y divertida centellando a los demás, a los enojones que son impulsivos o muy reprimidos. Para liberarlos, pensaba, basta con un poco de música y diversión.

Mas todo cambió cuando fue secuestrado, torturado y humillado por algo que no hizo él, que no tenía porqué andar pagando, ni ser una pieza de ajedrez de esa retorcida mente. No tuvo porqué ser llevado reemplazando el lugar que Miguel tuvo que ocupar desde un principio. ¡Y mierda, cómo trató de reprimir sus sentimientos! Lo hizo con pensamientos tales como que él no habría podido soportarlo, que es su hermano de otra madre, que debe ayudarlo, que no va a sufrir, que felizmente va a ocupar su lugar si se encuentra bien... ¿Pero, cuáles eran los verdaderos pensamientos?

"No debería estar aquí", "¿Es acaso culpa mía que sea tan estúpido?", "¿Por qué YO debo pagar los platos rotos?", "Esto debería sufrirlo Miguel, esto debería sufrirlo Miguel", "No, no, no, ÉL DEBE PAGAR, NO YO"

Pasó un tiempo, dieron con su ubicación, le salvaron antes de que terminara como nada. Fueron meses para poder siquiera estar estable, varias partes de su cuerpo fueron reconstruidas de manera exitosa, y fueron años para que su mente estuviera más tranquila, para que su cuerpo volviera a funcionar adaptándose a las secuelas, años de terapia, psiquiatras, psicólogos, doctores, hospitales, enfermeras y pensamientos fuertes debiendo ser reprimidos. Ya no era tan coqueto, ya no era tan guapo, ya no tenía novio, ya no tenía hermano de otra madre, ya no tenía ni una buena verga ¡Literalmente!

Y TODO, ¿POR CULPA DE QUÉ? ¡DE ESE, ESE, ESE, ESE ESTÚPIDO QUE NO PUDO SER CUIDADOSO Y QUE N-

Un, dos, tres...

Piensa, respira, calma.

Cuatro, cinco, seis...

No todo está mal, sigo vivo.

Siete, ocho, nueve.

Y aunque nunca tuve que estar en peligro de muerte...

DiezonCEDOCETREC-

¡Cálmate, Marco, no es nada, NADA, nada! ¿A-acaso pudo haber sido evitado?

¿...O diferente?

No, no pudo, no hay hubiera.

...

Y si hubiera un "hubiera", sin que fuera yo quien pagara, si hubiese sido Miguel quien fuera torturado, hubiera deseado ser él para que estuviera bien.

Porque

lo

quería.

Lo quería mucho, y no pudo haber cambiado en ese entonces.

No pudo.

Pero ahora, ¿sí?

Ahora sí, sí cambió. Marco lo pensó durante trece días, llegaba el pensamiento a su cabeza cuando se preparaba un café en la madrugada, quemando sus marcados labios y boca sin importarle un carajo, tronando sus dedos sudorosos sin poder parar de pensar y contar y llorar y caminar en la pequeña cocina de su nuevo departamento, y jura que nunca le supieron tan amargas sus lágrimas cuando estas llegaron a rozar su boca, tan amargas que su café ardiente como lava ya no supo nada más que un amargo salado, sin café, sin endulzante, bebía solo agua con sal ardiente y amarga, asqueroso... Y pronto, se volvió su sabor favorito. Sentir lo poco que le quedaba de cordura deslizarse como gotas rojas después de morder sus labios y muñecas lo ayudó mucho el día tres, le hizo pensar en que, no importaba cómo ni cuándo, si no hubiese sido él quien haya sido torturado, se hubiera torturado a sí mismo. El día cinco destrozar su vivienda nunca se sintió tan bien, gritar tan ronco, tan roto, que logró sentir su garganta vibrar, arderle y doler nunca le había gustado tanto. Golpeó su cabeza tantas veces en las paredes que no pudo contar cuántas veces sangro.

A través de tu cámara (Higuel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora