Comienza a pegar los cachitos

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En un lugar de otra dimensión en este instante posiblemente estaba un mujer con sus hijas y un marido muy guapo, seguramente las sonrisas serían su pan de cada día. Sentia envidia por las cosas que ella podía tener y yo no, irónico que seamos la misma persona.

Tomé un café mientras observaba por la ventana de la casa, la nieve: los pinos verdes bañados de destellos blancos, era una imagen hermosa pero yo... bueno no podía disfrutar de ello, no lo merecía. Hacia ya cinco meses desde nuestra huida, a pesar de que el viejo prefería que nos quedáramos encerrados ninguno compartía su visión de las cosas, estaba segura que nadie nos buscaría, al final mi abuela era la reina.

Dimitri estaba trabajando en un lugar como guardia de seguridad, Lisa estaba con Christian, ambos habían conseguido un trabajo en un restaurante de carretera y yo trabajaba a las afueras, en un bar. Todos nos moviamos por el mundo humano, a decir verdad era aburrido, extrañaba las estacas, las misiones. Extrañaba mi hogar, Adrián estaba contento trabajando en un casino, ahí tenía lo que tanto buscaba: chicas y alcohol, de todos era el más alegre.

Dimitri y yo estábamos distanciados, vivíamos bajo el mismo techo pero no manteníamos ninguna relación, en realidad comenzaba a creer que para él ya era una amiga más. Incluso había escuchado a Adrián comentar que estaba saliendo con alguien. Era bueno para mí calma, para mi tortura personal  era malo para mi corazón, eso dolía, me mataba por dentro pero es que por más que tratara de hacerme a la idea de que mi familia no había muerto por mi culpa, así era y no podía siquiera imaginar comenzar a vivir y disfrutar sin ellos. Sonya había tenido a su pequeño hacia unos días, según quería reunirse con Dimitri aún que al final no podía ya que mi abuela le había suplicado que se quedara, necesitaba al menos un miembro de su familia destruida.

— es una imagen para fotografiar — Dimitri se sentó a mi lado

— sí, es hermosa — suspiré — ¿saldrás? — mire su atuendo, era realmente guapo

— voy a comer — no dijo con quien, supuse que sería esa chica de la que hablaba Adrián — parece que piensas mucho —

— Sonya ya es mamá, su hijo se llama Michael — esperó — cuando estuve en la otra realidad conocí a ese pequeño, solo me aturde un poco que en otro lugar del universo existe alguien como nosotros viviendo cosas distintas —

— aún me cuesta creerlo, en aquel lugar somos papás ¿no? — asentí

— una niña hermosa, la combinación perfecta de ambos, se llama Irania — sonrei — y dos gemelas — una suave carcajada salió de él, sentí como mi alma se llenaba de vida

— puras niñas — parecía imaginar — ese Dimitri ha de estar al borde de la locura —

— imagínate si al menos una sacó mi manera de ser... — me reí — yo creo que sí — mi miró con algo que no supe entender, tal vez añoranza

— ¿has ido a ese lugar? — no entendí — con Nasor y Neferet  — negué con la cabeza. Asintió

— en realidad tiene tanto que no ocupo la magia que no sé siquiera si aún tengo poder — suspiró — ¿lo has intentando? — negó con la cabeza.

— solo me gustaría saber unas cosas — pensé que me diría cuáles pero se limitó a mirar por la ventana conmigo, se sirvió café también — ¿y cómo serán esas gemelas? — me hizo sonreír

— ellas aún no nacían, es más no creo que estuviera embarazada en ese entonces — me las imaginé parecidas a él — Irania, es un ser curioso e inteligente, parecida a ambos aunque creo que el carácter le pertenece a esa Rose —

— me encantaría haberla conocido — suspire — sería algo hermoso poder ser padre, ver a mis hijos crecer... —

— que te saquen canas verdes, hagan travesuras —

— oye, yo fui un excelente niño, bien portado y todo, no creo que mis hijos fuesen así — me reí — a menos que seas  tú su madre, entonces habrá mucho karma que pagar —

— yo también fue una excelente hija — dejó la taza por un lado, se acercó a mi — también solía portarme bien, de vez en cuando —

— tengo información que me indica lo contrario, me imagino que estuviste castigada mucho tiempo — se burló

— pues no creo que seas perfecto — estaba tan cerca, no supe como pasó, como nos acercamos tanto... podía sentir su aliento tan cerca, el calor de su cuerpo, era como sentirse protegida como si se formara una muralla y alejara el dolor.

— sé en qué momentos soy perfecto — suspiró y pegó su frente a la mía — cuando estoy contigo, es en ese instante cuando mis engranes funcionan bien, ahí, solo en ese instante soy perfecto — el celular nos interrumpió, vi el nombre del contacto "Hayley", me miró a los ojos esperando suplicante, sabía que era un reflejo de mi propia alma, se cortó la llamada y cientos de mensajes comenzaron a llegar

— creo que se te hizo tarde, deberías responder — contesté, pero no se movió — quisiera... — solo me tomó en brazos, me acunó a su cuerpo sin decir nada más — podría ser apenas segundos o minutos, para mi era mi vida entera, era como estar en casa, era todo lo que deseaba. Alguien abrió la puerta, por instinto me alejé, lo mire solo para ir por más café.

Adrián nos miró a ambos, estaba curioso, muy curioso, Dimitri tomó el celular y fue a hablar a otra habitación

— amor, luego celos — dijo antes de acercarse a mi — ¿cuánto más vas a resistir? —

— espíritu se está acabando tus neuronas —

— tal vez, pero se reconocer las auras, lo amas tanto como él a ti, si los hilos rojos existen, tú  y él son el ejemplo —

– él tiene a esa Hayley — dije con celos, cerré los ojos — yo no puedo darle la felicidad que él necesita —

— ¿por qué? ¿por qué gente murió? — lo miré — pequeña Dhampir, ¿tienes idea de a cuánta gente salvaste? — se sentó delante de mi —

— de no ser por ti, por Dimitri, por quienes lucharon Alistair habría logrado su cometido, él tenía conocimiento y con eso habría destruido todo —

— Mi familia... —

— tu familia decidió salvarte, entregaron su vida por su pueblo, ¿crees que es justo que te vayas acabando poco a poco y desperdicies la vida que te queda? — sonrió

— en la corte no ven las cosas como tú —

— esos son unos viejos conservadores que temen a lo que puedes hacer, temen a lo nuevo, prefieren quedarse ajenos a ello. No han vuelto a buscarte, solo te quieren lejos de la corte y tu abuela estoy seguro, está esperando a saber de ti, saber que estás bien. La única que se culpa eres tú, eres la única que quiere destruirse —

— lo bueno es que te tengo para evitar quedar en el hoyo —

— es un placer — lo miré —

— ¿no extrañas la corte? —

— es muy aburrido, siempre las etiquetas, bailes, gente que sonríe de modo hipócrita a gente que le caga —

— sí,  no lo hubiera descrito mejor — Dimitri salió, nos miró con curiosidad

— bueno, yo los dejo, conocí a alguien y pienso salir a conocerla mejor, si saben a lo que me refiero —

— al menos alguien anda como pez en el agua — asentí. Estaba decidida, hoy visitaría a Nasor y a Neferet.  Necesita saber qué era lo que pasaba con la magia y si aún era digna de ella.

Academia de vampiros - realidad BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora