Capítulo I

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Ayer fue un día muy cansado y me quedé dormida unas horas más, la verdad tampoco quería levantarme y ver a mi madre aunque ella vendría aquí, lo sé.
Me estiré y salí de la cama, fuí a ver si estaba pero no estaba en casa cosa que me alegro porque la odio, y se supone que es mi madre pero no hace realmente lo que una madre debería hacer. Me dí una ducha y fuí a la cocina cosa que no debí hacer porque estaba allí ella

-Evan.- dijo mientras me intentaba dar la vuelta
-¿Que quieres?- le pregunté mientras caminaba hacía donde estaba ella
-sé que para ti es común pero hoy vendrá a cenar un hombre al que conocí hace unos meses y quiero presentarte- lo que faltaba otro de sus noviecitos
-vale pero dile que traiga algo que merezca la pena como vino-
-Evan no seas así ni siquiera lo conoces todavía-
-ni falta que hace Laurie- ella odiaba que la llamara por su nombre pero por eso lo hacía

Me metí en mi cuarto y apenas salí en todo el día ya que me senté a dibujar y luego me entró una crisis existencial hasta que llegó mi madre

-será mejor que te pongas algo elegante, vendrá en 1 o 2 horas-
-¿me va a venir a ver a mi? ¿No verdad? pues no quiero vestirme para nadie-
-no digas estupideces claro que viene a verte quiere conocerte-
-pues dile que yo a él no quiero-

-EVANGELINE YA ESTA BIEN, YO NO TE CRIÉ ASÍ-
-¿ASÍ COMO? ¿DICIENDOME LO POCO QUE VALÍA CADA 5 MINUTOS? NO ME JODAS LAURIE-
-Vístete ahora mismo- cerró la puerta de golpe y no pude decirle nada

No la hice caso y me puse un pantalón y una camiseta solo. Al rato me llamó avisándome de que ya había llegado y bajé las escaleras encontrándome con un hombre alto, moreno, con barba canosa, algo fuerte y atractivo bastante atractivo no sé que especie de amarre le hizo mi madre a aquel señor pero lo acompaño en el sentimiento.

-Evangeline este es Jeffrey, Jeffrey esta es Evangeline, mi hija-
-encantado- dijo dándome dos besos rozando su prolija barba algo canosa
-igualmente- le dije por respeto y algo sorprendida por lo que mi madre llegó a llevarse, mi madre era guapa pero no para llevarse alguien que trabajaba en una gran empresa, o eso parecía.

-cariño, iré a traer la comida. ¿porque no me ayudas?-

-yo te ayudo- dijo Jeffrey

-no hace falta, que lo haga ella, lleva todo el día sin hacer nada- como se atreve a decir eso de mi cuando la que hace toda la casa soy yo

-no, enserio, déjame
ayudarte-

-esta bien, pero no te acostumbres- sonrió embobada y yo me asquee

Cuando vinieron Jeffrey se sentó enfrente de mi y mi madre a su lado

-bueno, conoceros- dijo tratando que alguien hablara

-¿cuántos años tienes?- me preguntó sin dejar siquiera que abriera la boca

-21 ¿y tú? ¿85?-

-Evangeline- dijo mi madre

-50- me sonrió

-¿en que trabajas?-

-tengo una empresa si quieres te la enseño algun día-

-no, gracias, estaré muy ocupada-

-Evangeline- me levanté de la mesa mientras mi madre me regañaba

-ah y Jeremy-

-Jeffrey- él no dejaba de sonreir parecía que le hiciera gracia

 𝐷𝑎𝑑𝑑𝑦'𝑠 𝑖𝑠𝑠𝑢𝑒 (𝑱𝒆𝒇𝒇𝒓𝒆𝒚 𝑫𝒆𝒂𝒏 𝑴𝒐𝒓𝒈𝒂𝒏)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora