Había pasado una semana desde que Izuku despertó, tiempo en el que tanto los problemas como los intentos de posibles soluciones habían incrementado. Héroes de otros países llegaron a Japón, dispuestos a luchar e intentar restaurar lo que alguna vez fue el país con el índice criminal más bajo.
Varios cambios vinieron arrastrados por estas pequeñas acciones, las leyes se vieron drásticamente amenazadas por las nuevas exigencias del pueblo, la sociedad veía imposible continuar viviendo si constantemente se les oprimía en cuanto el uso de su poder a menos que su decisión no fuera ser un héroe.
Muchos de ellos pensaban, ¿Cómo es posible que me nieguen ser mi verdadero yo? Las opiniones se dividían entre gente asustada y gente molesta, nadie quería seguir un orden, no cuando ya se había demostrado que los héroes no eran precisamente heroicos, ¿En qué cabeza cabía pedirles comportarse? Les habían prácticamente escupido en la cara que los héroes no se "comportan", son personas egoístas a la que les confían sus vidas, ¿Y era sensato?
Nadie entendía o quería admitir que ellos también eran personas, sin embargo, lo que fueran o no era muy poco importante, el sentimiento de traición era mil veces mayor y no se esfumaría pronto.
La entrada de la UA había sido masacrada con mensajes de odio hacía los profesores, pero en estos momentos, lo más destacable era la estatua de Midnight rodeada por pétalos púrpuras.
Los alumnos de la clase 1A se encontraban en la sala común, hablando de todo y nada, no había mucho que decir ahora que todos conocían el secreto de Izuku y tampoco había ánimos para relatar lo que habían vivido anteriormente, sin embargo, había sólo dos personas que parecían fuera de tono y estos eran, por supuesto, Bakugou y Todoroki.
El par se había vuelto extrañamente cercano, Shouto seguía a Bakugo casi como un cachorro, muy disimuladamente, por supuesto, pero al prestarles la suficiente atención se podría notar como el de cabello bicolor andaba todo el tiempo a su lado y curiosamente, al rubio no parecía molestarle. En este preciso momento mientras Izuku habla con Uraraka, no puede evitar mirar como el chico de cabello bicolor observa a Bakugou cortando unas simples cebollas, ya que repentinamente Shouto se había interesado por la cocina.
— Las cebollas son importantes, bastardo —. Gruñe el rubio realizando cortes finos y veloces. — Si no puedes hacer esta mierda, no puedes cocinar nada.
— ¿La presentación de las cebollas es muy importante? —. Shouto ladea la cabeza. — Entiendo...
— Todo el tiempo dices eso y realmente sigues siendo el mismo idiota de siempre —. Brama el de mirada escarlata.
— Creo que esta vez puedo hacerlo...
— Quiero ver que lo intentes —. Katsuki sonríe entregándole el cuchillo. — Si no lo haces bien, te mataré.
El chico de mirada colorida no dice absolutamente nada, en vez de ello, con tranquilidad sujeta el mango azul del objeto afilado y corta lentamente la cebolla en aros finos que más tarde pasan a ser pequeños cuadrados. Cada cierto tiempo, Todoroki lanza miradas al rubio quien se mantiene callado viéndolo, Bakugou chasquea la lengua cuando la cebolla desaparece por completo, juntando los trozos con la mano y dejándolos dentro del pequeño tazón.
— Bien, vamos a seguir, preparar Katsudon no es sólo picar una cebolla —. Aunque el rubio rueda los ojos, Shouto parece complacido con la acción, así que responde con un gesto tranquilo y amable.
— Deku-kun —. Pronuncia la chica de cabello castaño, ondeando una mano frente a su rostro, el peliverde aparta con rapidez la vista de los dos jóvenes para concentrarse en el rostro preocupado de Ochako. Izuku se disculpa mentalmente con ella, no es que no le importe lo que dice, es que ver a ese par convivir tan armoniosamente era tan raro como que él no se rompiera alguna extremidad. — ¿De verdad piensas qué todo saldrá bien esta vez?
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El invierno llegó tarde ese verano
FanfictionTodo comienza con una promesa, pactada entre las paredes blancas del hospital donde todos despertaron. La sociedad quebrantada necesita ser salvada, la guerra contra All For One todavia no acaba, pero, ¿Quien dijo que en medio de la guerra no puede...