Capítulo 5. Reconocimiento

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Otro mes había pasado.

Todoroki miraba de manera distraída el plato de comida frente suyo, ese día Iida y Koji se habían ofreciedo a preparar la comida para todos, por ello tenía al frente un plato de arroz con tortillas de huevo por encima, un tazón de pescado y otro de sopa miso, no es que no fuera apetecible, pero en ese momento no se sentía apto para comer, tenía la cabeza absorta en tantas otras cosas que simplemente comer sonaba muy desagradable.

Suspira con cansancio, debería dejar de darle vueltas a un tema de tan banal y preocuparse por lo que realmente importaba, no podía darse el lujo de estar mal alimentado en un momento en el que su presencia y fuerza marcarían una diferencia muy grande en batalla o rescate, así que comienza a comer.

Al terminar, Todoroki agradece al resto y lava el plato para dejarlo en su respectivo sitio, el chico va hasta la sala de entrenamiento, donde hay maquinas y otros dispositivos listos para usarse y ejercitar su cuerpo, se dirige a los baños para cambiarse a algo más cómodo y deportivo, eso es lo que necesita en esos momentos.

Shouto comienza con estiramientos y luego ejercicios más complejos, cosas que ayuden a mejorar su condición física o que consigan distraerlo.

— Todoroki —. Saluda Sero junto a Denki, ambos entrando sonrientes. — Espero que no te importe que entrenemos contigo.

El chico niega, levantándose para beber agua.

— Es gracioso, Bakugou hizo lo mismo hace tiempo —. Comenta el rubio.

— ¿Cómo? —. Shouto alza una ceja.

— Si, hace tiempo Bakugou estaba raro y vino con nosotros a entrenar, en el desayuno no te veías completamente bien y luego viniste aquí, es un poco gracioso —. Insiste Kaminari, dedicándole una sonrisa.

— ¿Estás bien? —. Pregunta Sero, el chico de cabello rojizo y blanco baja la mirada unos segundos.

— Sí —. Murmura Shouto, pasando una mano por su nuca.

El entrenamiento sigue su curso, con los chicos haciendo abdominales, lagartijas o lo que sea que les venga en mente hasta que el joven de ojos hetecromáticos recibe una llamada, es su padre, quien le avisa que Hawks pasará por él en algunas horas, ese día finalmente les habían mostrado algo de piedad, dejándoles descansar, así que Shouto aprovecharía el momento para realizar su propia investigación.

Limpio y arreglado es abandonado en casa de Rei, Shouto explora un momento la casa, pero no hay registro de Fuyumi en ningún sitió, completamente resgignado, el joven va a uno de los sillones para holgazanear, enciende el televisor y se queda embobado con un programa cuando la figura alta de Natsuo irrumpe en la escena.

— Oh, no sabía que estabas aquí, eres silencioso, igual a un gato —. Comenta el chico con una sonrisa, siempre que Enji no estaba involucrado, Natsuo se comportaba como un tipo risueño, alguien que transmitía sus emociones al resto pero conservando un aire reservado. — ¿Te trajo Hawks?

— Sí, dijo que mamá quería verme... —. Murmura.

— Si, ella salió con Fuyumi y el viejo para comprar cosas para la cena —. Comenta el albino, chasqueando la lengua.

— Natsu-Nii —. El rostro de Shouto denota nerviosismo. — Tu tienes una novia, ¿Cierto? —. El rostro del mayor se enrojece casi de inmediato,  la relación que tiene con su hermano menor es apenas la de conocidos, pero Shouto es alguien sin ningún tipo de filtro al hablar, así que no intentará evitar el tema, si el niño quiere hablar del romanticismo, Natsuo le dirá todo lo que sabe.

El de mirada gris se sienta junto al pequeño, con el corazón revoloteando emocionado, no puede creer que sea él quien va a aconsejar a Shouto en el tema... Por supuesto, las circunstancias apocalípticas no son las mejores, pero nadie debe juzgar a su hermanito por enamorarse en plena destrucción.

El invierno llegó tarde ese veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora