Pero no fue el caso. El viernes a primera hora de la tarde estaba hecho un auténtico manojo de nervios ante la perspectiva de ver a la señorita Dawson en clase. Estaba sentado en mi despacho procurando relajarme cuando mi compañero y amigo James entró. Tomó asiento al otro lado de la mesa y me miró con extrañeza.
—¿Estás bien? —preguntó.
—¿A qué te refieres?
—Pareces… distinto.
—Oh —dije.
—¿Te has cortado el pelo?
—No, es que se me queda así cuando no me lo peino después de secármelo con la toalla —expliqué, mientras me preguntaba por qué la conversación giraba en torno a mi pelo. Hasta la fecha nunca habíamos comentado mi aspecto.
—Está genial —señaló, sonriendo—. ¿Tienes planes este fin de semana? ¿Alguna cita?
—No. Esta noche ceno en casa de mis padres y creo que el domingo TaeHyung y yo iremos al gimnasio y luego a comer.
Lo mismo de siempre.
—¿Y tú? —pregunté.
—Jane y las niñas quieren ir al zoológico, así que vamos a ir al zoológico —respondió, sonriendo con impotencia—. A veces echo de menos estar soltero, tener todo el tiempo del mundo para mí.
Me encogí de hombros. Me constaba lo mucho que James quería a su mujer y a sus hijas gemelas y casi con toda seguridad no lo decía de corazón.
—Está sobrevalorado —le dije—. Lo de estar solo.
Él asintió.
—Pronto haremos algo. Solos tú y yo, ¿Esta bien?
—Claro. —Sonreí a sabiendas de que probablemente no ocurriría.
James tenía familia y pasaba las noches en casa. Tal y como debía ser. Yo no envidiaba a mi amigo, pero sí deseaba mi propia versión de su vida. Deseaba tener a una mujer con la que pasar las noches y los fines de semana, alguien a quien le importase y que me llamase por teléfono. Alguien de quien poder ocuparme y con quien compartir mi vida.
Ya no deseaba estar solo.Tal vez debía probar suerte y dejar que TaeHyung por fin me concertara una cita a ciegas. La facultad parecía contar con una oferta insuficiente en cuanto a mujeres disponibles de más o menos mi edad, y no tenía ni la más remota idea de en qué otro lugar podía encontrar a una posible candidata dado que no me atraían mucho ni los bares ni los pubs. Además, dudaba que la mujer adecuada para mí frecuentase ese tipo de lugares. Yo necesitaba a alguien agradable y —quizá según el criterio de TaeHyung— aburrida, aunque a mí no me lo parecería, ya que por lo visto yo mismo era aburrido.
Absorto en mis pensamientos, casi olvidé mi nerviosismo, pero volvió multiplicado por diez cuando James se levantó y anunció que había llegado la hora de su clase de la tarde.
Por mi parte, de camino al aula, noté las manos pegajosas de sudor y el corazón me latía con tanta fuerza que me preocupaba que alguien a mi alrededor reparara en ello. Necesitaba recuperar el control. Aquí era el profesor Park, no el novato inepto que había sido en el dormitorio de la señorita Dawson. Me encontraba en mi territorio, donde se me respetaba y no necesitaba directriz alguna. Teniendo eso en mente, la clase seguiría su curso habitual. A fin y al cabo, era fundamental que ninguno de los alumnos tuviera el menor indicio de que habíamos mantenido un encuentro íntimo.
Cuando llegué al aula, había unos cuantos alumnos al fondo y ni rastro de la señorita Dawson. Me puse a sacar mis notas y el libro que íbamos a tratar ese día: En el camino, de Jack Kerouac.

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𝕀𝕟𝕟𝕠𝕔𝕖𝕟𝕥 𝕋𝕖𝕒𝕔𝕙𝕖𝕣: 𝕋𝕙𝕖 𝔹𝕖𝕘𝕚𝕟𝕟𝕚𝕟𝕘彡★𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟 𝕪 ____★彡
Romance______ Una alumna rebelde y traviesa que sabe lo que quiere se topará con Jimin, un profesor inocente y anticuado. Sus vidas se revolucionaran y el orden que Jimin creía que tenía en su vida quedará patas para arriba. ¿Estas listo/a para leer esta...