Me desperté con dolor de cabeza, todavía con la duda de si aceptar o no la invitación de la señorita Dawson a ir a su casa más tarde. Intenté trabajar un poco, pero al final me puse a ver películas con tal de distraerme. Más o menos a la hora de cenar consulté Facebook y vi que ella había actualizado su estado.
¡¡Tremendo concierto!!
Una de sus amigas había comentado preguntándole si se apuntaba a una fiesta; se me secó la boca.
¿Se habrá olvidado de la invitación que me hizo?
Deslicé el cursor hacia abajo para leer qué había respondido a la pregunta de su amiga.Gracias, pero tengo ganas de pasar una noche en casa.
Había añadido otro de sus emoticonos sonrientes.
¿Se referirá con eso a que me espera? ¿Qué hago?Me puse a caminar de un lado a otro en la habitación y, con el estómago cerrado por los nervios, me salté la cena sin más. Seguía hecho un mar de dudas. Por mucho que odiara admitirlo, tenía ganas de acostarme con ella de nuevo. Tenía ganas de sentir sus labios contra los míos, su lengua en mi boca, sus suaves pechos en mis manos. Los sueños que me habían atormentado desde nuestro encuentro no hacían sino acrecentar mi ardiente deseo por volver a estar dentro de ella. El mero hecho de pensar en ello dolía.
Sin embargo, era consciente de que estaba mal. En la universidad existía un estricto reglamento que prohibía intimar con los estudiantes. Si me pillaban, sería el fin de mi trabajo y de mi credibilidad. Mi reputación se iría a la basura en los círculos académicos, lo cual resultaría perjudicial para alguien en mi situación, pues aún aspiraba a hacerme un nombre en ese mundo.¿Acaso podía poner en riesgo todas mis aspiraciones profesionales con tal de pasar un par de horas con una chica que ni siquiera me caía bien?
Tenía la respuesta delante de mis narices. No, no podía hacerlo.Prácticamente me desplomé sobre el sofá y suspiré aliviado. Ahora que había tomado la decisión por fin podía relajarme. Declinaría su extraña proposición y mi vida recuperaría la normalidad, al igual que la suya al darse cuenta de que no iba a pisar su casa.
No obstante, me pregunté si se disgustaría. La estaba plantando, ¿o no? A mí me había ocurrido en la universidad, cuando una cita a ciegas me dejó plantado, cosa que no me hizo ni pizca de gracia. Hacer lo mismo a la señorita Dawson me hacía sentir culpable. Ella no había hecho nada para merecer semejante desplante. Tal vez debía simplemente pasarme por allí a explicarle que no podíamos volver a vernos fuera de clase.
Me pareció una idea razonable. Después ella podría asistir a la fiesta a la que había sido invitada y yo marcharme a casa con la conciencia tranquila. Por un momento consideré si sería mejor simplemente mandarle un mensaje a través de Facebook, pero descarté la idea. De hacerlo, ella se daría cuenta de que yo había estado fisgando en su perfil como uno de esos acosadores de la red, y la verdad es que no quería que tuviese ese concepto de mí. Era mucho mejor un encuentro cara a cara; además, lo más prudente era no hacer ninguna mención de nuestro encuentro ilícito por escrito. Tras tomar una firme determinación, me dirigí al auto deseando resolver y zanjar ese episodio de enajenación mental transitoria.Al cabo de media hora ya había estacionado en la puerta del departamento de la señorita Dawson, donde llevaba cinco minutos sin mover un músculo.
¡Esto es absurdo! Haz el favor de subir y decirle: «Gracias, pero no».
Inspiré hondo y exhalé profundamente con la esperanza de calmar mis descontroladas pulsaciones. Sabía que técnicamente no iba a romper con la señorita Dawson, pero aún así me inquietaba su reacción al oír que no quería volver a acostarme con ella. También me preocupaba que no se tragase el cuento. Sí que quería volver a acostarme con ella y estaba convencido de que, si me tocaba, no sería capaz de controlarme. No podía permitir que eso ocurriese.
Me quedaré en la puerta y punto, le agradeceré amablemente la invitación y seguidamente la rechazaré. Sin necesidad de tocarnos.
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𝕀𝕟𝕟𝕠𝕔𝕖𝕟𝕥 𝕋𝕖𝕒𝕔𝕙𝕖𝕣: 𝕋𝕙𝕖 𝔹𝕖𝕘𝕚𝕟𝕟𝕚𝕟𝕘彡★𝕁𝕚𝕞𝕚𝕟 𝕪 ____★彡
Romance______ Una alumna rebelde y traviesa que sabe lo que quiere se topará con Jimin, un profesor inocente y anticuado. Sus vidas se revolucionaran y el orden que Jimin creía que tenía en su vida quedará patas para arriba. ¿Estas listo/a para leer esta...