Glaciación

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Zoey abre lentamente los ojos, se toca la cabeza, después de todo tenía la terrible sensación que su cerebro explotaría, ya no puede vivir más con estas migrañas tan insidiosas. Observa alrededor suyo, se encuentra en una cama, parece estar en la enfermería de la AIP. Su blusa fue removida, y su cuerpo había sido vendado, después de todo había que remover los trocitos de cristal helado de su espalda. Sin embargo lo que menos le preocupa es ella misma, la imagen de Dawn siendo raptada pronto invade sus pensamientos, llenándola de una profunda angustia. Aunque desea aferrarse a tales pensamientos, la voz vil que siempre la atormenta pronto acapara ese espacio en la mente de la chica, y tono burlón le escupe algunas palabras.

"¡APRESURATEEEEEE JAJAJAJAJA, ¡No querrás que algo maaaalo le pase a tu dulcísima Dawn! ¿Verdad?"

"¡SILENCIO!" Zoey dice en voz muy alta, callando a aquella voz, al menos por el momento. Voltea para todos lados, nadie más está en la habitación, pero probablemente pronto regresen a asegurarse que se encuentre bien. Jala sin pensar el suero que le colocaron directo a la vena del brazo derecho, había perdido bastante sangre después de todo, y se levanta de golpe.

Sin embargo, muy para su absoluto disgusto, Paul le bloquea la salida. Que molestia, pudieron haber enviado a alguien que si le importara su estado de salud, ya imagina que a este sujeto le gustaría ponerle arsénico directo en el suero y verla morir de forma tan miserable.

El joven la observa, cruzado de brazos. "Admiro que no te mueras con facilidad, pero ni siquiera tú puedes ser tan tonta. Regresa ahí y espérate a que llegue el médico." A Paul sinceramente no le importa la salud de esta tipa, pero pues ya lo mandaron aquí a comprobar que siguiera bien, no queda realmente de otra.

"¡A mi no me das órdenes! ¡Fuera de mi camino!" Le grita Zoey, acercándose peligrosamente a él, Paul no se inmuta en lo absoluto.

"Bueno claramente no necesitas el suero, más bien deberían haberte inyectado tantito Lorazepam." Paul camina hacia la pelirroja, ambos están a centímetros el uno del otro.

Zoey arquea una ceja, ese comentario la hace enfurecer aún más, le es difícil ocultar el rojo de su rostro. "¡No tengo tiempo para esto!, ¡QUÍTATE O LO HAGO YO MISMA!" Le grita, absolutamente furiosa.

"No digas tonterías, usa tu cerebro por primera vez en tu vida." Paul se mantiene firme, aunque admite que le desagrada bastante cuando ella levanta de esa forma la voz, ¿Qué no se queda afónica de hablar tan fuerte? Pronto recibe el primer empujón por parte de Zoey. Ya de por sí está harto de esta loca, así que esta acción es una oportunidad dorada para desquitarse y ponerla en paz ¡Qué forma de matar dos pájaros de un tiro!

Entonces las consecuencias del empujón son inmediatas. Zoey recibe un golpe en la cara por parte de Paul, claramente el chico no se contuvo en lo más mínimo, pero lejos de hacerla reaccionar y darse cuenta de que está dejando que sus emociones tomen control de ella, sólo se deja poseer aun más por su propia ira. No va a ganarle a Paul a puño limpio, pero si puede hacerle mucho daño con un rasguño bien atinado, justo a la herida que le había hecho aquella bestia días antes. "¡MUEVETE!"

Honestamente Paul pensó, por un segundo, que Zoey iba a desistir. "Creo que subestime lo loca que está." Piensa, tocándose su herida, le es difícil creer lo mucho que puede arder, está abierta de nuevo. Ya no va a dejarse de está imbécil. Le devuelve de nuevo el golpe está vez en la nariz.

Un golpe ahí es muy efectivo en este tipo de situaciones, Zoey se aturde y sujeta su nariz, siente la sangre gotear. Pero no va a dejarse, y menos de él, poco le importa que le rompan la cara. Antes de que pueda lanzarse sobre el como una bestia poseída, Paul la sujeta de la nuca y la somete al piso. Si alguien entrara ahora esto se vería muy mal.

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