Culpa

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"Chicas yo...." Ash traga saliva y hace una larga pausa, aunque haya salvado a sus compañeras de una muerte segura, no sentía que podía mirarlas a los ojos, no después de ponerlas el mismo en ese riesgo en primer lugar. "Me alegro tanto que estén bien."

Después de un silencio que pareció eterno, a pesar de que duro tan sólo unos cuantos segundos, Serena se anima a hablar, lo hace en su voz tranquila y amable, viendo el estado del chico. "Ash, no te pongas así, finalmente lo resolvimos y no pasó nada ¿verdad?"

Dawn suspira, mira su brazo que le dolía tanto. ¿Era imperativo haber quedado así? Recuerda el aterrador momento en que aquella criatura tan grotesca la sujeto para asfixiarla, amenazándola con devorarla como si fuera un simple bocado sin mayor valor. Sabía bien que este trabajo era peligroso, ¿Pero enserio había que correr más riesgos de los que eran realmente necesario? La chica mira a sus compañeros, sus ojos azules ardiendo en furia y comienza a gritarles a ambos con tanta fuerza que, los policías que estaban alrededor, aun viendo cómo iban a desactivar el dispositivo explosivo en el interior del museo, voltean a ver la escandalosa escena... "¡No es tan simple Serena! ¡Él sabe que hizo las cosas mal! ¡¡Casi nos matan a todos, y sólo porque el señor es incapaz de razonar ANTES de hacer algo!! ¡¡SIEMPRE es lo mismo!! ¡¡Ya estoy HARTA!!"

"Por favor cálmate..." suplica Serena, acercando su mano al brazo de Dawn, la peli azul se aparta bruscamente, no estaba de humor para nada; Ash sólo se queda callado, con la mirada abajo, no tenía las palabras para apaciguar la ira de su compañera. Esa actitud de ambos, tan sólo la pone de peor humor que antes.

"¡Di algo! ¿Acaso necesitas que Serena lo haga por ti y justifique todas las idioteces que haces o qué?" exclama Dawn, dirigiéndose al chico. "Nos salvamos de pura suerte, esa es la única verdad." La peli azul suspira con fuerza, y se sujeta la cabeza con su brazo sano. "Necesito un minuto." Comenta la chica, alejándose del lugar.

"Dawn..." Serena queda con el brazo extendido, sintiéndose ligeramente ofendida y hasta humillada. De alguna u otra forma, siempre terminaba en medio del campo de batalla.

Pasan varios segundos de silencio tortuoso, Ash suspira con fuerza antes de hablar. "Ella tiene razón, nunca uso la cabeza..."

"No digas eso..., quizá si eres un poco imprudente, pero lo que importa es que al fin derrotamos a una de esas bestias..." Comenta Serena, intentando ser lo más comprensiva posible.

"Sabes bien que eso no es cierto, no necesito que me endulces la verdad" El azabache mira tímidamente a Serena."...lamento mucho el ponerlas en peligro de esa forma..."

"No tienes que disculparte, al menos conmigo no...tú me salvaste después de todo." Explica Serena, acercando su mano a la del chico, pero una vez más su gesto no es recibido.

Ash niega con la cabeza, no iba a aceptar tal respuesta. "Por favor...necesito estar solo."

La castaña se pone de pie y sin decir más se retira del lugar, sin una idea clara de que hacer. ¿Debería reportarse a la AIP de inmediato? ¿Debería sentarse en el parque para tener ese minuto de soledad que sus compañeros le habían exigido? ¿O debería tratar de remediar las cosas entre sus amigos tan pronto fuera posible? Serena se queda de pie varios minutos, viendo los edificios de la ciudad, para alejarse con rumbo desconocido.

Pasa muy poco tiempo, Serena llega a la parada del autobús, y oye los llantos de su antigua rival Miette, quien estaba sentada en la banca de la parada. Bueno, no pudo evitar que Dawn y Ash se pusieran mal, pero quizá podría calmar a la pobre Miette.

"Oye Miette... ¿Te sientes bien? ¿Puedo ayudarte?"

Miette observa de reojo a Serena, sin dejar de llorar, parecía como si la pregunta de la chica la hubiese ofendido.

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