Afelio

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Un nuevo día para la región Sinnoh, uno muy diferente a los demás. Por lo general la región gozaba de un clima cálido casi todo el año, sin embargo hoy el termómetro marcaba una temperatura de apenas siete grados centígrados, bajísima con el promedio de veinte grados que usualmente tendrían en verano, a esta hora de la mañana. Predecir el estado de tiempo es difícil por la cantidad de variables involucradas, pero el clima tiende a ser más constante y ese decremento tan abrupto de temperatura era totalmente anormal.

La AIP tiene suficiente razón para sospechar que esto sea, muy seguramente, obra de alguna de esas horribles bestias. ¿Pero qué clase de bestia tendría el poder de cambiar el clima de toda la región en sólo una noche? Quizás sería bueno que los climatólogos de Sinnoh se pusieran a investigar un poco más por su cuenta, la AIP haría lo suyo y a lo mejor llegarían rápidamente al problema.

Ciudad Veilstone, quizá por su cercanía con humedales, había sido menos severamente afectada por esta ola de frío intenso. Aun así, la gente había tenido que sacar ropa de invierno seis meses antes.

Ash por su parte, sin importarle demasiado el inesperado clima, iba derechito a entrenar. No quería perder tiempo, y más con lo de los castigos que seguramente le asignarían. De verdad se sentía mal por como las cosas habían acabado en aquella fiesta, y tal como le dijo a Serena la noche anterior, ese chico que se había portado de esa forma tan reprochable, no tenía nada que ver con él. El era un entrenador serio y dedicado.

Eso sin mencionar cuanto le molestaba tener tantas dificultades al lidiar con las bestias. Aunque las de ayer no habían sido tan complicadas, aun así lograron acabar con la vida de un par de personas antes de que ellos pudieran derrotarlas. ¿De que sirve entonces combatir si de todas formas no pueden hacer nada para proteger a la gente? Nadie más tendría que salir lastimado por esas locas. El alcalde de la ciudad, el oficial de policía de ayer, la chica que había sido aplastada durante la toma de rehenes y finalmente todos aquellos miembros de la AIP que cayeron aquel día.

Suspira, nota que su Pikachu lo mira atentamente, notando casi de inmediato su preocupación. El simplemente acaricia a su querido amigo. "Estoy seguro de que todo saldrá mejor, pero hay que esforzarnos." Le dice, en un tono más animado, pero este tipo de preocupación es difícil de ocultar.

La voz de Lillie, quien se encontraba caminando hacia él, lo hace detenerse de inmediato. La chica aun se veía absolutamente furiosa por lo de hace unos días. "Ash. Tengo un encargo para ti." Comenta, en voz fría, mirando al chico con cierto reproche.

Ash sonríe como siempre, pero hasta el notaba esa tensa atmósfera que se había formado entre ellos. "Claro que sí, ¿Qué puedo hacer por ti?".

"Hoy vendrán varios candidatos a unirse a la organización, quiero que tu ayudes con la elección de estas personas. No tengo que recordarte que estamos cortos de personal capacitado para pelear contra Menagerie, pero tampoco bajes demasiado el estándar ¿Entiendes lo que digo? Debe haber cierto nivel de exigencia, pero no tanto, no podemos darnos el lujo de no tener más personas disponibles."

Ash traga saliva. "Creo que no es buen momento para decir que iba a entrenar ¿Verdad?". Piensa con detenimiento antes de respondes. " Oh... si Lillie, me haré cargo de eso, no te preocupes..."

"Paul te supervisará. El me dijo que tus métodos no son tan eficientes y que probablemente te tardes más de lo necesario." Agrega la rubia, volteando hacia la izquierda, ahí estaba parado el amargo chicos de cabello púrpura, cruzado de brazos. Como no había dicho nada, su presencia había pasado totalmente desapercibida.

El azabache no estaba del todo contento con ese comentario, pero los saluda con bastante ánimo. "Hey Paul ¿Qué tal?"

Paul sólo levanta su mano en señal de saludo, con cierta indiferencia.

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