The Reason Why [Michaeng]

12. Por ti

Mina no recordaba algún otro momento tan incómodo como ese, ahí estaba Jinyoung tratando de hacerla reír, ella fingía por educación mientras en el fondo deseaba que no volviera a intentar besarla.

—Vaya, qué hermosa pareja —exclamó Nayeon en la puerta de la alcoba.

Mina tragó saliva, recordó que la última vez que había visto a la mujer fue porque la descubrió a punto de besar a Chaeyoung.

—Hola, madre. Si no te importa, estamos ocupados —exclamó el joven con seriedad.

—Sí, se nota —dijo la mujer en un tono sarcástico, sentándose en un sillón.

—Buenas tardes, señora Son —dijo Mina al hacer una reverencia.

—Qué linda, siempre tan educada, Señorita Myoui. Deberías aprender de ella, Jinyoung —la japonesa se extrañó por el cumplido.

—Ya di qué haces aquí —exclamó el joven con fastidio.

—Bueno, ya que tienes prisa. Sólo es para avisarles que ya organicé su fiesta de compromiso, será en dos semanas.

—¿Fiesta de compromiso? —preguntó Mina.

—Así es. Será elegante, pero no tan pretenciosa, vendrán todas las familias de nuestra clase. Debe ser perfecta, después de todo serán el matrimonio más prestigioso.

Mina sintió aún más incomodidad, se estaba volviendo realidad, se casaría con Jinyoung. Ella sabía que esa era su responsabilidad, pero aún así no podía evitar que le doliera aceptarlo.

Jihyo apareció en la puerta.

—Disculpen, han llegado por la señorita Myoui —dijo.

—¿Tan pronto? —preguntó Jinyoung.

—Lo siento, iré a cenar con mi primo y un amigo —explicó.

—Espero nos veamos antes de nuestra fiesta, cariño —dijo tratando de darle un beso, a lo que Mina retrocedió, sorprendiendo a Nayeon y Jihyo que presenciaron la escena.

—También espero verte pronto, Jinyoung —se despidió con una sonrisa— Hasta luego, señora Son.

—¿Gusta que la acompañe a la salida, señorita Myoui? —preguntó Jihyo.

—Eres muy amable, pero no será necesario, muchas gracias —respondió con una sonrisa.

Salió de la habitación y agradeció en su interior que su primo llegara temprano, mientras caminaba a la puerta principal trató de buscar rápidamente a Chaeyoung por los pasillos de la casa, pero la coreana no estaba en ningún lado.

Siguió buscando por un par de pasillos más, pero fue en vano. Se detuvo y suspiró, sólo con verla sería suficiente.

—¿Se le perdió algo, señorita Myoui? —dio un brinco al escuchar aquella voz familiar.

—Santo cielo, Chaeyoung. Me asustaste —dijo mientras se tocaba el pecho.

—Ya veo, creí que ya te habías ido, pero parece que no soy la única que husmea —bromeó.

—En realidad, sí estaba buscando algo.

—¿Ah, sí? ¿Qué? —preguntó Chaeyoung.

—A ti —respondió con dulzura.

La coreana tuvo suficiente al escuchar esas palabras, volteó para confirmar que nadie las estaba mirando y tomó a Mina de la mano para llevarla dentro de una de las puertas del pasillo.