20. Resignación

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La soledad de la habitación se Chaeyoung no era sinónimo de paz, en aquel momento en donde el insomnio se apoderaba de ella, durante las largas horas de madrugada, comenzaban a hacer ruido sus pensamientos.

Pensamientos que incluían a Mina, desde la primera vez que la vió en aquella cena, hasta el momento en donde le pidió que la olvidara.

Cada momento con la japonesa volvía a pasar por el corazón de la coreana. Y dolía, los recuerdos dolían y se volvían amargos con el paso de los días, y la cercanía de la boda.

Con facilidad la ausencia de Chaeyoung pasaba desapercibida en la mansión. Pero eso no podría pasar por siempre, la coreana era parte de la familia Son, debería estar presente en la boda como la cuñada orgullosa.

Deseaba que el tiempo siguiera corriendo con lentitud. Seguía sin tener alguna señal de Mina, y no estaba segura si podrían volver a hablar en algún momento.

Comenzaba a sentirse molesta, aunque en el fondo, estaba consiente que quería ser el apoyo de la japonesa, se preguntaba cómo seguiría con el duelo que enfrentaba, pero no habría manera de saberlo, no por ahora.

Detestaba la idea de que presenciaría la boda, anhelaba salir corriendo, atravesar los campos hasta llegar a las afueras de Suwon y adentrarse en el frío bosque. Huyendo de todos, de su familia, de la boda, de Mina.

¿Cuál era la diferencia entre observar a Mina casarse o morir en la fría tierra de la arboleda de aquel pueblo?

En realidad, no había disparidad alguna. De cualquier manera, el corazón de Chaeyoung se congelaría.

Su anhelo más grande se limitaba a querer escapar. Necesitaba irse de aquel lugar; si antes deseaba hacerlo con Mina, ahora no tendría otra opción más que irse sola.

Pero aquella aspiración parecía complicada, sólo una fantasía más y un sueño roto añadido a una larga lista que apuñalaba el corazón de Chaeyoung.

La joven estaba tan atrapada en sus sentimientos y emociones, que no se percataba que su madre la observaba y se encontraba preocupada por ella. Detrás de todas las visitas de Jihyo, se encontraba Nayeon dando las órdenes.

La señora Son recibió la noticia más relevante del pueblo después de la muerte de la joven pareja, y corrió rápidamente hacia la habitación de su hija.

Chaeyoung escuchó que llamaban a la puerta.

—Soy tu madre, déjame entrar —dijo firmemente la mujer.

La menor no tuvo otra opción más que atender aquella orden. Abrió la puerta permaneciendo callada por algunos segundos, esperando que la mujer dijera algo.

—¿Qué sucede, madre? —rompió el silencio.

—Tengo noticias de los Kim.

—¿Eso importa? —dijo indiferente.

—Bueno, supuse que te interesaría ya que te hiciste buena amiga del joven Kim —Chaeyoung miró con curiosidad a la mujer— La familia Kim ahora son sólo Namjoon y su abuela, se irán de Suwon.

—¿Qué? ¿Cuándo? —preguntó sorprendida.

—Esta noche.

—¿Tan pronto?

—No sé más, si sientes curiosidad entonces le pediré al chofer que te lleve a la mansión Kim —dijo mirando con indiferencia mientras observaba por la ventana de la habitación.

—¿Para qué?

—Supuse que querrías despedirte de tu amigo —emitió aún sin mirar a la joven—Pero si no te interesa, entonces está bien, sigue ocultándote del mundo.

The Reason Why [Michaeng]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora