The Reason Why [Michaeng]

25. Déjà vu

Mina en lo único que podía pensar era en lamentarse. Recordaba los ojos de Chaeyoung cuando le expresó aquellas palabras egoístas, fue como si perdieran su brillo. Y ahora no había nada que hacer, estaba sentada en aquel salón esperando nuevamente por su vestido de novia.

—Buenos días, Señorita Myoui —expresó la señora Son entrando por la puerta— ¿Estás lista para la última prueba?

—Por supuesto —mintió sin algún ánimo.

Nayeon comenzó a destapar la caja de cartón que mantenía en su interior aquel vestido. Lo observó por unos segundos, el mismo vestido que ella había usado en su boda. Aquella prenda que al verla sólo provocaba más dolor y arrepentimiento.

Se vio reflejada en Mina, una novia enamorada que no deseaba casarse. En Chaeyoung miraba a Jeongyeon, no permitiría que la historia se repitiera.

—Mina, responde sinceramente —ordenó la mujer— ¿Estás enamorada?

La japonesa se quedó inmóvil al escuchar aquella pregunta, en su mente sólo había un nombre, Chaeyoung.

—Lo estoy, señora Son —no mentía.

—Pero no de Jinyoung, ¿cierto? —Mina no quiso responder, pensó que nada importaba si admitía que no sentía nada por su prometido, de cualquier manera, estaba condenada en aquel compromiso— Escucha, señorita Myoui. Estoy enterada de los sentimientos que Chaeyoung tiene por ti. Y al parecer, es mutuo.

—Mutuo o no, no creo que sea algo oportuno de recordar un día antes de la boda con su hijo —respondió con seriedad.

—Lo es si servirá para que quedes absuelta de dicha boda —se reflejó la confusión de la joven en su rostro— Chaeyoung, puedes pasar.

La joven coreana entró al salón, la japonesa y ella se miraron fijamente.

—Las dejaré a solas —dijo Nayeon retirándose.

—¿Chaeyoung, qué pasa?

—En el tiempo que llevamos conociéndonos, me has demostrado que tu amor por mí es sincero. Pero, de igual manera tus acciones reflejan que para ti el deber está por encima de lo que sientes por mí —respondió Chaeyoung con seriedad, era la primera vez que Mina la veía con ese semblante.

—Chae...

—No he terminado —interrumpió— Mañana te casarás, al fin cumplirás con tu deber. Pero no estoy segura si rechazarías casarte para estar conmigo. Dime, ¿lo harías?

Mina escuchaba con atención, entendía por qué la seriedad de Chaeyoung al tener la conversación.

—Ya habíamos planeado escapar de aquí, irnos lejos para poder estar juntas —hizo una pausa provocada por el nudo en su garganta— Fui egoísta y te lastimé. Traté de ocultar mis sentimientos con la intención de olvidarte, pero fue imposible. Te aseguro que mis deseos de estar contigo nunca cambiaron.

Chaeyoung analizaba cada una de las palabras de la japonesa, mientras mantenía la seriedad de su rostro.

—Sé más especifica, no has respondido mi pregunta —ordenó la menor.

—Sí, Chaeyoung —respondió sin pensar— Si tuviera la oportunidad, me iría contigo sin dudarlo.

—Entonces, hagámoslo. Esta noche.

—¿Cómo podríamos? —cuestionó incrédula.

—Mi madre nos ayudará, sólo tienes que decirme que aceptas, y nos iremos. Tomaré tu mano para escapar de aquí y prometo nunca soltarla —dijo con la voz temblorosa a causa de los nervios.