The Reason Why [Michaeng]

10. Imposible

Mina sostuvo la mano de su primo, no estaba segura si había escuchado correctamente. La amistad de Bambam y Yugyeom no era sólo eso.

—Quería decírtelo hace tiempo, pero fuiste más rápida que yo —respondió el joven con una sonrisa— Yo jamás te juzgaría, a nadie, menos por amar, porque sé lo que se siente.

—Bambam, lo siento tanto. Debí escucharte, no te di la confianza necesaria.

—Hey, tranquila, siempre confiaré en ti, pero Yugyeom y yo preferimos ocultarlo, fue nuestro acuerdo.

—Así que él te corresponde —Bambam asintió.

—Él siempre fue especial para mí, pero hace tres años, poco antes de mudarme a Seúl me confesó sus sentimientos. Los rumores ya lo habían perseguido desde que era un niño, le ofrecí irnos de aquí, pero no podía dejar a su abuela sola, ella lo crio y él la cuida.

—Por eso pasas tanto tiempo con él —dijo Mina sonriendo.

—No soporto lo que dicen de él, últimamente esos comentarios me incluyen, la gente sospecha.

—No creo que se atrevan a hacerles algo —respondió pensativa.

—No me importa realmente lo que hagan esos zánganos, jamás dejaré a Yugyeom, lo esperaré los años que sean necesarios para estar juntos. Yo lo amo.

—Bambam, no tienes idea lo feliz que me pone que hayas encontrado el amor, encontraste tu razón —expresó Mina conmovida.

—Quizás tú también la encontraste, Minari – la japonesa agacho la mirada y mantuvo el silencio unos segundos.

—¿Sabes? Deberías invitar a Yugyeom a comer bocadillos y pasar la tarde los tres juntos —habló.

—Buena estrategia para cambiar el tema —bromeó su primo.

—Necesito tiempo para pensar las cosas, ¿está bien? —Bambam asintió y Mina se acercó para abrazarlo— Gracias.

—Gracias a ti —devolvió el joven.

—Vayamos a cenar —dijo Mina poniéndose de pie.

—Tú ganas —suspiró Bambam dirigiéndose a la puerta.

•

Sana y Dahyun estaban preocupadas por Chaeyoung, llevaba días encerrada en su habitación, ni siquiera quiso darles detalles sobre cómo fue su tarde con Mina. Les pareció extraño que la Señora Son ordenara decir al joven Myoui que su prima se había ido. Había pasado casi una semana, y en todos esos días Chaeyoung ni siquiera había salido a desayunar. Aún faltaban 2 días para que los hombres Son volvieran.

—Minatozaki —la voz de la mujer provocó en la japonesa miedo.

—Para servirle, señora Son.

—Necesito que Chaeyoung esté lista a medio día, que se ponga su mejor vestido y maquillala. Si es necesario pídele ayuda a la otra sirvienta. Que se vea lo más femenina posible, dile que es obligatorio que me acompañe a la mansión Kim, el hijo mayor de la familia ya está aquí.

—Entendido, señora.

Sana obedeció y se dirigió a la alcoba de la señorita Son, pero antes decidió buscar a Dahyun.

—Aquí estás, ven, acompáñame —dijo jalando del brazo a su novia.

—Auch, no aprietes tan fuerte, ¿qué sucede?

—Tenemos una excusa para entrar al cuarto de Chae y platicar, su madre quiere que la arreglemos.

—Pero ¿y si ella no quiere hablarnos? —preguntó la coreana.