Capítulo 8

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Kenma quedó estático, no dijo nada, solo miraba a Kuroo, observando como sus ojos oscuros se veían tentadores y amenazantes.

"Quiero besarte, quiero besarte, quiero besarte"

Kenma se le repetían las palabras una y otra vez, instintivamente también quería corresponder, pero el miedo albergaba en su interior aún, las cosas no cambiarían de un día para otro, podía intentar mejorar, pero no todo sería tan fácil.

—Kuroo yo...

Kuroo lo entendió, y asintió para luego dejarle un pequeño beso en su mejilla izquierda.

—No te obligare a nada, estoy bien mientras estés bien, agradezco tu esfuerzo que ni siquiera debes esforzarte por una persona que solo llevas días conociéndolo.

Kenma algo avergonzado asintió. Kuroo por otro lado lo atrajo más a su cuerpo, llenándolo de húmedos besos. —¿Te molesta?— Preguntó con suavidad. —N-No me molesta, puedes seguir.— Respondió Kenma mientras mostraba más su cuello, donde Kuroo no dudaba en besar y dejar pequeñas mordidas.

—Kuroo yo... Debo salir más tarde, no quiero marcas.— El alfa al oír aquello gruñó pero se alejó del cuello del omega, acostándose sobre el sofá, con él encima. La posición hizo que el omega se avergonzara, era algo tan íntimo que no sabía qué hacer, pero por extraña razón, se sentía bien. Kenma tenía tiempo sin sentirse bien.

—Voy a dormir un poco más si no te molesta.— Comentó Kuroo cerrando sus ojos. Kenma por otro lado no sabía qué hacer, tenía a un gran alfa abajo suyo, con un olor muy delicioso debía de admitir.

Kenma observaba al alfa descansar, le apeteció hacer lo mismo, pero antes tomó su celular que estaba sobre la mesa y colocó una alarma para luego acostarse encima del alfa, oyendo así, su corazón latir.

Kenma al ritmo que sonaba el corazón de Kuroo iba haciendo una historia, se imaginaba un lindo escenario, y tenía años sin imaginarse algo tan bonito.

Sin darse cuenta, se quedó dormido.

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La alarma sonó un par de horas después, despertando en primer lugar al alfa que tenía todo su cuerpo adormilado por el peso que cargaba encima y un gran dolor de cuello por la mala posición en la que quedo.

—Mierda. — Musito bajito, intentado alcanzar el celular de Kenma para apagar la alarma, pero en su intento de llegar al celular, se cayó.

Junto a Kenma.

Kenma se despertó tan repentino con el golpe que recibió por la mesa, colocando su mano por instinto en su cabeza, sobándose fuertemente mientras giraba para encontrarse con el alfa todo torcido en el suelo, una pierna en el sofá, la otra afuera con medio torso en el suelo. Kenma quería estar molesto pero en cambio de eso solo pudo reírse, la rara forma de Kuroo le causaba mucha gracia.

—Dios mío Kenma, discúlpame. — El menor limpiándose sus pequeñas lagrimas causas por la risa se levantó, apagó su alarma y a ayudo al alfa acomodarse.

—Estoy bien, solo fue un pequeño golpe, no debes preocuparte. Tú eras el que parecía la chica del Aro.

Ahora si Kuroo pudo reírse seguido de Kenma.

Media hora más tarde Kenma vestía un pequeño traje, viéndose muy bonito para el alfa. —¿Qué tal estoy? — Preguntó mientras se acomodaba su cabello. —Nunca pensé verte con traje hasta el día de nuestra boda.

Kenma solo lo ignoro y se terminó de acomodar la camisa blanca. —Bueno, es hora de irnos.

—¿A nuestra boda? — Preguntó divertido el alfa.

Cᥲrtᥲs ᥲ ᥙᥒ ᥲmᥲᥒtᥱ ρᥱrdιdo // Kᥙrokᥱᥒ - OmᥱgᥲvᥱrsᥱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora