Un año.
Un año había pasado desde que Kuroo y Kenma formalizaron su relación. El tiempo sí que pasaba rápido, eso lo sabía Kenma cuando veía a Kuroo dormir a su lado.
Sonriendo, empezó a pasar sus manos por las cicatrices en el pecho de su alfa, aun recordaba la primera vez que las vio y se preocupó por el chico, odiaba al padre del alfa por haberle dejado eso, además Kenma se fijó que Kuroo odiaba parte de cuerpo por aquellas cicatrices, pero para el omega, era algo atractivo y se lo hacía recordar cada vez que podía.
Como en ese momento.
Kenma estaba sentando acariciando cada trazo de las cicatrices, para luego besarlo de apoco, sintiendo como el alfa se despertaba.
—Mmm... Omega, ¿no es muy temprano?
Kenma paró sus caricias y sonrió al acostarse nuevamente al lado del alfa. —Buenos días. — Sonrió con malicia, recibiendo una sonrisa adormilada de vuelta.
—Tengo sueño...— Bostezó el alfa, atrapando el cuerpo de Kenma y pegándolo más a su lado.
—Nos tenemos que levantar, tenemos que arreglarnos.
—No quieroo— Murmuro Kuroo acomodando su cabeza entre el cuello del omega, llenándose de su olor exquisito. Kenma rodó los ojos para luego pasar sus manos por el cabello del alfa, y como no reírse de todo aquello, si Kuroo ronroneaba cuando le hacían esas clases de cariños.
Kenma no dijo más nada y se perdió en sus pensamientos. Viendo al alfa entre sus brazos, ya no sentía que podía dudar de que lo que ellos tenían.
Kenma en todo ese tiempo pudo entenderlo, incluso con varias discusiones presentes, no podían dejarse. Kenma también aprendió a hablar mejor con el alfa, a no sentirse limitado en lo que pensaba o sentía, ahora podía decir cualquier cosa al alfa, incluso chistes sexuales. O y eso era otro tema, su vida sexual se volvió descaradamente activa, ya no solo mantenían sexo en sus celos, ahora era casi a diario, a veces quien empezaba era Kuroo pero las otras era él.
Y eso le gustaba porque no sentía el rechazo del alfa, pero lo que aún no entendía era por qué aún no había sido marcado.
La marca. Aquella que Kenma después de un tiempo deseó, pero nunca pasó nada, Kuroo nunca se le insinuó sobre eso ni una sola vez.
A veces creí que alfa no quería estar ligado con él, pero lo dudaba, podía sentir inmensamente el cariño de Kuroo, por eso no entendía la situación.
Pero una vez más, se quedó callado, acariciando a su adormilado alfa.
Una hora más tarde, Kenma levantó a Kuroo, diciéndole que ya no tendrían tiempo para arreglarse para la boda.
Sí, una boda.
La boda de Tobio y Hinata.
Felizmente, hace unos meses, Tobio le pidió matrimonio a Hinata en una de sus citas, y claramente el omega acepto. A muchos le sorprendía que Tobio se casara, decían que era una persona muy fría como para algo así de grande.
Pero sabía que no era así, desde que conocía a Tobio, sabia la gran adoración que le tenía a su mejor amigo, Kenma siempre apoyó su relación, y creyó fielmente en Tobio, y aun lo hace, no le quedan dudas de que su mejor amigo está en buenas manos.
—Kuroo, acomódame la corbata por favor. — Pidió Kenma mientras se terminaba de arreglar la camisa. Kuroo salió del baño, donde se estaba peinando, para dirigirse al lado de Kenma, quien se veía jodidamente guapo con ese traje negro.
Kuroo por un momento pensó lo hermoso que se debía de ver en un traje blanco...
—¿Qué pasa? — Preguntó Kenma mirando con el ceño fruncido al alfa. Kuroo negó rápidamente. —Es que te ves muy sexy con ese traje, provoca hasta quitártelo poco a poco. — Kuroo jaló por la cintura a Kenma, robándole así un pequeño beso.
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Cᥲrtᥲs ᥲ ᥙᥒ ᥲmᥲᥒtᥱ ρᥱrdιdo // Kᥙrokᥱᥒ - Omᥱgᥲvᥱrsᥱ
FanficKuroo, el nuevo estudiante de la universidad Nekoma, un alfa cualquiera, tranquilo sin mucho que desear hasta que en su primer día es inundado por el gran olor de un omega. Kenma, un omega solitario, de poco hablar, quien a simple vista puede ser t...