A la mañana siguiente, Harry se encaminó hacia el Comedor junto a sus amigos, con los ojos más cerrados que abiertos, a decir verdad. No había podido dormir casi nada debido a la conversación que había tenido con Dudley, había estado meditando si tendría que perdonarle tantos años de maltrato o seguir siendo ignorante a su existencia. Lo había notado tan sincero que la decisión se le estaba haciendo muy difícil.
Genial, un problema más para el grandioso Harry Potter. Estaba cansado de que su vida fuera un completo drama.
—Ginny no ha querido levantarse. —el niño que sobrevivió pudo escuchar aquellas palabras saliendo de la boca de Hermione, y la imagen de la pelirroja con la mirada perdida se le vino a la mente.
Sentía pena por ella, le había hecho acordar a cuando tuvo que salvarla en la cámara de los secretos en su primer año... Pero también la conocía lo suficiente como para decir que era una chica que le hacía más honor a su casa que a su apellido. Ginny no estaba en Gryffindor por ser una Weasley, su valentía era tanta que sospechaba que superaba la de él... Podría atreverse a decir que la de todos los leones juntos. Lo que le había pasado había sido horrible, por supuesto (tenía ganas de buscar a Berry y darle varios puñetazos como lo había hecho Corner), pero sabía que iba a poder superarlo.
Además, iba a tener a Zabini a su lado, ¿no? Aunque era extraño, no se había sorprendido. Si iba a haber una guerra y Voldemort iba a estar muerto, las enemistades entre casas pasaría a ser una completa estupidez de adolescentes. Si ella era feliz, lo demás no importaba.
—Harry.
El nombrado se dio vuelta, justo antes de entrar al Comedor, cuando Seamus Finnigan lo tomó del brazo para llamar su atención. Su ceño se frunció al verle la cara completamente sonrojada.
—¿Qué? —preguntó un poco brusco. Todavía no se olvidaba de la discusión que habían tenido hace un par de días sobre la vuelta de Voldemort.
—Harry, yo... Bueno, quiero disculparme por todo lo que dije en estos días... Ya sabes... Eso de que mentías sobre la vuelta del Innombrable...—movía sus manos. —Y ahora que sé que dices la verdad... Bueno... Lo siento... Eres mi amigo y me comporté como un idiota...
—Ya.—Harry negó con la cabeza y los ojos cerrados, mientras colocaba una mano frente a su cara para frenar su palabrerío. —No me gustó para nada que no hayas confiado en mí.
—Lo siento.
—Y también me molesta un poco que sólo me pidas perdón porque unos chicos del futuro aseguraron que lo que yo decía era verdad. —Seamus se quedó callado, y Harry suspiró. —Pero no me sirve de nada estar peleado contigo.
—¿Me perdonas? —se le iluminaron los ojos. Potter sonrió un poco.
—Te perdono. —aseguró, y señaló hacia el Comedor. —Ahora vamos, que me muero de hambre.
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—¿Y Zabini?
Millicent miró a Goyle, quien había preguntado eso mientras engullía una gran porción de pastel de vainilla. Se encogió de hombros.
—Durmiendo, supongo.
—¿No has estado con él anoche? —se metió Pansy.
—Sí... Pero oíste que volví a la habitación, Pans.
—¿Y no te ha dicho nada de cómo se siente?
—Lo que hablo con Blaise no se lo cuento a todo el mundo. —aclaró, sirviéndose café. —Pero puedo decir que enterarse de que se casará con Weasley le sentó como una patada en los huevos.
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𝐇𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐏𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫: 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐬𝐢𝐭𝐚 𝐢𝐧𝐞𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚𝐝𝐚 #𝟏 [EDITANDO]
FanfictionHarry Potter sabía que sus padres habían muerto por protegerlo, a manos de uno de los magos más oscuros y codiciosos de todos los tiempos. Pensaba que Pettigrew había sido quien los había traicionado, el causante de que Voldemort lo dejara huérfano...