Capítulo 34: Amor de madres (Minho)

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''No te veo tanto como solía hacerlo,

Pero si lo hiciera, sé lo que haría,

Te diría que te amo un millón de veces,

Diría que lo siento si te hice llorar''

''Pienso en un ángel y todo lo que veo es a ella''

Anne-Marie - Her

Minho corría lo más rápido que podía, tenía muchos problemas que arreglar y ya sabía por dónde empezar. Con la sonrisa de enamorado todavía en su rostro llegó a su dulce hogar en menos de 5 minutos, necesitaba cambiarse de ropa y conseguir una puerta lo antes posible.

Con la poca energía que le quedaba después de correr camino lentamente hacia la entrada sin embargo, paro abruptamente cuando sintió unos gritos bastantes fuertes que provenían de su casa. Con su olfato bastante agudo pudo percibir una mezcla de aromas en el ambiente. Miedo, frustración y desesperación. Todos eran de alfa y omega, algo estaba pasando en su casa y no era para nada bueno.

Ahora mucho más rápido se acercó a la puerta para tocarla con desesperación. Si algo les llegaba a pasar a sus madres, nunca se lo perdonaría. No podía perderlas a ellas también, aunque al ser abierta la puerta y poder finalmente visualizar el estado de problema, el alfa ahora sentía miedo por su vida.

-Entra a la casa AHORA! –

Minho abrió sus ojos de la impresión y sintió como todo su cuerpo empezó a temblar, se quedó tieso en su lugar sin saber que hacer. Su mirada solo estaba en la persona que tenía al frente, era su fin.

Después de salir de su pequeño trance acato la orden. La persona que hablo se corrió hacia un lado para dar paso al alfa a la casa. Este apenas vio la posibilidad de escapar, salió corriendo como si su vida dependiera de ello para ir a su cuarto y encerrarse. Estaba al inicio de las escaleras, pero nuevamente la voz lo hizo parar en seco.

- ¿Para donde crees que vas? -Su tono de voz estaba bañado en enojo. El alfa podía sentir la pesada mirada sobre su espalda haciéndolo temblar nuevamente, sin embargo su lobo gruñía molesto. -Tienes 5 segundos para sentarte en el sillón, tenemos que hablar.

Con lentitud el alfa se giro para encarar a la persona y mirarla con enojo. Sabía que tenía que dar explicaciones del porque llegó tarde y su estado, pero no era un niño pequeño que tenían que cuidar. Estaba bastante grande para hacer sus cosas. Dejo que su alfa tomara un poco el control de la situación.

- Después les explicare, ahora tengo que arreglar un problema muy urgente. Con su permiso me voy a mi habitación. –El alfa estaba dispuesto a ir a su destino y conseguir la maldita puerta, solo que de esta no se salvaría muy fácil. Los presentes no lo dejarían ir tan fácil, no señor.

-Lee Minho, no me desobedezca y ven para acá. -La poca paciencia que poseía se le estaba agotando. 

-Te dije que no, mamá. Tengo cosas que hacer. –Minho se estaba empezando a enojar y la alfa femenina lo noto, pero muy poco le importo. 

-Me importa una patata las cosas que tengas que hacer. -Jennie trataba de calmarse y respirar profundo, miro fijamente los ojos de su hijo. -Ven ahora, nos debes una explicación. -hablo con su voz de alfa, que solo logro que el alfa soltara un gruñido. 

-Vamos, cariño. -La mirada de enojo del alfa se poso en su otra madre, suavizándose al instante. La omega todo este tiempo estuvo en silencio escuchando la pelea. Despacio Lisa empezó a acercar a su cachorro.

Los pasos de la omega eran lentos y débiles, acababa de discutir con su pareja. Una pelea bastante fuerte y dolorosa, solo necesitaba tener a su pequeño cerca para sentirse mejor. A penas estuvo al frente, lo abrazo muy fuerte. Sin pensarlo y dejándose llevar por sus emociones empezó a llorar en su pecho.

Por un mínimo momento pensó que algo malo le había pasado a su hijo, por esa razón discutió con Jennie. Esta insistía que todo estaba bien, que Minho estaba grande y se sabía cuidar solo. En cambio, la omega no podía dejar de preocuparse. No soportaría perder a su otro hijo, no cuando le costó tanto recuperarse del dolor del primero y estuvo a punto de morir.

Recuerda perfectamente las veces que pensó en irse de este mundo y todos los intentos. La depresión, culpa y el dolor le seguían todos los días después de ese día. Los cortes en sus brazos, las pastillas en el suelo, la bañera con agua, todo está en su memoria. 

Si tan solo hubiese estado más pendiente de su cachorro esto nunca hubiese pasado. Una parte de ella se rompió y no se volvería a arreglar.  Aunque, todavía tenía una razón para estar en este mundo: Su hermosa familia.

Minho sorprendido le devolvió el abrazo, le dio pequeñas caricias en su cabeza buscando calmarla. Busco con su mirada a su otra madre, alterándose al no verla. Dio vuelta su cabeza de izquierda a derecha, pero nada. No fue hasta que bajo un poco su mirada para ahora si verla abrazando a su omega por la espalda, también llorando en su espalda.

El alfa masculino estaba impactado,  solo  podía escuchar los sollozos fuertes de sus madres. Eran torturas para sus oídos, se sintió mal por preocuparlas. Era un idiota y mal hijo, pequeñas lágrimas amenazaban con salir de sus orbes, pero la voz de su madre hizo parar y mirarla.

-No te vayas, por favor. -La omega se separo un poco para levantar su cabeza y mirar a su hijo a los ojos sin embargo, nuevamente empezó a llorar. Tenía los mismo ojos que su Hannie, se parecían tanto.

Jennie se separó de la espalda de la omega lentamente y en silencio, para ahora ponerse de lado y abrazar nuevamente a su pareja junto a su hijo.

La alfa por muy fuerte que se mostrara delante de las personas, le dolía y el miedo le recorría cada vez que su hijo sale de casa. No quiere volver a ver a su omega tan destrozada y rota. Ella a diferencia de Lisa, sufrió en silencio. Velando por el bienestar de su familia, salvando a Lisa de sus intentos y estando pendiente de su otro hijo. Levanto su cabeza para mirar a su cachorro, lágrimas caían de sus ojos. 

Ambas tenían el mismo pensamiento; No podían perder a su hijo, no otra vez. 

-No me iré, mamá. -Minho hablo con un tono dulce dirigiéndose a sus dos madres, le dolía verlas en ese estado. Todo siempre es su culpa, las personas sufren por su culpa.  -Siempre estaré aquí con ustedes. -Volvió a abrazarlas con su sonrisa gatuna.

El gran abrazo familiar duro unos minutos más, hasta que Jennie lo rompió sintiéndose mucho mejor al igual que su pareja. Se estaban desviando del tema inicial y el reto para su cachorro.

-Ya, basta de lágrimas. -Con elegancia limpio el rastro de lágrimas de su rostro, para también limpiar el rostro de su pareja apenas se separó de su hijo. Ambas se tomaron de la mano para mirar a el alfa. -No creas que te salvaras, jovencito. Queremos una explicación.

-Esta bien, mamá. -Minho por un momento se olvido de todos los problemas que tenían. 

Caminaron hacia la sala en silencio, el alfa estaba bastante nervioso. ¿Cómo le explicaría a su madres todo lo que paso? Estaba jodido.

-Bien... Cuéntanos. -El alfa trago grueso y con nervios empezó a hablar. 




Hola amores... ¿Cómo están?, espero que muy bien. Enserio discúlpenme por demorarme en actualizar, nuevamente la escuela me esta consumiendo mi tiempo. Durante este día subiré otro capítulo, perdónenme. 

Espero que le guste el capítulo y lo disfruten. Muchas gracias a las personitas que leen, votan y comentan la historia, les agradezco. 

Nos vemos en otro capítulo, cuídense mucho y suerte en todo.

Los quiero mucho ❣❣

Yo no buscaba a nadie y te vi- MinLixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora