PROLOGO 1

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PARIS, FRANCIA 1935

Era una mañana fría en la capital parisina, el viento se escuchaba como un susurro lacerante que aspiraba contar los secretos que en el quedaban encerrados. Habían pasado demasiados años desde el incendio que había consumido la opera Garnier y después de años de espera y labor de convencimiento por parte de personas con influencias que admiraban las artes se logro convencer a la administración del gobierno en curso de reabrir el teatro de la opera.

Las remodelaciones estaban a penas comenzando para la nueva apertura, a pesar de que el incendio fue devastador casi en su totalidad, muchos objetos de las obras representadas en la casa de la ópera habían sobrevivido y por esa razón ese día eran subastadas para atraer más fondos para la reconstrucción de dicho inmueble.

Ese día fue abierta al público la entrada a las instalaciones de la ópera para la subasta de varios artículos de las obras ahí presentadas, el olor a humedad se sentía en todo el edificio, en el aire se albergaba un estremecimiento como si voces prohibiéndoles la entrada a sus dominios se escucharan susurrantes entre las paredes, en el fondo del salón donde antes era el escenario se escucho el sonido de un martillo al caer con fuerza sobre el taburete:

-Vendido. ¿Su número señor? Gracias. Lote 663, damas y caballeros: un cartel para la producción de este Teatro de "Aníbal" de Chalumeau-indicó el subastador mientras, uno de los cuidadores de la edificación tomaba el cartel para mostrarlo a los presentes.

- ¿Tengo diez francos? Cinco entonces. Cinco me ofrecen. Seis, siete. Contra usted, señor, siete. Ocho. Ocho a la una. Ocho a las dos. Vendido...

Se escucho el golpe del martillo fuerte contra la madera.

- A Inuyasha, Vizconde de Taisho. Muchas gracias señor. Bueno prosigamos Lote 664: una pistola de madera y tres cráneos humanos de la producción en 1831 de "Robert le Diable" de Meyerbeer. Empecemos con Diez francos por esto. Diez, gracias. Diez francos todavía. Quince, gracias. Quince me ofrecen. Se va por quince.

El hombre ya mayor solo miro al subastador y asintió.

(Golpe de martillo)

- ¿Su número señor? Lote 665, damas y caballeros: una caja de música de papel maché conforma de organillo. Como accesorio, la figura de un mono vestido con túnica persa tocándolos platillos. Este artículo, descubierto en uno de los múltiples túneles subterráneos del teatro, aún está funcionamiento.

El hombre sostuvo entre sus manos la extraña caja de música.

-El caballero se los muestra aquí -señaló a su colaborador para que lo mostrara a la concurrencia.

El vizconde Taisho miro el objeto con detenimiento, sabía lo que era, ella en algún momento se lo había contado.

El hombre que tenia la caja de música en sus manos le dio cuerda, una dulce melodía pagana se escucho por todo el recinto haciendo eco entre las paredes.

- ¿Debo comenzar con veinte francos? Vamos, damas y caballeros. ¿Quince entonces? Quince, gracias. Sí, veinte de usted señor, muchas gracias.

-Veinticinco-dijo una mujer de muy avanzada edad, Inuyasha la miro un momento al darse cuenta de que era una vieja amiga.

-Veinticinco a mi izquierda, gracias madame. Me ofrecen veinticinco.

Inuyasha le indico a su enfermera que ofreciera mas él deseaba ese objeto.

- ¿Treinta? Se va por treinta francos entonces. Treinta a la una, treinta a las dos, vendido por treinta francos al Vizconde de Taisho. Gracias de nuevo, señor.

Inuyasha tomo entre sus manos temblorosas el objeto-Esta pieza es de colección, los detalles tal como ella alguna vez me explicó... tu terciopelo y plomo del figurín ¿Y tocarás cuando ya nadie quede aquí? -expresó para sí mismo con nostalgia el Vizconde Inuyasha.

-Bueno continuemos entonces, lote 666, un candelabro en piezas. Algunos de ustedes quizá recuerden el extraño asunto del Fantasma de la Opera: un misterio nunca explicado por completo. Se nos ha dicho que éste es exactamente el mismo candelabro que figuró en el famoso desastre. Nuestros talleres lo han restaurado y han cableado partes de él para la nueva luz eléctrica, para que tengamos una idea de cómo se verá cuando este resemblado. Quizá ahuyentemos al espectro de hace tantos años con un poco de iluminación, ¿caballeros?

De pronto la manta que cubría lo levantó, un viento frio se dejo sentir e Inuyasha se sintió repentinamente enfermo de rabia al ver como subía. Los recuerdos se precipitaron hacia él más rápido que el céfiro. Destellos de imágenes corrieron cada uno tratando de quedarse, haciendo que se formase un enorme nudo en su garganta. De pronto se sintió como si estuviera corriendo en el tiempo hasta 1895, cuando toda la locura llevó a cabo, cuando conoció el amor y a su más grande enemigo.

El Fantasna de la Ópera (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora