Capitulo 5

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Miedo y confusiones

Todos los asientos de la casa de la opera se habían vendido, estaba repleto el lugar y el traje de la prima donna tal como lo había dicho Sango lucía hermoso, todos estaban en posición y pronto se levanto el telón, Kagome desvió la mirada un momento hacia el palco numero 5 reservado siempre para el fantasma y un temblor recorrió su cuerpo, Inuyasha estaba sonriéndole desde ahí, entretenido al verla de paje, la joven siguió con su actuación llegada la parte en que fingía darle un beso a Kikyo, puesto que en la obra eran amantes, una voz irrumpió en el lugar con gran estruendo.

- ¿Acaso no ha quedado claro que el palco 5 es de mi uso personal? -todos los presentes sorprendidos trataron de ubicar la procedencia de la voz, pero al cabo de unos segundos la risa de Kikyo atrajo nuevamente la atención del público, quien le dedicó todas sus miradas, no cavia duda de que a pesar de su mal carácter, era una diva y el publico la amaba, pero Kagome estaba tan asustada que dejo escapar su voz -está aquí, es él-lo que provoco la ira de Kikyo

-tu papel es mudo, pequeño sapo-le dijo en tono molesto.

A lo cual Sesshomaru respondió- ¿Un sapo madame? quizás sea usted el sapo- y se retiro como había llegado silenciosamente como una sombra.

Kikyo intento seguir con su actuación pero de repente su voz comenzó a sonar mucho más grave de lo acostumbrado e inevitablemente el público comenzó a reír, de inmediato el telón cayó para evitar más ridiculización de la prima donna y se presento el acto del ballet en sustitución , Kagome tembló temiendo lo peor, corrió en dirección a la azotea del teatro esquivando a los bailarines y demás actores, mientras huía una mano fuerte la retuvo desde atrás, horrorizada se giro y vio el rostro preocupado de Inuyasha.

-debo irme por favor abandona el teatro, no es seguro- y diciendo eso lo dejo completamente solo en medio de la multitud.

Al subir a lo alto del techo de la opera, se incoó sobre el piso de la azotea a llorar, cuando sintió una mano que se colocaba firmemente en su hombro.

Al voltear miro esos ojos dorados que la confundían a sobre manera, a veces era cálidos como el sol y a veces fríos como el hielo capaz de causarle terror, como el que ahora estaba sintiendo, se levanto bruscamente del suelo alejándose de él.

Eso no paso desapercibido por Sesshomaru y tampoco las lagrimas que había derramado, quien le dio una mirada dulce.

- ¿Porque lo hiciste?, me habías prometido no herir a nadie, ni interponerte así en esto, lo prometiste y no lo cumpliste me has fallado-dijo con voz dolida Kagome.

-Que esperabas que hiciera Kagome, que dejara que te ridiculizaran en el papel de paje, un papel sin importancia, un papel mudo donde no se escucha tu melodiosa voz -dijo furioso-siendo que yo había escrito el papel de la duquesa para ti, sabiendo que Kikyo es una estúpida engreída que no ama el arte como nosotros dos-suavizo su mirada por un momento- comprende mi ángel era necesario para dejarles claro que tu eres la indicada para ser la voz principal de esta ópera y que se hicieran las cosas como yo las he propuesto-expreso el fantasma.

-Hacer el papel de paje no era ridiculizarme, te dije que prefería ganarme yo sola el reconocimiento sin tus trampas ni artimañas de ningún tipo, dejaste sin voz a Kikyo solo para darme un papel que dices fue inspirado para mí pero sin embargo creo que todo esto lo haces por ti y para ti, además tu no propones-lo miro a los ojos -tu dispones como si fueras un dios todopoderoso y en eso en verdad que te equivocas, hoy solo me provocaste miedo y temor.

Kagome giro sus talones para retirarse, pero fue detenida por la mano enguantada de Sesshomaru.

-Mi ángel de la música, tu eres el ser más importante para mí, lo que hago lo hago por ti y para ti, no debes temerme ya te lo he dicho, jamás te haría daño, jamás porque sería como hacerme daño yo mismo-expreso el fantasma mientras tomaba delicadamente las manos de Kagome y las besaba con dulzura.

Kagome si antes estaba confundida, ahora estaba mucho peor, no terminaba de entender a Sesshomaru, pero menos a ella misma que a pesar de sentir el miedo que sentía seguía pegada a él, a su maestro, a su tutor a su ángel, pero esto debía parar o acabaría mal y lo sabía, pero como escapar de las alas de su ángel.

Sesshomaru levanto su vista para ver el rostro de Kagome aunque más calmado, había algo extraño en su mirada que no supo descifrar, iba preguntarle cuando escucharon la voz del vizconde que resonó en la azotea gritando el nombre de Kagome, ya que este venia subiendo las escaleras de caracol que llegaban a la terraza.

Sesshomaru frunció el seño, considerablemente irritado, gesto que no paso desapercibido.

-Ese niño insolente, ¿cómo ha llegado hasta aquí? -menciono Sesshomaru molesto.

-Tienes que irte-le dijo Kagome girándose para otro lado.

El fantasma inmediatamente la volteo para que lo mirara a los ojos.

-Me iré, pero no he terminado esta conversación, solo te pido que no me temas, no lo soportaría, tu eres mi inspiración, mi musa tu eres mi música, mi bello ángel de la música-toco su mejilla y desapareció entre las estatuas de mármol que estaban colocadas en los barandales como si fuera una sombra.

Kagome oyó que los pasos y la voz se acercaban mas, fue cuando volteo y se encontró con la cara del vizconde Inuyasha mirándola con preocupación.

Ella al verlo corrió a refugiarse en sus brazos como si su vida dependiese de eso.

-pequeña lotte me tenias preocupado ¿Qué te sucede? -Le pregunto el duque para luego decirle con dulzura-mi hermosa flor.

-No me preguntes solo abrázame Inuyasha, hoy necesito que estés a mi lado más que nunca-le expreso Kagome abrazándole más fuerte.

-Sabes que siempre estaré a tu lado-alzo la barbilla de Kagome con su mano-siempre-empezó a acercarse peligrosamente a su rostro, pareciéndole a Kagome que le quería dar un beso al cual ella, en ese instante no se negaría pero el solo deposito un beso en su frente-sabes lo mucho que te quiero pero jamás te obligare a que me ames si no lo sientes-le dijo mientras colocaba su frente sobre la frente de ella.

Mientras se desarrollaba esa conversación un fantasma observaba con furia la escena, con sus puños cerrados proclamo para el mismo el odio por el Vizconde Inuyasha.

El Fantasna de la Ópera (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora