CAPITULO 1

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LA BIENVENIDA A LA OPERA

Una edificación de un templo magistral de exaltación a la música fue erigida, después del extraño e inexplicable incendio de la Opera Palier, la construcción de la Opera Garnier de Paris fue acelerada pero eso no le quitaba la magnificencia con la que fue creada, poseía una fachada ricamente decorada, una escalera monumental, una sala al estilo italiano, plazas con el techo pintado con varios murales de estilo griego, alumbrado de una inmensa araña de cristal y en su entrada la magistral efigie del dios Apolo con su lira, en su interior se encontraban múltiples camerinos y palcos, pasadizos poco conocidos por los hombres que escondían secretos que escasas personas querían revelar.

Posteriormente de su apertura, la opera popular entro en funcionamiento rápidamente y después de varios años en marcha los artistas que ahí se presentaban se habían ganado la predilección del público, a si mismo dentro del teatro había crecido una diva, La prima donna Kikyo quien contaba con el apoyo del público a pesar de sus múltiples desplantes, pero no así del espectro que merodeaba el interior de dicha edificación.

La mayoría había escuchado hablar de él, entre susurros lacerantes, no se hacía nada sin que él se enterase, sin que él lo observase y si se desobedecían sus ordenes más de uno lo pagaría, todo bailarín, cantante o actor en la opera estaba enterado de ello, si él no quería que alguien apareciera en escena algo sucedería.

Los danzantes y intérpretes esa tarde ensayaban sus números antes de salir a escena, ya que en la noche se llevaría a cabo una función de estreno, lo mismo hacía La Prima Donna Kikyo, vocalizaba para la presentación. Las bailarinas hacían sus movimientos con ayuda de la coreógrafa Kaede. Llevaba un pequeño lapso de tiempo la práctica y Kikyo no era feliz con el hecho de que según ella dicho ensayo estaba tomando más tiempo de lo habitual.

Poco a poco la impaciencia de la prima donna alteraba a todos, los cuales la mayoría querían ir a estrangularla para no escuchar su impaciente y enfadosa voz.

— ¿Dónde está mi spray? —gritaba Kikyo haciendo un escándalo a todo lo alto era extremadamente exagerada.

Antes de que pudieran seguir trabajando en su ensayo, tres personas venían caminando y el dueño de la opera Myoga Ricks junto con ellos y este les empezó a hablar "Amigos, romanos, compatriotas prestadme sus oídos traigo importantes noticias el día de hoy"

Todo el mundo miró a Ricks como si estuviera loco, mientras que algunos se reían pensando que estaba bromeando.

Le dio a la gente por reír a lo tocado sin escuchar lo que decía hasta que madame Kaede dio un golpe con su bastón y los hizo callar a todos, ella tenía demasiado don de mando en ese lugar.

—Estoy hablando en serio. Me retiro este año y los dos hombres que se harán cargo del teatro son Miroku Williams y Bankotsu Bell—presento a los aludidos con cortesía.

Los dos sonrieron— mi nombre es Miroku y el es Bankotsu mi colega y socio—inquirió el Señor Miroku con parsimonia.

Continúo hablando Bankotsu—Mucho gusto en conocerlos a todos, nosotros somos los nuevos administradores y aquí detrás de nosotros es el Vizconde Inuyasha de Taisho el nos ayuda con su contribución monetaria—completo el Señor Bankotsu mientras el vizconde que se encontraba atrás de ellos salió, para dar un pequeño discurso, era un hombre joven y apuesto.

—Es un placer conocerlos a todos, estoy aquí representando a mi familia la cual siempre se ha interesado por apoyar el arte, que mejor que apoyar la opera de la cual yo soy un ferviente admirador

Después de que el Vizconde diera un paso adelante y comenzara a hablar una hermosa joven de cabello azabache y ojos soñadores se sorprendió enormemente hasta que alguien la saco de sus cavilaciones.

El Fantasna de la Ópera (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora