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Juntos

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Juntos...

Hay batallas que podemos enfrentar solos, que debemos enfrentar solos si queremos vencer pero hay otras en las que el apoyo de otras personas puede ser ese impulso necesario para avanzar, así sea solo para sostener tu mano mientras entras a la preparatoria sin tu peluca, y muestras tus rizos cortos por primera vez ante tanta gente. Y llegan las miradas, por supuesto, los susurros, y quiero desaparecer ahí mismo, disminuyo la velocidad y aprieto las manos enroscadas con las mías a mi lado. Echo un vistazo para ver a Gastón a un lado darme una sonrisa para que siga y a mi otro lado está Valeria con sus cejas levantadas y una expresión de 'Tú puedes con esto, nena.' Ambos le dan un apretón de fortaleza a mis manos y sigo adelante.

El pasillo se me hace eterno, hasta que finalmente, llegamos al salón. Todos ya están dentro y me ojean por unos segundos, pero siguen en lo suyo como si nada y agradezco por eso. Suelto a mis amigos y me giro para darles un abrazo.

—Gracias.

Cuando nos separamos, Gastón toca mi frente con su dedo índice de manera juguetona.

—¿Gracias? —sacude la cabeza—. a mi se me paga en helado.

—A mi en café —agrega Valeria antes de guiñar—. tenemos una salida pendiente entonces.

Les sonrío.

—Trato hecho.

No puedo creer que he asistido a la preparatoria por tres semanas enteras y he estado bien. Cada día se hace más llevadero, no puedo negar que hay días en los que el miedo vuelve, toca mi puerta y sacude mi día pero lo he podido manejar mucho mejor que antes. Ya no corro desesperada de vuelta a casa. Con mi meditación y con mis respiraciones puedo manejar esas ganas increíbles de huir o esas ganas de llorar sin control. Claro, que hay días en los que siento que no puedo, que se sale de mis manos y me permito irme a casa temprano o pido hablar con la consejera. He sabido escoger mis batallas, y creo que eso me ha ayuda a mantenerme bien.

Como hoy es el último día de clases todos andan despidiéndose y charlando por ahí. Los profesores no han dado lecciones, solo reuniones navideñas y charlas entre nosotros. Todos están listo para descansar, para olvidarse de la preparatoria por dos semanas. Por mi parte, a diferencia de ellos, no quiero irme, acabo de llegar, me estoy acostumbrando a todo y me aterra volver a estar en casa y no querer salir de nuevo. Supongo que hay miedos que seguirán ahí sin importar el tiempo que pase.

No solo se trata de volver a casa, sino también de la navidad porque es una celebración difícil para mi. No solo es la época en la que mamá disfrutaba más estar en la cocina, horneando delicias para las cenas navideñas, sino que compartimos dándonos regalos, etc. Y hay algo en esas fechas que te pone melancólico y triste, quizás sea solo cosa mía.

—¿Lali? —Dani sacude su mano frente a mí—. ¿No escuchaste nada cierto?

—¿Eh?

—¿Qué si tienes planes después de la escuela?

Oye, sigue mi voz©《Laliter》✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora