●Historia adaptada a Laliter.
[Corrigiendo]
✾ "Mi nombre suena bien en tu voz." -P.
✾ "Nunca pensé que alguien me podría llegar a interesar de esta forma con solo el sonido de su voz." -L.
✾ "Es ella, la chica que no ha dejado mi mente desde la prim...
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"Recuerda que cada derrota es un paso más a una grandiosa victoria."
Majo Riera.
1970 - 2020
La tumba de mi madre.
De pie frente a ella, mi corazón se aprieta, doliendo ante la realidad de que ella ya no está más con nosotros, de alguna forma ver su tumba hace que su partida sea más real. Tiene dos floreros a los lados con flores ya muertas y secas, sé que Cielo viene todos los domingos a traerle flores, pero con el invierno, es imposible que las flores sobrevivan, el frío no tiene piedad de ellas.
No puedo creer que esté aquí, no poder venir a visitarla por mis miedos me ha hecho sentir tanta culpa por tanto tiempo.
'Estoy aquí, mami.'
Gastón permanece detrás de mí, sin decir una palabra.
Sacudo la nieve de una roca al lado de su tumba y me siento, paso la mano por el nombre de mi madre.
-Ha pasado mucho tiempo, mami.
Gastón se sienta al otro lado, observándome.
Me aclaro la garganta y soplo, luchando con las ganas de llorar, creo que después del día de hoy me he quedado sin lágrimas.
-Mamá, no he venido sola hoy -comparto una mirada con Gastón-. He traído a un amigo, es un poco loco pero sé que te caería bien.
Gastón finge sentirse insultado y luego sonríe.
-Mucho gusto, Sra. Riera, en mi defensa, Lali tampoco está muy cuerda.
Nuestras miradas se encuentran y ambos sonreímos.
Nos quedamos un rato ahí, conversando, contando a mi madre todo lo que ha pasado en esta semana en la preparatoria. El tiempo parece volar y el cielo comienza a oscurecerse, dándole un toque melancólico al cementerio, sus arboles secos, su suelo aun cubierto ligeramente de nieve por la tormenta del otro día.
Y como si la naturaleza quisiera despedirnos, pequeños copos de nieve comienzan a caer.
-Hora de irnos -Gastón se pone de pie y nota que yo no me muevo-. Me iré adelantando, tomate tu tiempo.
Él se aleja, esperándome al lado de un árbol lo suficientemente lejos para que pueda despedirme de mi madre.
La nieve cae sobre la silenciosa tumba de mi madre.
