✾XX✾

313 42 11
                                    

Mi pobre corazón late desesperado en mi pecho como si acabara de correr un maratón y no lo culpo, más bien le agradezco que no me falle en este momento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi pobre corazón late desesperado en mi pecho como si acabara de correr un maratón y no lo culpo, más bien le agradezco que no me falle en este momento.

Necesito romper este silencio porque sus ojos no dejan de mirarme, siento que me está evaluando de pies a cabeza, poniéndole una cara a la chica con la que ha hablado todo este tiempo. Quisiera decir que su expresión me revela algo de lo que piensa sobre mi pero no hay nada, solo esa deslumbrante sonrisa que no quiere desaparecer para que pueda recuperar la cordura.

Sin poder mantener la intensidad en sus ojos, bajo la mirada y me enfoco en su camisa negra con letras blancas que dice "Panteras, Clase del 2020". Accidentalmente veo sus brazos, son más definidos de lo que me parecieron la primera vez que lo vi, aunque bueno, eso fue una distancia considerable.

A primera vista me pareció delgado, pero ahora de cerca, noto que tiene un porte atlético muy obvio de alguien que hace un deporte con intensidad.

—Lali —me habla con lentitud, como si lo estuviera pensando en que decir—. Finalmente, me enfrentas.

Trago, pero mantengo mis ojos en su camisa.

—Eh... si.

Tonta, tonta, es que no puedes responder más de dos palabras, bueno, por lo menos respondiste.

Lo observo sacar sus manos de los jeans y ofrecerme una.

—Mucho gusto, Lali.

Me le quedo mirando a su mano como una idiota, si le doy la mano se va a dar cuenta de lo sudada que está. Disimuladamente, la limpio con mi suéter dentro de mi bolsillo frontal de la sudadera antes de tomar la suya y siento cosquillas en mi estómago.

Él aprieta mi mano ligeramente.

—Un honor, misteriosa L.

Suelto su mano tan rápido como puedo, no se que decir o que hacer, tenerlo frente a mi es algo que aún me tiene desorientada, Peter habla con tranquilidad.

—Ey, soy solo yo.

Levanto la mirada para encontrar la calma en sus ojos.

—Soy yo, Peter, el chico con el que has hablado un montón las semanas pasadas, no soy un desconocido, no hay razón para que tengas miedo.

—No tengo miedo.

Él suelta una risita.

—¿De verdad? Porque luces aterrorizada, te prometo que no soy un asesino en serie.

Mis labios tiemblan un poco mientras hablo, Dios, estoy tan nerviosa.

—Eso es algo que un asesino en serie diría.

Peter aprieta sus labios, disimulando una sonrisa, que lindos labios tiene.

Él levanta su mano.

Oye, sigue mi voz©《Laliter》✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora