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Peter ha vuelto y con él mis ánimos de escuchar la radio de nuevo

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Peter ha vuelto y con él mis ánimos de escuchar la radio de nuevo. El día de hoy decido hacerlo diferente, en vez de estar encerrada en mi habitación, salgo al patio trasero donde los cachorros juegan libremente mientras me preparo para el programa de esta noche.

— Buenas noches, mi gente, les habla de nuevo Peter, su amigo y compañero, de su programa nocturno "Oye, sigue mi voz". Los extrañé mucho la semana pasada.

<Yo te extrañé más>, pienso.

— Pero ya estoy aquí para entretenerlos con algunas canciones y algunos temas importantes, como de costumbre. Creo que es muy apropiado hablar hoy de esas personas que extrañamos constantemente, ya sea un enamorado, un amigo, alguien que ya no está con nosotros. Sin embrago, antes de comenzar, quiero darle la bienvenida a una visita que tenemos hoy con nosotros. Ustedes lo conocen; es nada más y nada menos que Agustín, del programa anterior a este.

Eso me hace fruncir el ceño.

— Hola a todos, soy Agustín Sierra y estaré acompañando a Peter esta noche.

Peter se ríe un poco.

— Sé que muchos se preguntarán qué está pasando. He decido tener invitados en mi programa de ahora en adelante, así podemos escuchar diferentes perspectivas en nuestros temas diarios.

<¿Por qué? Eres perfecto tú solo>, pienso.

Agustín se aclara la garganta antes de hablar de nuevo.

— No se preocupen, no les robaré tiempo con Peter, solo opinaré de vez en cuando.

Comienzan a hablar de lo que se siente al extrañar a alguien, pero cuando estoy concentrada, disfrutando la voz de Peter, Agustín habla y lo arruina.

Envío un mensaje, rogando que Peter lo lea esta vez.

No necesitas a Agustín. Eres perfecto tú solo. -L.

Si lo recibió o no, no tengo ni idea, pero no lo menciona cuando está leyendo los mensajes. Para mi desgracia, Agustín toma el control y no duda leer el mío en voz alta.

— Wow, al parecer L no está muy contenta con mi visita.

— ¿L? ¿Contenta? —pregunta Peter—. ¿Cómo sabes que es una chica?

— Está claro como el agua. He escuchado tu programa y todos los mensajes que te ha enviado, las frases, todo, y con este último mensaje, diciéndote que eres perfecto, es obvio que es una chica. Creo que la audiencia está de acuerdo conmigo.

La vergüenza no me cabe en el cuerpo. Se supone que ese mensaje, si es que Peter llegaba a leerlo, lo haría en voz baja y no lo diría en el programa; sé que no lo haría, porque es él. Agustín es otra historia, le gusta el drama y crear situaciones incómodas.

Peter no dice nada por un rato, hasta que por fin interviene.

— Bueno, L, ¿podríamos confirmar que eres una chica? A ver si el sexto sentido de Agustín de verdad funciona.

La risa de Agustín me molesta en los oídos.

— Sí, querida L, si lo admites, no volveré a invadir el programa de tu querido Peter, lo prometo.

Me muerdo el labio inferior. De verdad, no quiero volver a escuchar la voz de Agustín. No es como si admitirlo cambiaría algo.

— Tenemos un mensaje de L —comenta Agustín—. Vamos con la siguiente canción y al volver lo leemos para ustedes, sé que están tan intrigados como nosotros.

Fear...
In your world of love,
and sadness,
let me fear you.
Let me heal you.

La canción continua. Muy pocas veces ponen temas en inglés, pero Peter siempre escoge canciones muy bonitas. Sin embargo, no puedo concentrarme en ella. No debí enviarle ese mensaje. Meneo la cabeza. Estaré bien, admitir que soy una chica no cambiará nada.

Cuando vuelven, Agustín es el que lo lee.

— Bien, estamos de vuelta y sé que ya no pueden con el suspenso. El mensaje de nuestra querida L dice: <Sí, soy una chica. Por favor, Peter, vuelve a estar en tu programa tú solo>. —Agustín suelta una risita—. L no parece ser mi fan después de todo, qué mal; pero bueno, seguimos con nuestro tema de hoy.

Peter vuelve a hablar de la sensación de extrañar a alguien.

— No nos gusta admitir en voz alta lo mucho que podemos llegar a echar de menos a alguien, a veces sentimos que es una muestra de debilidad.

Agustín se le une.

— Y bueno, haré la pregunta que todos tienen en su mente en estos momentos. Peter, ¿Has extrañado a alguien?

— Por supuesto.

— ¿Un amigo? ¿Un familiar? ¿O caso una chica que te guste?

Mi corazón se detiene; no quiero escuchar si Peter tiene novia o está interesado en alguien, aunque tampoco puedo recoger la fuerza para quitarme los audífonos.

Silencio.

Agustín se ríe y continúa.

— Desearía que pudieran ver la expresión que tiene Peter ahora, yo de verdad creo que es una chica.

Auch.

Peter por fin vuelve.

— No creo que la gente esté interesada en eso, Peter. Es hora de despedirnos por esta noche con una canción, es una de mis favoritas, a pesar de que es en inglés, me encanta su ritmo y letra. Disfrútenla y feliz noche.

La canción comienza y la escucho, volviendo a mi habitación. Me acuesto en la cama y cierro los ojos, quedándome dormida sin querer.

La vibración del teléfono sobre el pecho me despierta. Tengo el sueño ligero desde los días que cuidé a mamá en su enfermedad, tenía que mantenerme alerta. Un programa de música relajante me suena en los oídos; me quito los audífonos y reviso el teléfono, la luz cegándome por un segundo. Es un mensaje de texto.

¿Por qué Cielo me enviaría a esta hora? Ella y Nico son la únicas personas que me escriben. Triste, ¿no? Sin embargo, es un mensaje de un número desconocido.

-Desc.
Hola

-L.
¿Quien es?

-Desc.
Peter.

Y así fue como dejé de respirar en medio de la oscuridad de mi cuarto. 

 

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Oye, sigue mi voz©《Laliter》✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora