Cαpίтυlo Doѕ

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Me quede un buen rato ahí viéndola, el sonido de las ruedas del tren se escuchaba como música de ambiente, para ese solitario momento

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Me quede un buen rato ahí viéndola, el sonido de las ruedas del tren se escuchaba como música de ambiente, para ese solitario momento. Recuerdos vinieron a mi memoria con el pasar del tren. Esa vida fui bendecida al tener a Minee-san, pero me dolió saber que me morí tan joven, sin haber estado ahí para ella, como se lo había prometido.

-Minee-san -dije en silencio-. Me quede un buen rato ahí, incluso al escuchar que paso por fin el tren. Admirando cada facción de su físico, había cambiado un poco, pero no tanto. Seguía siendo mi querida y adorada Omega.
Miyako conservaba su cabello corto, además de su bonito color castaño rojizo.

Estaba a punto de acercarme a ella, cuando de repente note a otra chica. Era un chica delgada y de largos cabellos largos de un color castaño oscuro. Estaba acosando a distancia a mi Minee-chan.
Eso hizo que tuviera el valor para hablarle a mi onee-san.

Tome un suspiro y me acerque a ella. Inmediatamente al estar a unos cuantos centímetros de ella, mi Minee-san giro su vista a mi y noté que, su celo comenzó a hacer aparición. En mi caso, mi corazón empezó a latir como si hubiera corrido un maratón.

Pensé que ella me aceptaría, pero solo dio unos pasos atrás mientras negaba con la cabeza. Luego de eso, salió corriendo sin voltear a verme. Me quede desconcertada un poco, pero era evidente, ella no quería saber algo más de un Alfa. Mi perdida la ha de ver puesto muy mal por mucho tiempo.

-Minee-san, prometo que, volveremos a estar juntas -dije un tanto triste al verla correr. Al ya no notar su presencia, comencé a caminar de regreso a mi casa.

Sin embargo, al pasar cerca de esa mujer que acosaba a mi Minee-chan, la mire muy molesta. Ella se asusto y se fue como si nada hubiera pasado.
-Eres una pervertida, debo llamar a la policía -dije al sacar mi celular.

-¿Qué?, ¡No...!, ¡No....! -dijo para salir corriendo de ahí. Se veía tan graciosa, pero no debía de bajar la guardia, ya que era una mujer Alfa, al igual que yo.

Después de eso regrese a casa, a esa hora mamá estaba terminando de cocinar y papá estaba en el trabajo.

Entre, me puse mis sandalias, salude a mamá y subí a cambiarme para bajar a comer.

-¿Cómo te fue hoy en tu primer día, Hana? -preguntó mi mamá al servirme la comida.

-Bien, hice una amiga llamada Hinata, quiere que mañana vaya a su casa, ¿puedo ir?

-¡claro!, pero por la noche pasare a recogerte

-Sí

No pensé que fuera tan fácil convencerla, pero mi mamá era una mujer muy confianzuda y de un carácter tranquilo.

Aproveché la ocasión de la platica para hacerle una pregunta que, la tomaría de sorpresa.
-¿Mamá, crees en las reencarnaciones?

-¿Eh?, ¿Dónde escuchaste eso, Hana? -preguntó al dejar su cuchara en el plato-

Me perteneces (HanaxMiyako) (Wataten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora