Detalles

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Tome un baño relajándome, disfrutando de la sensación del agua caliente sobre mí y esperando que así se notará menos que había llorado. Salí y estaba solo en la habitación, la cama y la habitación ya estaban arregladas así que me tome mi tiempo para escoger que me pondría hoy. Haría unas sesión para una empresa importante y quería dar una buena impresión.

Cuando baje Fargan estaba haciendo el desayuno, tome la taza que había en la barra de la cocina y me senté en el desayunador.

Sabía bien que seguía, trataría de ser amable y servicial. Comenzaba dándole amor y confianza, haciéndolo sentir increíble como si fuera capaz de volar, para después dejarlo caer sin consideración. Recibía comentarios constructivos del otro casi todos los días, pero cuando era una de estás ocasiones era como si quisiera destruirlo y después sabiendo lo vulnerable que estaba se aprovechaba para consolarlo, comenzando a hacer cosas sin pedírselo. Quería hacerlo creer que era indispensable, que siempre estaría ahí a pesar de todo.

No habían cruzado palabras menos miradas, aunque Fargan estuviera buscándolo aparecía algo mucho más interesante a que prestarle atención.

David recogió los trastes y cuando ambos estuvieron listos para irse le extendió sus llaves y avanzo para abrirle la puerta del auto.

—Me avisaron que mi auto está listo— dijo aún sin mirarlo, estaba revisando sus mensajes y por fin le llegó en el que le avisaron que podia ir por el, ya no tenía que pedirle a los demás que lo llevarán sobre todo a Fargan.

—Bien, aunque me gustaba que vinieras conmigo en las mañanas.

Se estacionó en la entrada del taller, Willy se había quitado el cinturón y esperaba a que el otro quitara los seguros de la puerta para salir pero no lo hacía entonces tuvo que mirarlo, Fargan le sonreía tiernamente esperando algo y Willy sabía bien que era.

—¿Puedes abrir por favor?— se negaba rotundamente, no quería caer de nuevo aunque después el castaño se victimizara argumentando que el si había puesto de su parte.

Fargan se quitó también el cinturón solo para acercarse más a su pareja, acorralandolo y no tuviera más opción. Podría ser muy algo muy simple, besarlo para despedirse pero Willy no dejaría pasar lo que había dicho y menos la poca importancia que le había dado.

Si no lo quería a él ¿Por qué lo buscaba? ¿No era más simple dejarlo y ya? Sería una simple mudanza, porque la casa aunque la estubieran pagando los dos era de Willy, pero al contrario justo ahora lo buscaba como si ese beso fuera indispensable. Además lo había llevado desde la cocina hasta la cama, amanecieron juntos, le había reclamado sobre su actitud tan cambiante y ni así había escuchado una disculpa, al menos por la lastima de haberlo hecho llorar hasta quedarse dormido o las escenas con sus amigo.

Se alejo hasta que no pudo retroceder más, giró el rostro para que el beso fuera en su mejilla o la mitad de sus labios, pero el castaño tomó con su mano su cara para que dejará de moverse y le dió un suave beso en los labios. Se apartó lentamente viendo cómo Willy apretaba sus ojos como última forma de resistencia, espero a que los abriera para soltar su rostro y abrir los seguros.

Tomó sus cosas y salió lo más pronto que pudo del auto, se adentró al taller sin mirar atrás, sólo se giró a comprobar que no estaba cuando escuchó el auto alejarse.

Vaya mañana, al menos ya tenia mi auto, se habían tardado más de lo esperado, pero si no tenía más problemas mejor. Ahora podía ir a las afueras de la ciudad por cualquier trabajo y eso me alegraba bastante, lo suficiente como para ir a buscar a Vegetita aunque siguiera molestó.

Obviamente no le diría nada de lo que pasó, no quería darles problemas.

Después de salir del trabajo fue a la casa de su mejor amigo. Eran las tres de la tarde, había sido un día rápido pero productivo, tenía varios "proyectos" para el fin de semana y quería acabarlos pronto o sino no acompañaría a los demás a organizar la despedida de soltero de su amigo, con todo ésto en mente llegó a la enorme casa.

Entró después de esperar varios minutos afuera, en cuanto a travezó la puerta percibió el fuerte olor a alcohol así que rápidamente fue a buscar a Vegetta. Lo encontró en la estancia sentando en la alfombra recargado en el sillón, tenía botellas a su alrededor y la música a un volumen alto, su ropa estaba desarreglada y sucia, sus ojos estaban hinchados y se veían sus lágrimas secas.

Willy se acercó rápidamente ayudarlo a sentarse en el sillón y bajó el volumen, iba a ponerse a recoger el desastre que había en el suelo pero el brazo del pelinegro se lo impidió, se giró a mirarlo y notó como iba comenzar a llorar de nuevo así que lo abrazo fuertemente para que pudiera desahogarse.

Los sollozos se hacían menos ruidosos contra su pecho pero aún así sentia como traba de regular su respiración evitando hacer hipidos mientras se aferraba a su camisa. Pasó su mano por su desalineado cabello acariciandolo suavemente; era algo raro ver sus puntiagudos cabellos caídos y despeinados, aunque no era el mejor momento no podía evitar no adorar lo bien que lucia así.

Se quedaron así hasta que Samuel estaba agotado casi durmiendose en los brazos de su amigo que no había dejado de acariciar y peinar su cabello.

—No fuí suficiente... Siempre supe que no estaba bien y no hice nada para ayudarlo— trataba de hablar lo mejor que podía aunque era más para si mismo. —Por eso se fue...

Willy le dió un beso en la coronilla, acaricio su hombro y se levantó a recoger las botellas, todo lo que estuviera fuera de su lugar y a preparar algo para su borrachera además de algo para comer. Se tomó su tiempo ya que  hablar ahora con Vegetta no era buena idea, se pondría necio y no pararía de llorar.

Cuando terminó se volvió a sentar a su lado a darle apapachos entre sus brazos. —Deja de culparte por los problemas de Rubén. Si se separaron fue porqué era lo mejor para ambos— escuchó como su amigo trataba de aspirar por su obstruida naríz. —Si eres suficiente, pero sí él decidió irse es porque no quería lastimarte, sabía lo mucho que sus problemas te afectaban y no quería verte como estás ahora.— lo abrazó más fuerte.

Se pasó la mano para limpiar sus lágrimas y aspiro su naríz. —Tengo hambre.

Ambos comenzaron a reír y se fueron a la cocina.
El resto del día Willy se la pasó cuidando de él, retomaron sus series y vieron películas, comieron comida chatarra sin que a Vegetta le preocupara algo, y siguieron así hasta que se quedaron dormidos.

Vegetta adoraba pasar tiempo con Willy, tenía mucho tiempo que no dormía tan bien a pesar de estar en la sala, había estado guardandose sus sentimientos otra vez por eso ahora se sentía tan tranquilo. Siempre habían estado el uno para el otro, Willy nunca lo dejo solo durante su divorcio por eso no lo dejaría ahora que lo necesitaba, ya sea con un lugar donde dormir, un hombro dónde llorar o alguien que le partiera la cara a quien sea sí lo lastimaban.

Attention | WillganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora