Liberé un largo suspiró mientras terminaba de abotonar mi camisa. A pesar de que la decisión del traje había sido por votación y opciones de los novios, la corbata había sido escogida por mi, ese era uno de los beneficios de ser el padrino.
Me enfoque en afeitarme con cuidado, acomodar bien mi traje, y peinarme. Quería verme bien hoy para acompañar a mis amigos.
Salí en cuanto estuve listo, sabía que Luzu necesitaba que estuviera con él.
—Traje, corbata, camisa ¿Tus calcetas? —fue lo primero que dijo al entrar a la habitación y ver a su amigo recargado en un mueble junto a la ventana.
Luzu estuvo confundido por la intromisión, pero se aseguró de tener listo lo que Willy enlisto. Se quedó en su sitio revisando, puso una expresión confundido, luego miró a todos lados de la habitación.
—Las olvide. Le pedí a Auron que no hiciera estás cosas y yo...
—Estan aquí. Tranquilo, solo estaba jugando. Al menos no fueron los anillos.
—Debías de traerlos tú —la expresión confundida de Willy lo preocupo.
—Estaban en tu pantalón —apuntó al pantalón azul grisáceo extendido en la silla. Luzu se levantó a revisar, no había visto algo en los bolsillos, metió su mano y no había nada. —Tal vez estan en el de Auron, voy a revisar.
_Dos podemos jugar a esconder cosas —sonrió mostrando la cajita de terciopelo rojo, deteniendo cualquier movimiento de Willy para salir a buscar.
Tardó un poco en procesarlo, a veces olvidaba que Luzu también tenía un humor oscuro.
"Por eso se van a casar" pensó Willy rodando los ojos, había olvidado el repertorio de bromas de los próximos esposos. Se cruzó de brazo cuando Luzu comenzó a reír.
—Creía que podíamos hacer bromas así —se explicó Luzu con una amplia sonrisa, pasó a su lado para comenzar a vestirse. —¿Vas a quedarte?
—No hay nada que no haya visto ya —sonrió cruzando los brazos sobre su pecho.
Luzu lo miró incrédulo y con falsa irritación.
—Es lo malo de conocerte de hace mucho tiempo. Hay cosas que quisiera nunca haberte visto.—Vamos, entonces cambiate. Se va hacer tarde —al ver qué Luzu no se cambiaría hasta que saliera, levantó las manos rindiéndose y salió de la habitación.
—¿Guillermo? —una suave voz lo llamó. Giró su vista al pasillo para comprobar de quién se trataba. —¿Qué te pasó? ¿Ahora en que te metiste? —la chica de cabello castaño claro se fue acercando para verlo más de cerca.
—Hola Kristina. No esperaba verte hoy.
—Vine con las demás. Ya sabes, las bodas necesitan damas de honor y, aunque ambos novios son unos incomunicados, prometimos asistir a las bodas de los demás.
El recuerdo de la promesa de un grupo de amigos universitarios vino a su mente. Willy sonrió una vez más en el día.
—¿Y cuando será tu turno, eh?
—Lo mismo digo, Díaz —bromeó Kristina dándole un leve empujón en el hombro. —¿Me quieres decir que te paso?
No quería hacer esto hoy, era un día para estar felices y celebrar el amor de sus amigos, pero era Kristina; su compañera de universidad, con la que había cursado la carrera porque siempre hacían equipo, la que es su mejor amiga, pero hizo a un lado por su relación. Y ahí estaba ella, con su mirada relajada tratando de transmitirle la misma confianza de hace años para que compartiera todo lo que no le había dicho.
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Attention | Willgan
RandomNo romantices que las personas te hagan daño, recuerda que las palabras también lastiman. Ésto se lo repetían a Willy todos lo días.