—¿Hija ya alistaste las maletas?— me dijo mi mamá preocupada.
—Si, ya bajo— le grité desde mi habitación.
Los contextualizo hace unos meses me gradué de bachillerato en el colegio en el que estudiaba. Tuve el mejor promedio entre mis compañeros y hace 5 días me llegó un correo diciendo que la universidad de Harvard me ofrecía una beca para estudiar allá. Al principio pensé que era un sueño o una broma de mal gusto, que les parecía gracioso jugar con mis sentimientos, pero no fue así. Después de corroborarlo hablé con mis papás y se alegraron demasiado aunque en el fondo yo sabía que les daba tristeza que su única hija se fuera de la casa y los "abandonara" pero les prometí llamarlos cada vez que pudiera.
—Ya está todo listo— Les dije bajando las escaleras y llamando su atención.
—Bueno, hija ya casi partimos al aeropuerto así que aprovecha y le echas una última revisada a la casa para asegurarte de que no te falte nada por empacar y luego de eso arréglate para salir— Me dijo mi papá y yo como buena hija que soy le hice caso y me puse en esa labor.
No me voy a poner a describirles mi casa, ya que no es necesario porque no voy a volver en mucho tiempo. Empecé por mi habitación y la encontré vacía, solo había una foto donde aparecemos mis papás y yo, me dio mucha nostalgia, ya que pasé toda mi vida acá. Después de ver mi habitación me metí en mi baño y revisé todo, así hice con el resto de la casa, no me faltaba nada menos mal porque si lograba abrir las maletas te aseguro que no hubiera podido cerrarlas.
Ya terminada la revisión cogí la ropa que había dejado por fuera de la maleta, que consistía en un top negro, un saco corto amarillo, un jogger gris y unos tenis blancos. Me di un pequeño baño y me puse la ropa, me peiné el cabello, decidí dejármelo suelto para mayor comodidad y me coloqué unos lentes negros.
(....)
Al bajar ya todo estaba listo, mis maletas ya estaban en el carro y mis papás estaban afuera de la casa esperándome.
—Ya estoy lista ¿nos vamos?—les pregunto entusiasmada, ya que casi son las 10 de la mañana y el vuelo sale a las 12 para estar llegando allá a la 6 de la tarde aproximadamente.
—Claro cariño— me dice mi mamá con los ojos cristalizados y voy directo a abrazarla.
—No te preocupes mamá voy a estar bien allá— y dicho esto todos nos montamos en el carro y vamos rumbo al aeropuerto.
Al llegar al aeropuerto registramos las maletas y se las llevaron excepto la maleta de mano que es ahí donde llevo lo principal como: celular, computador, audífonos, un kit pequeño de maquillaje y aseo personal, cargadores y ya. Pasamos a un restaurante de burritos a comer algo, ya que en el avión no es que den mucha comida y no quiero morir por eso.
Al paso de unos 45 minutos nos llaman por los altavoces anunciando que debemos subirnos al avión, para no aburrirlos les voy a dar un pequeño resumen de lo que pasó: muchas lágrimas, abrazos, besos, palabras consoladoras hacia mamá y palabras de ánimo para mí. Me terminé de despedir de ellos y con un poco de miedo me subí a ese avión.
Allá vamos... Fue lo que me dije antes de subir porque todo sería nuevo para mí y estaba muy entusiasmada por eso no me lo tomen a mal, pero igual me sentía nerviosa. Nuevos amigos, nuevos profesores, un nuevo lugar, hasta nuevo idioma lo bueno es que me va bien en inglés.
Creo que estoy comenzando a hablar de más, eso me pasa cuando estoy nerviosa así que vayan acostumbrándose.
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Adicta a tus ojos
Teen FictionSoy Skyler Thompson, tengo 18 años, mi vida es normal. Cuanto hubiera deseado no haber asistido ese día a esa fiesta porque ahí fue cuando lo conocí. Desde ahí mi vida dio un giro de 360° que nunca me hubiera esperado. Soy Connor Smith, tengo 20 año...