reincarnationem | wenjoy au +18

8

—Joy, ¿Qué sucede? Creí que ya te habías ido —decía con una sonrisa, volviendo a darle un trago de su vino mientras miraba de reojo a la joven ya cambiada.

—Acepto —respondió velozmente y con firmeza—. Acepto trabajar para usted. 

Irene se atragantó un poco con el sorbo del vino que había reposado en su boca. Tragó éste dificultosamente mientras sus acompañantes golpeaban su espalda para tratar de ayudarla mientras que la alta la observaba sin moverse, solo estaba expectante a su respuesta final de la empleadora. 

—¿Q-Qué? —preguntó aún dudosa, mirando ahora totalmente concentrada a la menor—. ¿Qué has dicho? 

—Que sí acepto trabajar para usted, eonnie— dijo ahora con cierta timidez, agachando su cabeza para no mirarla por el pequeño rubor que abrumó sus mejillas. 

—Esto... —dejó la copa de su trago sobre la barra, descendió del asiento y así se acercó a la alta—... No me lo esperaba para nada, Sooyoung, pero estoy feliz por tremenda noticia —la mujer cautivada y llena de emoción, sostuvo una de las manos de la adinerada, apretando ligeramente ésta para darle algo de confianza en dicho momento—. Ven, necesito que hablemos un poco antes de que trabajes. 

—¿Trabajaré hoy mismo? —cuestionó con temor y abriendo sus ojos antes de dejarse llevar por Irene—, ¿No es muy pronto? 

—¿No quieres obtener dinero ahora mismo? Además, te mencioné que ganarías de forma inmediata. Inmediata, Joy.

—S-Sí, pero...

—Yo no te ofrecí el empleo para mantenerte a descansar, Joy.

—Yo creí que... 

—Hablemos primero y luego me convences para lo que quieras. 

Sonriendo a la menor, tiró ahora sí de su mano, llevándola nuevamente a su oficina para coordinar bien el nuevo empleo de la menor en ese lugar. Park sabía que sería un cambio rotundo para su vida, pero ese era el riesgo que tendría que tomar si quería dejar atrás su existencia como títere de su propia familia. 

.

Con el tiempo transcurrido, SeungWan debía de encontrarse durmiendo y más tras las atenciones que recibió de parte de su roomie; pero no, no podía hacerlo. Sus párpados no lograron mantenerse pegados por más que ella se obligara, no lograba conciliar el sueño y mucho menos encontraba el plan perfecto para caer en brazos de Morfeo. No comprendía porque tenía ahora esa dificultad cuando usualmente le era tan fácil dormir y más cuando llegaba de un trabajo tan agotador como el de ese día, pero... Quizá su respuesta se basaba y giraba alrededor de la prometida que hoy vio huir de su boda. 

Volteó en su posición y se acomodó de forma lateral sobre la cama, mirando la fría pared que tenía a su zurda. Wendy llevó su mano hasta su pecho, habiendo empuñado antes su diestra puesto que en ese instante recordó la belleza de aquella mujer. Su piel nívea, su figura que iba tan bien presentada con ese hermoso vestido encima suyo, su presencia era imponente en esa sala enorme y la hacía brillar. Podía atreverse a compararla como una princesa recién llegada... A su vida. 

—Park Sooyoung... —murmuró el nombre de la mujer, tenía conocimiento sobre ella al haber recibido indicaciones de parte del novio—, ¿Por qué solo puedo pensar en ti de esta forma, Park Sooyoung? ¿Acaso nos conocimos en algún otro lugar? 

Su mano ascendió hasta llegar a su cuello, abarcó esta zona y simuló al gesto como si fuese a ahorcarse, recordando el sentir de casi unas horas atrás. Confundida, se apretó un poco tratando de volver a traer ese dolor que presenció de forma imprevista, pero era imposible, no se atrevía a apretarse con tanto esmero porque igual yacía el miedo de volver a sentirse morir como hace horas. Así que decidió quitar su mano de ahí, tosiendo lo suficiente para quitar esa pequeña incomodidad que se creó.