reincarnationem | wenjoy au +18

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La sorpresa de la meretriz seguía representada en su rostro, perdurando en ella el rojizo en sus ojitos tras derramar las lágrimas provocadas por la terrible marca en el cuello de la mayor. Wendy simplemente miraba ahora sorprendida y con un ligero toque de susto a la chica por el error cometido en llamarla por su nombre; quizá lo peor del momento y del lugar en el que se encontraban. 

¿Cómo decirle ahora la verdad? 

Porque, claramente, notó que su -ex- clienta no la recordaba por nada en ese instante. 

—Uh, pues-

—Responde con la verdad y no trates de mentirme —fue clara en cuanto dijo eso, limpiando sus lágrimas.

Wendy tragó su saliva en seco.

—Yo... yo canté para tu boda, no sé si te acuerdes de mí... 

Joy la observó anonadada, porque la recordaba perfectamente ahora que le había mencionado ese último hecho ocurrido entre las dos. Irónico que la primera vez en verse, Wendy haya estado derramando sus lágrimas y ahora sea Sooyoung la siguiente en llorar en este segundo encuentro.
Una calma vino ella al saber que Seungwan no se trataba de alguna loca o desquiciada cliente de ese club que estuvo acosándola a dicho punto; sin embargo, la siguiente idea en invadirla era sobre su familia o la familia de su ex-prometido. Y esto último, según ella, era muchísimo peor.

—Acaso... ¿alguien te envió...? —preguntó ya preocupada, dando un paso hacia atrás.

Wendy identificó su miedo y quiso sujetarla para calmarla, pero se detuvo al primer paso dado directo hacia ella ya que había meditado su gesto.

—No, no. Nadie me mandó aquí, Sooyoung-ssi. 

—¿Entonces...?

—Diré que... fue una casualidad de la vida —dijo calmada, regalándole una pequeña sonrisa.

Park con mucha duda, decidió callar y solo oírla con atención, analizando por consiguiente los actos de la cantante. 

—¿Tú...? ¿Ya estás por irte? —intentó seguir la conversación, Wendy solo quería transmitirle tranquilidad a la asustadiza meretriz. 

—Mhm... sí, se supone que también acabó mi jornada por hoy... 

Esa sencilla respuesta le dio alguna especie de idea a la cantante sobre la estancia de Sooyoung ahí. Por supuesto, entendió que trabajaba ahí pero aún no sabía bien sobre su labor. 

—¿Gustas que te acompañe...? 

—No, gracias —respondió Park inmediatamente, aún con ese toque de terror en su voz por lo mismo que venía ocultando. 

Debía de tener cuidado al ahora haber conocido precisamente a la cantante. 

—Oh, claro... Alguien más debe de estar esperándote.

Wendy totalmente desilusionada y con una extraña tristeza invadiéndola, respondió más para sí misma mientras descendía su mirada. Joy, por un lado, pudo notar y comprender la pena que sintió la mayor al sentirse rechazada en su sincero ofrecimiento. 

Lo extraño aquí es la tristeza que también Sooyoung sintió al ver las adorables muecas que Seungwan formuló inconscientemente. Su corazón se aceleró y una inquietud desconcertante la atacó por la sola presencia de ella, y más al saber que tendrían que separarse por esa ocasión. Su preocupación retornó cuando recordó la marca que ella tenía, obligándose a atenderla. 

Joy se volvió a acercar a ella en ese susto, sorprendiendo a la mayor y a ella misma por no haberse controlado; y menos al haber sujetado el rostro de Wendy, elevando su mentón lo suficiente para observar su cuello, identificando esa marca roja con toques morados. Parecía tan irreal, como una herida de muerte, pero ahí estaba la cantante como si nada.