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—Y listo, gracias por haber colaborado con nosotros el día de hoy —le dijo el administrador que estaba en caja pagando a todos los empleados temporales/diarios. 

La última persona en pagar era Seungwan; quién al recibir el dinero en mano, dentro de un sobre, se quedó en silencio anonadada por notar que fue cierto lo que Irene le mencionó durante su entrevista, e incluso ganó más de lo pensado. Asintiendo a modo de respuesta al hombre, la de cabello corto decidió retirarse ya siendo las 3:30 am. 

Preparada para irse de ahí, Wendy volvió a pasar por el salón principal hacia su camino a la salida, deseando volver a toparse con aquella novia para quién trabajó anteriormente. Observando de reojo a las bailarinas del momento, buscaba con la mirada a Joy, pero era imposible volver a encontrarse con ella luego de horas. Inconscientemente, sus pasos la guiaron a cierta puerta de ingreso que no le correspondía llegar, solo era un andar automático que la ponía en riesgo pero que, debido al calor de ese instante, no le interesaba. 

Extendiendo su brazo y tratando de que su mano alcance la manija, alguien por dentro le ganó y abrió la puerta de golpe, sorprendiéndola y asustándola en ese preciso instante. 

—¿Busca algo? 

Se trataba de Jongin, la mano derecha de Irene. El alto moreno miraba con seriedad a la canadiense, impidiéndole el pase por más que tenga conocimiento del agrado de su amiga por sobre la baja castaña. 

—¿Uh? N-No, disculpe, yo-. 

—Ya terminó su trabajo, ¿verdad? 

—S-Sí, así es —respondía la mujer con nerviosismo en su voz. 

—... Imagino que está buscando a Joohyun. 

Aprovechando ese instante, Wendy intentó ver detrás del hombro de Kim, notando lo oscuro y rojizo del pasillo por el cuál el sujeto había aparecido. Al parecer, no se trataba de un almacén cualquiera -según el letrero que estaba pegado afuera de la puerta- y eso le causaba más interés, así como curiosidad; así que, notando la oportunidad que estaba apareciendo para ella, estaba decidida a tomarla.

—Sí, así es, quiero hablar con ella urgentemente. 

—Mhm... La buscaré. Mientras tanto, por favor, tome asiento en el mismo lugar que ella la dejó horas atrás. 

—Está bien, muchas gracias —haciendo una reverencia, vio al hombre volver a ingresar a ese lugar. 

Intentó ver un poco más de lo que había detrás de esa puerta, pero no consiguió nada que le diera más señales de lo que se trataba. Echando un bufido, regresó al anterior apartado del salón, volviendo a toparse con las distintas bailarinas atractivas que se contoneaban para los hombres y mujeres que le echaban dinero a placer. 

En paralelo, una pelinegra se había soltado a llorar desde minutos atrás, luego de que un segundo hombre haya salido de su habitación completamente satisfecho bajo su pedido y lo obtenido de la alta y curvilínea fémina. Sin contener esas inmensas ganas de chillar, Joy se sacudía en su cama temporal, abrazando sus piernas por todo el asco obtenido luego de haber recibido dentro suyo al sujeto que le terminó dando más dinero por los fetiches cumplidos. 

Intentando remover sus lágrimas de su rostro, volvía a consolarse en ese silencio y soledad de la habitación, oyendo los gemidos y gritos de sus demás compañeras/os que proseguían con sus trabajos. 

Sooyoung no podía asimilar todo lo que estaba empezando a vivir, ahora con menos intención luego de haber recibido a sus primeros clientes en esa sucia habitación. Nada de lo que Irene le dijo se comparaba a estar en ese lugar, acompañada de personas que ni en sueños había deseado recibir. 

reincarnationem | wenjoy au +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora