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Los gritos que iban llegando a la canadiense ocasionaban que la mencionada fuera de largo, sin observar las direcciones de donde llegaban los flashes, interponiéndose entre la persona que era el blanco principal de las fotografías que estaban capturando en dicho momento. En cuanto las figuras de estas dos atravesó la gran puerta de ese local, el suspiro de ambas se oyó conforme iban aún avanzando pero ya a un paso más calmado a sabiendas que no habría acoso alguno para la más joven. La castaña canadiense se retiró las gafas oscuras que llevaba en ese momento para observar a su protegida.

—¿Dónde se supone que deberías de estar? — cuestionó la mayor con algo de confusión, acomodando su cabellera atada cuando dejó colgando sus gafas en el punto medio del saco que se hallaba usando. —Sé bien que debemos de subir, pero no recuerdo tu ubicación.

—Eres una gran guardaespaldas, Wendy. — comentó la artista con burla, sonriendo de igual forma para la mayor. —No te preocupes, en mi celular tengo el número de mi mesa. Además, subiendo habrá algún encargado que me ayudará a ubicarme.

—A buena hora. — suspiró más relajada por dicho asunto, volviendo a colocarse sus gafas. —Y no soy tu guardaespaldas, solo tuve que apoyarte en esta ocasión porque Jackson no pudo asistir a este dichoso evento.

—Evento no, boda. — interrumpió la rubia con una sonrisa, negando con su índice enfrente del rostro de la mayor.

—Evento, es un evento después de todo. — volvió a mencionar Wendy, tomando la mano de la contraria. —Vamos, ingresarás tarde y odiaría que las miradas estén encima de nosotras. — decía ella mientras se dirigían a la escalera y empezaban a subir ésta con algo de calma puesto que Son era cuidadosa con los altos tacones que llevaba la pelinegra.

—Pero, eso es lo mejor, Wendy. — se quejaba la menor, moveando su mano que era sujetada como parte de un jugueteo. —Te queda muy bien ese traje, por cierto.

La suave risa de la canadiense fue su agradecimiento tímido.

—¿Sabes? Es raro estar asistiendo a una boda y no tener que animar ésta con algún cántico o canción que los novios pidan. — comentaba mientras aún seguían subiendo. —Seré espectadora, estaré en una boda sin recibir dinero.

—Es el momento perfecto para que admires la unión de dos personas que se aman.

—Ah, Dahyun... — suspiró Son con una pequeña sonrisa para la ilusionada invitada, la propia no despegó su mirada de ella hasta que llegaron al piso que les había sido indicado. —Llegamos, ¿Lista para ingresar y admirar la unión de estas dos personas?

—Ja-ja. — añadió la contraria antes de sacarle la lengua infantilmente. —Lista, más que lista. Qué emoción.

—Espero que esto acabe temprano porque debo de cantar en una boda más. — añadió Wendy de repente.

—¡No me contaste eso!

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Los nervios de parte de la novia eran sumamente increíbles y demasiado evidentes, sus pies la llevaban de un lado a otro en dicha habitación. No podía permanecer quieta, ni siquiera se había probado el vestido que no hace mucho llegó tras la insistencia de la madre de ésta joven.

Muchas ideas llegaban a su cabeza a esas alturas, consiguiendo que más miedos la invadieran por completo y que su poco sentido común desapareciera. Sabía que aún tenía tiempo, todavía estaba a horas de lo que acontecería; no obstante, el mismo terror que sentía era lo que la convencía de no hacer caso a sus ideas y proseguir a partir de ese punto. Ya había avanzando demasiado como para que la idea de retroceder e irse llegara a ese momento.

reincarnationem | wenjoy au +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora