Una villana peculiar

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Hoy era el primer día de clases, yo por supuesto tengo que ir y jugar mi papel de espía. Realmente no me importaba en lo más mínimo, si la gente se mata entre si es una de mis menores preocupaciones.

Y si, estamos en guerra, pero no cualquier guerra. Guerra mágica entré los demonios y chicas mágicas.

Yo soy una de las generales demoníacas, pero no comando a ningún grupo. El motivo es simple.

Hago lo que quiero y si no quiero estar en la guerra no me uno a ningún lado. Yo quiero volver a mi antiguo ser, una simple humana que iba a la academia, tenía trabajo a medio tiempo y que salía de fiesta de vez en cuando.

Pero algo que no puedo cambiar es mi orientación y sadismo. Ya que en éstos momento tenía prisioneras a tres chicas mágicas. Todas siendo sujetadas por gruesas raíces que cree para ponerlas en posiciones vergonzosas.

Una de ellas de 11 años, una rubia de cabello largo y liso, de piel clara y ojos rojos. Su atuendo era un vestido de cuerpo completo. A ella la había dejado boca arriba con la falda levantada dejando que me enseñe sus bragas cubierta de raíces que la apretaban cuando se me daba la gana.

La segunda chica, parecía una niña de 8 años. Tenía el pelo corto de un color rubio pálido, ojos celestes y una piel de porcelana. Vestía una remera negra con una campera marrón por encima, traía unos simples pantaloncillos negros y botas marrones.

A ella la había colocado justo encima de la primer chica, quería que se estuvieran mirando mientras yo hacia que las raíces jueguen con sus cuerpos.

Las dos estaban completamente rojas y cuando las raíces las apretaban ambas soltaban pequeños gemidos. Aún con eso se resistían e intentaban escapar. Obviamente no las dejaría, además eran muy débiles, apenas eran aprendices de chicas mágicas.

  Tenían suerte de encontrarse conmigo, cualquier otro general las hubiese matado a penas la vieron. Pero yo no, estás eran mis chicas mágicas. Eran mis juguetes, yo soy dueña, me pertenecen desde que nos encontramos por primera vez e intentaron vencerme sin saber que era una general.

De echo aún no lo saben y cada que aparezco para llamar su atención vienen corriendo, pensando que al fin podrían detenerme.

Una verdadera lastima. Por lo menos lograban divertirme con sus cuerpos.

Observé a la última chica mágica, ella era mi preferida. Una hermosa joven de 11 años, de un largo cabello azul liso, de ojos rosados y piel clara. Ella vestía un vestido azul largo con piezas metálicas en todo su torso y sus ante brazos.

A ella la había sujetado con cadenas ya que las raíces no eran rivales para su fuerza. Ella estaba en una posición de crucificacion. Pero con la diferencia de que tenía las piernas abiertas.

Volé hacía ella lentamente y cuando estuve a centímetros de ella la tomé de la cintura y la atraje hasta mi cuerpo haciendo que nuestro pechos se tocaran apropocito.

Ella estaba roja pero con una expresión de enojo que me hacía excitar aún más de lo que ya estaba al mirarla tan vulnerable.

"¿Que debería hacer contigo hoy? Cubito de hielo". Me burlé aprovechando que mi mano estaba dentro de su falda para recorrer su pierna con uno de mis dedos hasta detenerme cerca de su feminidad.

"N-no me llames así, maldita". Insulto comenzando a moverse bruscamente. Yo la calmé apretando su regordete trasero arrancándole un pequeño gemido.

"Oh, que linda, estás enojada porque no te estoy prestando atención éstos días". Pregunté mientras manoseaba su trasero. "D-déjame". Suplico con un gran sonrojo. "¿Porqué debería? Si a ti te gusta". Me burlé apretando nuestros pechos con más fuerza sacándole otro gemido.

"N-no, es cierto". Susurro mientras yo metía mi mano dentro de su braga. "Dime ¿Eres virgen?". Pregunté moviendo mi mano hacia la parte del frente y tocando su feminidad sacándole un gemido. Ella colocó su cabeza sobre mi hombro respirando pesadamente.

Sonreí pensando que estaba logrando corromperla.

"P-porfavor déjame, te lo suplico". Lloró mientras yo seguía rosando su feminidad la cual se estaba humedeciendo. "Te dolerá al principio, pero después lo disfrutarás". Dije y antes de que pudiera meter mi dedo tuve que soltarla y moverme hacia atrás esquivando una bala.

Observé de quien se trataba. Era la mucosa de 8 años, al parecer se había liberado y liberado a su compañera que tenía una lanza apuntando hacia mi.

"Aléjate de Kuhiro". La niña me advirtió en un tono y yo simplemente me encogí de hombros. Está vez le haré caso y me alejare de ellas, las clases estaban por comenzar.

"Está bien, entonces... Hasta luego linda, otro día continuamos donde nos quedamos". Me despedí de la caballero lanzándole un beso pero ella desvío su rostro completamente roja e hizo una mueca de asco.

Realmente se que le gusta ser tocada por mi, sólo tengo que forzar el contacto un poco más, solo tengo que tentarla y será mía. Luego seguirán sus compañeras.

Abrí un portal de escape detrás mío y rápidamente me metí evitando otro disparó.

...

Está será una de las historias más... ¿Pervertidas?¿Calientes? Que voy a escribir, el porque de ésto. Bueno me inspiré de un manga que vi el otro día y me dije.

Oye, este manga está buena. Y si hago algo similar. Y bueno, aquí me tienen escribiendo está mierda. Espero lo disfruten.

Manga: Looking up to magical girls.

Que lo disfruten.

EL AMOR LOLICON [YURI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora