Suave amor.

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"¿Y ahora que?". Observé a mi costado, viendo a mi amiga Ketsuo quien era seis años mayor que yo. Ella era realmente linda, de un largo pelo castaño, ojos verdes y piel clara.

Nos conocimos hace un mes en la terraza del colegio, dió la casualidad de que ambas estábamos comiendo solas y decidí acercarme para hablar.

Y fue un poco raro, bueno, es raro ver a una niña de 12 años en la universidad. No es que sea una prodigio o haya echo trampa. Simplemente mi mamá es la directora y siempre que puedo voy a visitarla.

Ése día ella me dió un bento y decidí ir a comer en la terraza, no me arrepiento hasta ahora. Y si te preguntas como soy yo.

Tengo el pelo largo y de un curioso color azulado, aunque aveces las personas lo confunden y piensan que es negro. Mis ojos son verde y mi piel pálida. Mi mamá dice que es porque no salgo mucho, pero realmente no le prestó atenciones, estoy en buena forma así que estoy bien.

"No lo sé". Ketsuo respondió mi pregunta mirando por la ventana del salón de clases ek cual actualmente estaba vacío. Todos los alumnos se habían ido a su casa escepto Ketsuo que estaba castigada y no quiere decirme la razón. Al parecer por vergüenza.

"¿Puedo sentarme en tus piernas?". Ella me miró extrañada pero después de un suspiro ella asintió, felizmente me trepé en ella, me acomodé lo mejor que pude y recosté mi cabeza en sus grandes pechos. Está sensación era relajante, me gustaría dormir así si no estuviese en la universidad.

"¿Cómoda mocosa?". Se burló ella abrazándome por la cintura y apoyando su mentón en mi cabeza. Era molestó que me llame así, pero ella me está dando su regazo como asiento así que no puedo quejarme.

"Oye ¿acaso tu madre no tendría que venir a buscarte para llevarte a tu casa?". Ketsuo preguntó mientras me abrazaba con más fuerza.

"Le dije a mamá que tu me llevarías... Sólo quería pasar más tiempo contigo". Respondí sintiendo como las manos de Ketsuo se metían debajo de mi remera.

"Entonces dime... ¿Quieres jugar un poco?". Susurro a mi oído haciéndome cosquillas. "Está bien". Respondí algo divertida. Ella siempre me hacía cosquillas cuando estábamos solas en la terraza o en el salón.

"Eres muy linda Habana". Ketsuo susurro subiendo sus manos hasta mis pechos para luego apretarlos. Sentí un hormigueo y me dio algo de risa.

"Oye Habana, siéntate al revés, mirándome". Hice caso y me di la vuelta con algo de ayuda de Ketsuo, ella me sonrió y me atrajo a un abrazo haciendo que nuestro pechos se toquen. No dije nada y simplemente dejé que ella hiciera lo que quiera.

Sentí como sus manos bajaban a mi trasero y comenzaban a frotarme, estuvo así un momento hasta que me levanto la falda y metió sus manos dentro de mi braga. Me sentía relajada y quería que continuará.

"Oye Habana, toca mis pechos". Yo obedecí y con mis pequeñas manos apreté los dos grandes bultos debajo de la camisa blanca de Ketsuo. Ella hizo un sonido raro en mi oído y luego comenzó a lamerlo.

Se sentía raro que te lamieran la oreja, pero hacía cosquillas así que estaba bien.

De repente ellae alzó y me hizo sentar sobre el escritorio, me sorprendí un poco, incluso me asusté.

"Habana ¿Puedo tomarte unas fotos?". Yo asentí mientras observaba como Ketsuo sacaba su teléfono.

"Bien, primero levanta tu falda todo lo que puedas y abre las piernas". Era algo vergonzoso pero de igual forma lo hice, me gustaba que ella me estuviera viendo, me gustaba quee presté atención.

"Ahora sácate la remera". Le hice caso y me saque la remera, la dejé a un lado y volví a levantar mi falda. Por lo general no uso sosten así que era vergonzoso.

"Bien, quédate así". Dijo y comenzó a sacarme fotos de distintos ángulos, hasta que finalmente se detuvo. "¿Seguimos?". Preguntó y lo pensé un momento, realmente quería pasar más tiempo con ella así que asentí.

"Bien, entonces sácate las bragas". Sentí mis mejillas calientes, pero de igual forma lo hice. Con cuidado me bajé las bragas, pero no me las terminé de quitar, las dejé cerca de mis pies.

Levanté mi falda de nuevo y abrí las piernas, ella sacó otra foto y guardó su teléfono. Estaba a punto de volver a ponerme mi braga pero ella sujeto mis manos. "Espera, todavía no. Acuéstate". Yo obedecí y me acosté en el banco. Por suerte mi cuerpo era muy pequeño así que entraba muy justa.

Ella se desprendió la camisa y se levantó el sostén, luego se bajó las bragas y colocó su cara cerca de la mía.

Nuestro labios se tocaron y ella metió su lengua. Ésto me hacía cosquillas, y me sentía extraña en la parte de abajo. Al parecer ella se dio cuenta de esto ya que comenzó a acariciar mi entrepierna e hizo lo mismo con la suya.

De repente el sonido del timbre sonó asustandonos a ambas y rápidamente nos separamos. Yo me coloque mi ropa lo más rápido que pude y ella acomodó la suya.

"Bueno, parece que ya me puedo ir". Dijo con un leve sonrojó, yo solamente le tomé de la mano y le dio una sonrisa. "¿Puedes venir a dormir a mi casa?". Pregunté un tanto insegura, ella sonrió alegremente y rápidamente asintió. "Por mí está bien, pero tendría que preguntarle a tu madre".

"Entonces vamos, le diré que te quedarás a dormir en mi habitación". Dije con emoción mientras ambas nos alejábamos del salón.

...

Feliz Navidad... Espera, algo está mal aquí...

EL AMOR LOLICON [YURI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora