D I E Z Y S I E T E

674 85 23
                                    

Pandillas

"—Honey? —Pregunto asustada asomándome a la puerta de su habitación —Dice papá que bajemos... Ya partiremos el pastel, ¿No lo olvidaste verdad? Hoy cumplo 15 años.

Al entrar mire a Honey mirando por la ventana. Su mirada perdida se notaba vacía, tenía tiempo actuando así...
Pudimos sacarla de aquella relación tóxica en la que se encontraba pero Honey ya no era la misma.

La sacamos rota y desgastada, tenía el alma de una anciana en penumbra a pesar de solo tener 19 años.

Sabíamos la mayoría de cosas que "el" le había hecho, papá lo sabía porque él doctor le dijo y yo lo sabía porque le robe los análisis y documentos médicos.

El la destruyo de todas las maneras posibles, la uso como una muñeca y después de que se canso de jugar lindo con ella el decidió jugar algo mas emocionante.

Por eso me juré a mi y a mi padre jamás perderme en ninguna relación, jamás depender emocionalmente de alguien a tal punto de perder la conciencia de mi misma.

Athenas...

La voz vacía de mi hermana me sacó de mis pensamientos.

¡¿Si? !-Conteste alegre de que por fin me hablara después de una Semana.

Si me voy... ¿Me extrañarías?

Esa pregunta me dejo sin aliento.
Sentí mi corazón apretarse, un nudo en la garganta me impedía hablar.

—¡Claro que sí! ¡Tonta! ¡Eres a quien mas quiero en esta vida! -Grite con fuerzas para poder hacer que se escuchara mi voz, esta surgió temblorosa y a medio llanto—¡Por favor, Honey! ¡Nunca te vallas!

Corrí hacia ella y la abrace, la extrañaba tanto y tenía demasiado miedo de perder lo que me quedara de ella."

Piipiip Piipiip Piipiip Piipiip Piipiip Piipiip Piipiip Piipiip Piipiip Piipiip

—¡Cállate de una vez! - murmuró perezosa en lo que busco la alarma para apagarla.

Una vez lograda la Azaña lleve mis manos a mis mejillas a limpiar las lágrimas que se habían derramado. Mi corazón de nuevo estaba como loco, tan agitado y hundido en tristeza.

Basta no mas rodeos.

Pego un brinco de la cama y 45 minutos después ya estoy lista para irme al bachillerato.

Al llegar tuve problemas para estacionarme, no estaba acostumbrada a mi camioneta, extrañaba mi motocicleta.

Al entrar por los pasillos de aquel lugar me comencé a sentir nerviosa.
Iba a encontrarme con Malcolm y no tenía la más mínima idea de que decirle.

No sabía cómo sentirme, se que en el momento que decidimos tener relaciones yo estaba totalmente lúcida y quería hacerlo... Lo que no sabía es que lo que él quería era volver a hacerlo con mi hermana, usándome.

Pronto sonaría el timbre, el solía estar unos 5 minutos antes en el salón así que para evitar llegar tarde y que el me abriera la puerta me apresure, caminaba a pasos largos y rápidos cuando alguien me detuvo.

—¡Athenas! -Esa voz y unos brazos se extendieron y me abrazaron-Dios ¡Athenas! Estaba tan preocupada por ti.

La mire de cerca, Mía estaba a nada de las lágrimas, tenía aún un labio lastimado y una muñeca vendada.

—¿Mía? -Pronunció con incredulidad, no sabía cómo comportarme.

—¡Dios, Athenas! Traté de comunicarme contigo... No sabes los problemas en los que estamos.

¡Le hice un amarre al chico equivocado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora