C A T O R C E

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Error.

-En un día tan horrible te han dejado sola- dijo moviendo la cabeza de un lado al otro-No te dejaré pudrirte aquí sola, ven vamos a pudrir nos juntos.

El limpio las lágrimas que corrieron por mis mejillas, yo ni siquiera me di cuenta cuando bajaron.

-Anda ve a cambiarte y por tu credencial, hoy te hare el favor de tu vida.

No se que aria pero en estos momentos todo era mejor que estar aquí sola, Nana y papá siempre
trataron de hacer como si nada hubiera pasado, incluso me restaban los dos años que estuve en terapia, ellos lo hacían "por mi bien" a ellos
también les afectaba mucho, no tanto como a mi pero era una carga muy fuerte.

Corrí a mi cuarto, tomé una falda azul y esa camisa que no quería que nadie viera, me la puse sin pensar porque si me paraba a reflexionar me iba a
arrepentir. El cabello me lo sujete, tome mi chaqueta universitaria y corrí escaleras abajo con
mi credencial y cartera en la mano.

No quería pensar las consecuencias, no quería pensar que el era mi maestro, no quería pensar en
qué pasaría si llegaba la tía Elia o si mi padre sabía que salí así con un chico, solo quería sentir lo
divertido que era ser joven y perderme en toda la bruma.

Maldito error.

Nos subimos a la camioneta, el conducía mientras
yo subía la música al tope, no quería pensar.
Después de talvez 30 minutos llegamos a una
playa cercana, hubiéramos tardado más de una
hora normalmente pero el conducía demasiado
rápido, talvez pasaba los límites de la legalidad.
Eran las 5 de la tarde el sol comenzaba a bajar
aquí, días cortos y noches largas. Estacionamos
fuera de algo así como una fiesta deje mis zapatos
en el coche, este lugar era más bien un
centro/antro al aire libre, había luces navideñas en
todo el lugar, en el momento que entramos se dejó
de oír las voces de las personas, la música
retumbaba demasiado fuerte y toda mis células
vibraban a su par. Música urbana sonaba, la gente
no se media, las risas y el baile inundaban cada
centímetro del lugar
Nos escabullimos a lo que parecía la barra, el me
ayudó a sentarme en el banco demasiado alto para
mí. El cantinero se acercó y nos preguntó qué
tomaríamos.

-¿Cuántas de esas tienes en total?- me preguntó apuntando a mis brazos.

-Jamás las eh contado, no me gusta verlas pero contando solo las de mi brazo izquierdo, unas 18
mas o menos...

No demoro nada, llego con 18 vasitos pequeños color rosa, lila y amarillo vainilla. No se que era
pero se miraba bien. Malcolm tomó uno y antes de beberlo me observo.

-Te prometo que jamás volverás a estar sola.

-Me recitó y en un movimiento rápido el líquido rosa pasó a su garganta.

-Te prometo no volver a mentir-Tome el vaso lila, reuní coraje y lance el líquido a mi boca "hasta el
fondo" esto sabía a algo así como a frambuesa muy dulce con el fuerte sabor a licor.

Seguimos tomando y por cada trago gritábamos algo estúpido.
El "Los lentes me quedan geniales" "Me gusta sacarme la ceja" "Cuando voy al baño no me lavo
las manos" (Ewk) "Yo no quería ser maestro" Y yo "Me maman los pollos" "Las uñas son mi más grande gusto culposo" "tengo 18 y nunca eh
cogido" "me gustan las motos porque serían la forma mas emocionante de morir"

Pasaron 9 tragos y sinceramente no me sentía tan mal. Empezó "Cake by ocean" y no me pude
resistir, me levante y le extendí mi mano.
El sonrió a la vez que negaba con la cabeza y la tomaba.
Lo lleve a la mitad de la pista y comenzamos a bailar, yo no sabía bailar pero eso no me detenía, cantaba y me movía al son de la canción. Ahí fue
cuando realmente parecía que me iba a caer, el suelo se movía y mis rodilla flaqueaban
torpemente. Se acabó esa y siguió otra y otra, de repente llegaba un mesero y nos ofrecía tragos, no
se que paso pero de la nada ya habían pasado 4 horas.

¡Le hice un amarre al chico equivocado!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora