3. Mía
Un rato después de procesar todo lo que había ocurrido me decidí por ir a la planta baja.
Caminaba por los pasillos con todas mis cosas tratando de llegar a los casilleros y ahí dejar todo al fin acomodado, era un problema llegar ya que los alumnos de 3er grado se sentían los dueños de los pasillos, se atravesaban a lo loco y uno tenia que cruzar a empujones y gritos para poder llegar hasta el otro lado.
De la nada sentí que alguien me sostenía el brazo con firmeza para que no lo soltase, gire para reclamarle (como siempre a la defensita) pero entonces mire que era Héctor, el me sonreía mientras me sostenía, me sonroje levemente por alguna razón y le devolví la sonrisa. Me soltó emparejándose a mi paso.
—Hey caperuza, ¿A donde tan deprisa?
—Ayer no tuve tiempo de guardar las cosas en un casillero, de hecho ni siquiera tengo uno y por eso los estoy buscando.— Conteste en lo que observaba el lugar en busca de mi objetivo.
—Dame eso— estiro su mano y la llevo hasta mi mochila quitándomela y cargándola el.
—¡No es necesario! — le grite apenada tratando de recuperarla pero el la elevo y así ya no podía.
—Vamos, no te preocupes... Enana— Me dijo haciendo referencia del mote que me dio el imbécil de su amigo.
—-¡NO ME LLAMES ASÍ! mi estatura es promedio.—Dije a la defensiva, defendiendo mi honor de mujer con estatura promedio.
—¿A ver, cuanto mides? — enarco una ceja hacia a mi.
—Eso no importa—dije moviendo la mirada a algún punto en el universo evitando la de el a toda costa.
—¿No que promedio?
—¡Casi promedio! —Bueno mentí un poquito
El me miro enarcando aun mas la ceja, una sonrisa ladina cubrió sus labios y comenzó a caminar rumbo a los casilleros y por inercia yo lo seguí.
Puse minorada en su espalda.
"Num.07
Héctor"
—¿Tu también juegas futbol?— Pregunte lo obvio.
—Si, supongo que dices "También" porque ya conociste a algún otro jugador— Me contesto curioso. .
—Si... esta mañana me tope de nuevo con el idiota de tu amigo —Me irrite tan solo de recordarlo.
—¿Ahora que hizo? — pregunto serio y un tanto cansado.
—Nada.
Gire la vista a oro lugar, no quería ponerme de peor humor, quería estar tranquila en la escuela.
En un momento llegamos a los casilleros, podíamos elegir cualquiera que no tuviese candado pero el problema es que los únicos que no tenían candado eran aquellos que estaban en muy mal estado, rotos, oxidados en exceso o con alguna peste radioactiva.
—Lo lamento, los únicos disponibles son de aquellos que se graduaron el semestre pasado pero como estuvieron con ellos 3 años les urge remodelarlos.—Se disculpo como si fuera su responsabilidad.
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¡Le hice un amarre al chico equivocado!
Teen Fiction¿Has escuchado del karma? Te apuesto que si. Ahora entenderás que cuando alguien hace algo malo se le revertirá, pues eso me paso. Me enamore y se me hizo fácil hacer un inocente amarre para que estuviera conmigo pero el karma hizo su trabajo y ter...