El guapo tirano de mi jefe (Kookmin)

Capítulo 31

Jungkook

- ¿Qué te parece si nos tomamos un trago en mi casa? Hace rato que no te pasas... -dice y yo lo miro serio

- Tengo mis razones...

- No me digas... ¿Por fin diste vuelta a ese chico?

Sonrío y este igual

- Vaya Jungkook... eres todo un don Juan.

- Sabes... iré a tomar esa copa... pero solo una... -digo y este sonríe.

- Bieeen... iré por el auto... tu espérame afuera.

- Puedo ir en mi auto...

- Beberás así que será mejor que lo dejes acá...

- Bien bien... -digo levantándome

Al salir de la oficina, paso por recepción e Mark se asoma.

- ¡Buenas noches, jefe! -dice esta y yo sigo mi camino- por cierto, debería ser mas suave con el nuevo... -dice y yo me detengo en seco para luego mirarla

- ¿Disculpa? -digo frunciendo el ceño.

- Ya sabe... su nuevo secretario... lo estuvo buscando toda la tarde... y se fue hace poco no muy contento de saber que usted aun seguía aquí y no le había informado...

- ¿Se fue hace poco? -digo sorprendido.

- Si... como a las siete mas o menos... -dice y yo miro mi reloj

Eran las siete con veintiocho minutos.

- ¿Iba solo? -digo y esta asiente.

- Bien... -digo y salgo.

Me encuentro con Yugyeom afuera y abro la puerta.

- Lo siento... se a presentado algo... te tomaré la palabra otro día... -digo y este frunce el ceño.

- ¿Qué paso?

- Después hablamos...

Entro a la oficina y bajo al estacionamiento. Me subo a mi auto y conduzco hasta la casa de Jimin.

Tras estacionarme miro y estaban todas las luces apagadas.

Frunzo el ceño al pensar en donde podría estar.

Voy hasta el bar y cuando entro me encuentro con Jaen en la barra. Me acerco a este.

- ¿Dónde está Jimin? -digo echo furia

- Hola Jungkook... ¿Cómo estás? -dice y yo frunzo más el ceño

- ¿¡Donde está!? –grito.

- Él no está aquí... ¿Acaso discutieron?

- ¡Jaen, por la mierda! ¡No lo cubras! -digo frustrado.

Este me mira serio.

- Si no me crees, adelante... puedes buscarlo... -dice y yo frunzo el ceño

Tomo el celular y lo llamo, la rabia me carcome al enterarme que tiene su celular apagado.

Sin decir nada, salgo de ahí y voy hasta su casa. Me estaciono y al llegar a su puerta toco el timbre. Escucho a Benji ladrar desde adentro, pero ni indicios de Jimin.

¿Dónde estás? 

¿Dónde?

Me siento afuera de su puerta durante horas esperando a que regrese y nada.

Cuando me dieron las doce ahí, tome mi auto frustrado y volví a casa.

La mente no paraba de darme vueltas. Ese chico realmente me volvía loco cuando no sabía dónde estaba.