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CUANDO AARON despertó al día siguiente con un inmenso dolor de cabeza y náuseas. Camino a paso lento al pequeño baño dentro de la habitación donde lavo su cara y sus dientes.
—Buen día —saludó Eloise mirándolo salir a la cocina.
Aaron le dedico una mirada curiosa sentándose en la mesada. Eloise le paso una taza con café negro—. Ayuda más para la resaca —explicó—. Iré por aspirinas.
El actor no la perdió de vista ni por un segundo—. Quiero pedirte perdón... por lo que dice e hice ayer.
— ¿Recuerdas todo lo que hiciste y dijiste ayer? —preguntó avergonzada.
—Si —sus mejillas se tiñeron de un color escarlata.
—Aaron —se recargo en la mesada quedando frente a el—. ¿Has intentado pedir ayuda antes? Eso que estás viviendo no está para nada bien, la situación en la que tu y tus hijas viven es tóxica y delicada.
—Lo sé, bueno... creo —suspiró—. Es que todo es tan difícil y confuso, yo... yo pensé que estaba enamorado de ella.
—Los sentimientos son la cosa más extraña y compleja que existe en el mundo —puso su mano en el hombro de Aaron—. Creo que debes ir a terapia.
—No lo sé... —desordeno su cabello.
—Te voy a ayudar, Aaron —sonrío acercándose a el—. No mereces pasar por todo eso.
—Gracias, Lois —paso sus brazos por la cintura de la pelirroja abrazandola.
Lois, apenada, peino el cabello de su amigo.
— ¿Desde cuándo...? —dejo inconclusa la pregunta.
— ¿Desde cuándo me siento así? —rió recargando su cabeza en el estómago de Lois—. Desde que nació Romy.
Los dos quedaron en silencio aún sin separarse. Ambos estaban lo suficientemente cómodos como para alejarse, Aaron disfrutaba de los masajes de Lois en su cabello y Lois sentía los dedos de Aaron acariciarle la piel de su cadera que quedaba desnuda por su camiseta
Elcelular de Aaron los saco de su ensoñación—. Es Sam —suspiro pesadamente.
Lois se separó con el corazón latiendo alocadamente. Se adentró a la cocina a preparar el desayuno esperando a que Aaron terminará la llamada.
Después de ocho minutos, el ojiazul regreso—. Ugh —tapo su rostro con sus manos.
— ¿Quieres que te vaya a dejar ya? —le entregó un plato con avena y plátano.
—Gracias —sonrío—. Puedo tomar un taxi.
— ¿Cómo crees? Te paso a dejar, de todos modos voy al apartamento de Andrew.
— ¿Pasas mucho tiempo con Andrew, no? —alzó una ceja interesado.
Lois rió—. Somos buenos amigos —explicó—. Desde que Ben creo este grupo Andy y yo congeniamos más... es como tu con Ben.
—Si —bajo la vista a sus manos confundido—. Pensé que tenían algo.
— ¿Andy y yo? —carcajeó—. Él sigue enamorado de Emma.
Aaron se sonrojo—. Oh.
—Además, ¿crees que Ben no se enteraría si Andy y yo estuviéramos juntos? Dios, estoy segura que se encargaría de que todos lo supieran.
—Tienes razón —termino su café.
Lois le miro unos segundos antes de volver la vista al tocino. Aaron miraba atentamente lo que la pelirroja hacía preguntándose la razón por la cual ella era tan buena con el.
—Gracias, Lois —soltó—. Eres la única que se ha preocupado por mi.
—Eres mi amigo, Aaron, y mi esposo ficticio —se encogió de hombros divertida—. Obvio me preocupo por ti.
El actor simplemente le sonrió, Lois sin duda era un sol y no podía estar más tranquilo sabiendo que ella le apoyaba.
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