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AGOSTO 19, 2020. LONDRES, INGLATERRA.
ELOISE ALISO su capa negra antes de tocar el timbre de la casa frente a ella. Negó divertida al oír la música sonar fuertemente y los gritos de la gente desde dentro de la casa.
La puerta se abrió dejando ver a un Ben Barnes con la capa y corbata de Gryffindor—. ¡Pero si es Lily Potter! —el mayor paso su brazo por los hombros de la pelirroja adentrandola a la casa.
Dentro del lugar todos los invitados y la decoración era del mundo mágico, algunos actores como lo eran Robert Pattinson, Tom Felton, Rupert Grint y Matthew Lewis vestían sus capas de sus respectivas casas. Otros como Bonnie Wright, James y Oliver Phelps, vestían el uniforme de Quidditch y finalmente estaban los que llevaban algún disfraz característico de algún personaje como Evanna Lynch que usaba los lentes de Luna Lovegood con el bonito vestido amarillo que había usado en penúltima película.
—Los merodeadores estamos acá —la llevó al área de la cocina donde se encontraron con Dane Dehaan, Alicia Vikander, Andrew Garfield, Nathalie Emmanuel y Lily Collins.
— ¡Lois! —el rubio fue el primero en acercarse.
— ¿Por qué tu acento suena extraño? ¡Ya estás borracho! —Lois alzó una ceja al oírlo hablar diferente.
—Nop, pero Ben nos especificó a los americanos que hablemos con acento británico —rodó los ojos—. Y como la reina es él entonces aquí estamos.
—Te amo, Dane —el pelinegro beso la mejilla de su amigo caminando al refrigerador—. ¿Una cerveza?
—Por favor.
—Me alegra que hayas venido —Andrew beso su mejilla—. No quería ser el único responsable aquí.
Probablemente no era canon que ella y Andrew fueran Lily y Remus pero su amistad era tan parecida a la de sus personajes que en más de una ocasión los medios habían confundido su amistad con algo más y les había inventado un sinfín de rumores.
—No podría dejarte solo, Andy —rió tomando la cerveza—. Gracias.
—Ay, te extrañé mucho —Alicia le abrazó tomándola por sorpresa.
Lily y Nathalie le imitaron.
—Yo también las extrañé chicas... ¡Tengo mucho que contarles!
— ¡Miren quién se digno a aparecer! —las cuatro chicas miraron a la entrada.
Aaron Johnson caminaba por la sala de estar buscando a sus amigos. Llevaba puesta la capa de Gryffindor y unos anteojos negros.
— ¡Aaron, ven acá! —Ben se acercó emocionado—. Ya era justo que llegarás, amigo.
— ¡Feliz casi cumpleaños, Ben! —el ojiazul le abrazó contento—. Un año para los cuarenta.
