Capítulo 8:

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CAPÍTULO 8:

Lo miré, todos mis sentimientos explotaron desapareciendo a kilómetros a la redonda, ahora no sabía que decir:

-¿Amelia?- me miró Ezra.

No sabía que decir. Mis pies solo supieron hacer una cosa, salir corriendo hacia mi habitación donde me encerré. Sentía mi corazón a punto de explotar y muchos sentimientos que quería contar, pero no podía. Ezra lo sabía y me había montado todo este cuento para que lo descubriera al final como lo había descubierto.

Miré el móvil, quería llamar a alguien y contarle todo lo que pasaba, lo que sentía, pero, ¿a quién llamaba? Paula no sabía nada de lo que había pasado con mi madre, no quería mentirle, pero no estaba preparada para contárselo. María simplemente tampoco y no tenía aún la cercanía para contarle lo de mi padre. Solo me quedaba una persona, solo una persona que sabía lo que había pasado y que me había ayudado con ella cuando una vez pasó.

Cogí el teléfono y marqué su número, pero no le di a llamar, de repente, me entró el miedo. Desde el beso no habíamos hablado y si ahora la llamaba, no sé, sería extraño. Pero necesitaba una amiga y Luisita no solo fue mi novia, la chica a quién amaba; si no también mi novia.

Marqué finalmente la tecla de llamada y esperé con el corazón latiendo en mi pecho a mil por horas, tendida en mi cama, a escuchar su voz.

LUISITA

El móvil me despertó. Miré el reloj y observé que eran la una del mediodía, había dormido un montón. LE había dicho a mamá que me despertara, pero bueno, ya vería que pasaba, ahora hablaría con quién fuese que me llamara:

-¿Diga?- pregunté dándole a aceptar la llamada directamente.

-¿Luisita?- terminé de despertarme cuando escuché su voz- Necesito tu ayuda- la escuché decir desesperada- ¿Podemos hablar?

-Sí... sí, claro- mi corazón latía muy deprisa- ¿De qué? ¿Pasó algo malo?

-No... en cierta forma- susurró esta- ¿podemos vernos? Necesito alguien urgentemente para hablar.

-Sí, claro-acepté- ¿Tomamos algo y lo hablamos?- miré la hora, casi la hora de comer- O... podemos comer juntas...- no escuchaba su voz.

-Eso estaría mejor- respondió esta un poco más alegre al otro lado- ¿Quedamos en la pizzería que han abierto?

-Claro- acepté- Nos vemos allí.

-Nos vemos- colgó esta.

Mi corazón se aceleró de repente, no me había sentido de aquella manera desde hacía tiempo. Era raro para mí en sí, pero no podía evitar sonreír ante lo que pasaba. Tenía que ir a la cita ya. Asique me vestí corriendo y cogí las llaves del coche saliendo de allí sin decir una palabra a nadie. Si alguien se enteraba de ello, sabía que sería un suicidio.

AMELIA

Me diréis que estoy loca por verme con ella, pero ella era la única que sabía de mamá. Necesitaba hablar del tema y ella había estado allí para apoyarme. Solo necesitaba una amiga que me apoyara en algo. Asique bajé nada más me cambié cuando me encontré con Ezra:

-Amelia...- me cogió del brazo parándome- ¿Quieres hablar del tema?- me deshice de su brazo- Amelia, no es bueno que te lo guardes dentro.

-No me lo guardaré, tranquilo- respondí cogiendo las llaves de la moto- Solo que no lo hablaré contigo- sentencié saliendo del lugar.

-¡Amelia!- le cerré la puerta en la cara.

Me había mentido en vez de decírmelo en la cara en el momento. Quizás así habría ido yo a ella, pero no, querían que fuera yo forzada.

Tengo ganas de ti - Luimelia //Segunda parte A3MSC// COMPLETADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora